Los hombres no deben llevar el cabello largo: sólo lo traen así los maricones, los chairos, los metaleros, los vagos y los indios. Los hombres son de cabello corto, para que se parezcan a los maxstils, y a su papá. El cabello largo es para las niñas, y el corto para los hombres.
Ni cuando cazábamos mamuts. En realidad, a través de los tiempos, en cada sociedad, ha habido buenos momentos para los hombres y el cabello largo. Tras la industrialización y la Primera Guerra Mundial, fue el militarismo del s. XX el que trajo el estereotipo de hombre con cabello corto: en la guerra no se lleva el cabello largo porque te salen piojos o el enemigo te agarra por la greña. Después, la industria del entretenimiento sólo aprovechó esa nueva figura de “héroe”.
Con excepción de los chongos samuráis y las trenzas vikingas porque, de algún modo, esos sí son hombres. Sin mencionar las diferentes técnicas y estilos de peinado que, lamentablemente, se han perdido casi para siempre… Sea como sea, cada vez son más quienes llevan la mata larga sin perder un gramo de su masculinidad y existen diversos factores que están diluyendo el estigma que carga esta cuestión… y yo tengo una hipótesis: Pedro Pascal (The Mandalorian, The Last of Us, Game of Thrones).
A pesar de que al chileno no se le distingue por su larga cabellera, sí se le reconoce por llevar una buena racha de papeles protagónicos interpretando al estereotipo más popular del momento: “el macho suave”. La última evolución del hombre de acción, uno que es una buena persona por debajo de las heridas, balas y puñetazos.
Por ejemplo, The Mandalorian fue una de las series más vistas en 2021, consiguiendo buena parte de los 70,000,000 de suscriptores iniciales en la plataforma del ratón diabólico. Esta serie no sólo fue popular, sino que cambió por completo la narrativa de una saga con más de 50 años de historias de malos padres: ahora se trataba de la historia de un hombre que se deja atrás y se hace una mejor versión de sí mismo; no la de un padre ausente y genocida (armado con un sable láser) o un vaquero machito galáctico.
Más o menos tenemos la misma historia en The Last of Us y en Game of Thrones. Pero Pascal sólo es la punta de lanza para un movimiento cultural en la industria del entretenimiento de masas que, cada vez más, dirige la atención a la paternidad, a la ternura y a mejores formas de ser hombre.
Teniendo en cuenta estos extremos, en los que ya no sólo se está cuestionando la apariencia física del macho, sino su forma de conducirse por la vida, el cabello largo parece lo de menos. Porque la greña sólo es incómoda cuando hace calor y a los ojos de otros muy frustrados consigo mismos, nada más. Si en algo estamos de acuerdo Disney y yo es en que viene siendo buen momento para que se vea otra cara del hombre.
Y pues sí, así de lento vamos los batos en nuestro pedo: ser hombre no requisita ser un imbécil y el cabello largo no dice nada de ti. En eso anda nuestro reflexionario colectivo recientemente. Pero con Disney interesado, nada es imposible.
Dicho eso, parece evidente que no terminaremos de saber “qué es un hombre” en estos breves párrafos, por lo que los invitamos a seguir reflexionando, seguirse criticando y nunca dejar de cuestionar a lxs otrxs, no un día ni un mes al año, sino toda la vida. También, inviertan su dinero en compañías de accesorios para el cabello y champú, porque el cabello largo está de vuelta, y llegó para quedarse. Y quién sabe, a este ritmo seguro nos vendrá bien saber peinar a alguien.
