Tuve miedo cuando caminó hacia mí, cabello suelto, labios rojos, paso más que decidido.Yo estaba sentada sola, casi en medio de la nada y elaboraba argumentos de disculpa: había echado a perder su vestido, divulgué sus imágenes en face, si, todo era un error, mi error; iba a suplicarle con mi mejor cara, que no me gritara por favor, que no peleara conmigo, “lastimar a una amiga –me defendería- era como escupir una flor.”
No alcancé a esquivar lo que debiera haber sido una bofetada y fue, en cambio, una caricia no explicada de su mano derecha en mi mejilla helada, seguida de otra caricia a mano desnuda en mi nuca y después en mi boca: le lamí suave las yemas y me rozó con ellas, húmedas, los senos bajo el escote; su lengua siguió a las manos y a ojos cerrados fueron desapareciendo arremangados, nuestros hábitos de buenas vecinas en forma de vapor de hielo seco, rosa, que enternecía nuestros dedos al separar labios entre pelos crespos. Enredaderas en flor y ronroneos, contra toda buena costumbre vegetal, completaban un ritmo perfecto de alientos y chasquidos, aunque a poco, dejaron de ser producidos con la delicia de nuestros cuerpos; y lo fueron por el hombre de la carnicería que preguntó, mientras separaba un bistec de los otros sobre la charola de la báscula: “Se pasa del kilo, seño ¿Se lo dejo?”
Así es como los sueños son, no importa.
Amanecí con una alegría insumisa, y al coincidir con mi vecina en el paradero, la miré a los ojos casi sin temor, olvidadas las afrentas; ella me sonrió fresca y sin sorna. ¿También habrá soñado conmigo anoche?
Iba a preguntarle, pero el pasajero que me empujó porque estorbaba la entrada del autobús recién llegado, me trajo de golpe a la realidad: iluminada y mansa, abordé el transporte, sin quejarme de las palabrotas que provocaba con mi angélica lentitud.
Bendita la capacidad del ser humano de crear realidades alternas en segundos, manantiales de placer, sensualidad sutil y sin límites, esos que guardo para mí y que ninguna realidad ha podido borrar de mis recuerdos. Nadie sabe los deseos que guarda el corazón, encarcelado por la razón de la mente cuando en un abrir y cerrar de ojos alguien grita junto a mi…!bajan, bajan!
Gracias Paty, me encantó el encuentro con la vecina, en el multiverso de posibilidades.
Los sueños!! Capaces de modificar el ánimo del día entero!! Afortunadamente a veces, soñamos, a veces nos dejamos modificar y lo inesperado aflora poniendo una sonrisa en donde no había.
Me divierte mucho este texto, me sonroja y me sorprende, tal como a veces hacen los sueños.
A mi me gusta pensar en el lado espiritual en donde se dice que los sueños son extensión de nuestra experiencia humana, se sienten y tienen un impacto en tu psique, otra interpretación psicológica habla que es el inconsciente haciendonos crear lo que nos gusta y lo que nos aterra en nuestra mente, de cualquier forma un sueño como este siempre nos hace sentir de forma intensa. Gracias Paty me gusto mucho.
No se yo creo que hay algún problema con migo, pocas veces recuerdo mis sueños.
Creo que sueño mas despierta que dormida. En fin que bueno que hay quien recuerda sus sueños. Hace mucho si soñaba y tenia pesadillas y las compartía.