Introducción
A finales del año pasado lo nuevos integrantes del Club de Roma —Sandrine Dixson-Declève, Owen Gaffney, Jayati Ghosh, Jørgen Randers, Johan Rockström y Per Espen Stoknes— publicaron el ensayo Tierra para todos. Una guía de supervivencia para la humanidad (Earth for All. A survival guide for humanity, New Society Publishers, New York, 2022). Dicho ensayo es la versión actualizada del multitraducido estudio The limits to Growth (Los límites del crecimiento), elaborado por el Club de Roma de 1972 –Donella y Dennis Meadows, Jørgen Randers y William Behrens III, por sólo mencionar a los principales.
En tales estudios aplicaron la Dinámica de sistemas del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) a la revisión del porvenir de la humanidad. Como consecuencia de ello, los autores de Tierra para todos plantean dos escenarios posibles: el primero lo denominan Too Little, Too Late (Demasiado poco, demasiado tarde) y el segundo The Giant Leap (el Salto gigante). El segundo escenario contempla la existencia de una humanidad consciente del problema socioambiental venidero y que, para afrontarlo, colabora y elimina sus diferencias. En el Salto gigante, los países ricos apoyan a los pobres con recursos y tecnología y todas las naciones luchan contra la pobreza y la inequidad, empoderan a las mujeres, generan energía con renovables y emplean agricultura regenerativa para la producción de alimentos. Tal escenario, magnífico y deseable, desgraciadamente, se aprecia bastante improbable.
El escenario Too Little, Too Late
El escenario Demasiado poco, demasiado tarde establece que, de continuar la misma dinámica que el mundo ha llevado de 1980 a 2020, tanto el crecimiento poblacional como el económico se ralentizarán, faltará el empleo, descenderá la confianza en los gobiernos, se incrementará la huella ecológica de la humanidad y la pérdida de la biodiversidad. En las décadas venideras, indica tal escenario, persistirá la pobreza en la mayoría del mundo y la inequidad desestabilizará a los países ricos. Algunas de los Objetivos del Desarrollo Sustentable (ODS) serán alcanzados y ello “representará cierto progreso en un mundo sin límites planetarios”, pero, en general, ocurrirá un dramático incremento en el Índice de Tensión Social (Social Tension Index). Este escenario no establece un Colapso ecológico o climático en este siglo, pero si el inicio de un colapso social después del 2050. Dicho colapso será una consecuencia de la división social y el continuo daño ecológico. Dicho riesgo, indica el informe, será particularmente agudo en aquellos países “mal gobernados y con economías ecológicamente vulnerables” (Dixson-Declève, et al., 2022:35).
El escenario Too little, Too late (Demasiado poco, demasiado tarde) también establece que la década de 2020 al 2030 será clave. Si bien es cierto que la pandemia de SARS-Cov2 será poco a poco minimizada, la cooperación económica y tecnológica internacional no acabará de extenderse, los niveles de pobreza e inequidad se mantendrán o incrementarán y eso dará lugar a la aparición, en diversas naciones del globo, de gobiernos populistas, nacionalistas y autoritarios. Dado que la quema de combustibles fósiles continuará tanto en las industrias como en los vehículos, la contaminación del aire en las grandes ciudades crecerá, ocasionando diversas enfermedades respiratorias. Los escapes de metano de las regiones septentrionales de la tierra seguirán aumentando y como la producción de carne también, las emisiones de metano también se incrementarán. En este escenario, si bien disminuye en volumen la cantidad de las emisiones, el CO2 y el metano continúan acumulándose en las capas altas de la atmósfera, lo cual incrementa el Calentamiento global. Las sequías e incendios forestales se hacen cada vez más frecuentes en diversas regiones del mundo y las inundaciones se vuelven cotidianas y cada vez más severas. Las ondas de calor también se hacen cotidianas y algunas regiones de la tierra comienzan a deshabitarse en consecuencia. La producción de granos y demás productos de la tierra decrece mientras la población sigue aumentando. Los gobiernos intentan defenderse de tales flagelos, pero los resultados son magros. La gran mayoría de las naciones tampoco inician acciones de transición energética a las renovables y el objetivo de mantener la temperatura de la tierra en 1.5°C (el Acuerdo de Paris de 2015) queda como un sueño irrealizable. La tensión social se hace cada vez más visible y ello es palpable en la polarización social y las manifestaciones constantes.
Entre el 2030 y 2050, el escenario se recrudecerá y después de la mitad del siglo, la inequidad habrá empeorado de manera dramática en los países ricos, oponiendo a los súper ricos con las mayorías empobrecidas. Esto dificultará la gobernanza y la estabilidad de tales democracias. En este periodo contaremos con paneles solares cada vez más baratos, mejores baterías y demás innovaciones, pero su implementación generalizada será retrasada por los intereses corporativos. La quema de combustibles fósiles continuará en la industria del acero, la del concreto, el plástico, así como en el transporte marítimo, aéreo y terrestre. Entretanto la industria de la construcción seguirá construyendo carreteras, vías férreas, rascacielos y aeropuertos utilizando acero y cemento de manera insostenible. Los gobiernos serán demasiado débiles para incentivar las medidas necesarias para mitigar el Cambio climático. En este periodo, la temperatura media de la tierra seguirá incrementándose a causa de la continua emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI). En consecuencia, grandes regiones serán deshabitadas porque la temperatura exterior excederá la tolerancia humana. En la mayoría de las regiones de la tierra la precariedad económica y la desigualdad magnificarán la tensión social y dificultarán la gobernanza. La migración climática alcanzará niveles críticos y ello estimulará la emergencia de líderes autocráticos que no sólo ocasionarán conflictos sino fraccionarán las naciones. En ese mundo dividido, aumentará la competencia por el agua y los recursos naturales. Ahí el Índice de Tensión Social entrará en el nivel crítico y los cambios hacia la equidad, transparencia, legalidad y alimentos, agua y energía para todos se harán cada vez más lejanos.
