El show
Regresar al Estadio Corregidora, para miles era necesario. Para otros cuantos, era “vital”.
Para la mayoría, fue vital estar, y olvidar una vez más, por 2 o 3 horas, todo; para otros, era necesario.
El martes todos regresaremos a la nueva realidad de Querétaro, y seguramente algunos, echarán cuentas de lo que gastaron -de su cartera- en boletos, refrescos, transporte, etcétera, y sin duda, sonreirán: otros, no, otros organizaron su fiesta particular con derecho de admisión reservado con dinero ajeno.
La gente
Sin duda en este regreso al Estadio Corregidora, lo más importante era la presencia de la gente en las gradas, y cuando me refiero a IMPORTANTE, es a ellos, a todos los que querían y necesitaban regresar a esa, que muchos sentimos, es nuestra segunda casa.
Esos que sin importar el día 0, el inicio de siempre, seremos los de siempre; esos que pagaron su boleto, o que les regalaron o compraron una cortesía.
Esos que, con o sin leyendas presentes, estuvieron “únicamente” para alentar a su equipo, que sin importarles quienes estén dentro de la cancha, siempre y como siempre, van a dejar todo por ellos.
El domingo, al margen de ver de lejos a jugadores emblemáticos, de reencontrarnos con ellos a la distancia, nosotros nos reencontramos, nos saludamos, nos abrazamos, en pocas palabras… reafirmamos lo que somos.
El partido
Tras un gol tempranero conseguido por el joven Rodrigo López , apenas dos minutos de iniciado el partido, y cuando parecía con esta que se daría un muy buen resultado, las cosas volvieron a ser las mismas; a pesar del trabajo y esfuerzo del cuerpo técnico encabezado por Mauro Gerk y con excepción de cuatro o a lo mucho cinco jugadores, el nivel del plantel no da para mucho más.
Gracias a la anotación desde los once pasos sobre el tiempo final, de Pablo Barrera, quien es sin duda uno de los jugadores que se salva en este torneo, se evitó otra derrota que sin duda no merece la afición que asistió y PAGÓ un boleto.
GRACIAS.
A título personal, me siento infinitamente agradecido con los saludos, el cariño y el respeto de muchos, muchísimos aficionados que nos reencontramos en nuestro estadio, tras un muy largo año.
La Frase
No hay lugar en el mundo en que un hombre pueda sentirse más contento que en un estadio de futbol”
Albert Camus.
La Rola
“El baile de los que sobran”
Los Prisioneros