Después de la mitad del presente siglo, finalmente, el derretimiento de la Antártida y Groenlandia ocasionarán amplias inundaciones en las regiones bajas de la tierra. Grandes capitales como Copenhague, Amsterdam, Shanghai, Yakarta o New York serán devastadas por las inundaciones. Las sequías y las ondas de calor harán inhabitables las regiones áridas de la tierra. Los incendios forestales y las incrementadas fugas de metano ocasionarán el incremento sostenido de una crisis que ya no podrá ser detenida.
¿Y México?
La nación mexicana, como puede apreciarse, ya ha entrado en el escenario Demasiado poco, demasiado tarde. El actual presidente de México ha operado como un líder de facción y ha generado una división social que no se había visto en décadas. Es cierto que ha disminuido la desigualdad y muchos de los nuevos funcionarios no roban como hacían los de administraciones pasadas, pero el fraude de Segalmex muestra que la administración actual lo hace también… e incluso peor. Con el pretexto de luchar contra “la mafia del poder” promovió una serie de persecuciones no sólo a periodistas independientes sino a los funcionarios de las administraciones anteriores (solo a los que no le rindieron pleitesía) que en varios estados del país alcanzaron niveles patéticos por su ilegalidad. Y como la mayoría de las persecuciones eran absurdas, el gobierno ha perdido uno a uno los juicios. Asimismo, como el Proyecto alternativo de nación de AMLO soñaba con la renovación de una nación mexicana petrolera, nunca se dio cuenta que tal no sólo era un recurso no renovable y que la vida útil de los pozos no rebasaba los 40 años sino que, además, ¡por el bien del planeta los hidrocarburos deben quedar bajo el subsuelo! Para el actual presidente de México el Calentamiento Global debe ser un mal chiste… y por ello no sólo no impulsa las acciones requeridas para detenerlo sino que, a la par que aumenta el presupuesto de Pemex, compra y construye refinerías y plantas de ciclo combinado (que queman gas), aniquila el Instituto Nacional de Energía y Cambio Climático y construye un tren que daña y fragmenta los ecosistemas de la última selva virgen de México, la del Sureste.
Quién gane las elecciones en el 2024 adquirirá, en consecuencia, un enorme reto. Si pretende separarse del oscuro panorama que presenta el escenario Demasiado poco, demasiado tarde deberá no sólo realizar las acciones indicadas en el Giant Leap (Salto gigante) antes referidas, sino dejar lo más pronto posible el petróleo en el subsuelo, incrementar de manera decidida la inversión en todos los tipos de energía renovable (solar, eólica, maremotriz, geotérmica, hidrógeno verde, etc), es decir, ¡separarse decididamente de la política energética y medioambiental de la actual administración!
La administración 2024-2030 deberá, asimismo, no sólo pacificar y reunificar a los mexicanos, sino impulsar campañas de producción de alimentos mediante agroecología restaurativa. Un intenso y generalizado programa de educación ambiental también será necesario para convencer a la población de la necesidad de decrecer, de su cambio de hábitos de consumo, de la necesidad de que cambie sus autos por biohíbridos y bicicletas y que el transporte de mercancías se realice fundamentalmente por vías férreas.
Lograr que México se sume a las naciones que conseguirán superar el colapso que se avecina no se aprecia sencillo pues implicará que la administración 2024-2030 deje atrás políticas muy caras a la administración actual. En consecuencia, por lealtad al actual presidente, muchos de los administradores y gobernantes colocados en puestos clave en los últimos años fungirán como obstáculos a las medidas necesarias. Y todo esto es en el caso, por supuesto, de que el nuevo gobernante de México entienda el colapso socioambiental que asoma y pretenda proteger a la nación. Me duele mucho decirlo, pero todo parece indicar que, en este caso, los ciudadanos, como ha sido a lo largo de muchos sexenios, estamos de nuevo solos.
Tan terrífico Luis, verlo aquí en mi municipio, con la tala desmedida , el relleno de barrancas, los incendios forestales etc. Muy triste.
Excelente reportaje Luis , parece inminente el destino que tenemos a la puerta, ojalá llegase al poder un político sensible a la problemática existente y busque cambiarla
Amplía visión que debe llegar a todos para participar en consumir menos y vivir mejor, tejer redes de solidaridad con grupos vulnerables, eso nos hace vivir en el paraíso que si es está Tierra, gracias por el refuerzo de la casa de todos
Independientemente, de a quién tengamos en el gobierno es importante promover campañas de educación y promoción de esta realidad, para que la sociedad se ponga las pilas !!
Las cosas pasan por la apatía y la ignorancia de una ciudadanía poco informada y esperanzada a que le solucionen los problemas.
Despertemos y ayudemos a despertar a otros!!!
Penoso pero real y sin evidencia de mejora ni compromiso real
I’m so excited to see the new members of the Club of Rome join forces to write this important guide for humanity! This is the updated version of their 1972 study, The Limits to Growth, and it’s a must-read for anyone who wants to understand the current state of the world and how we can make it better.