Ayer el expresidente de Estados Unidos de América (EUA) Donald Trump asistió a una corte federal por segunda vez desde que dejó la Casa Blanca en 2021. La situación representa un duro golpe para su imagen política y electoral en el marco de la carrera presidencial, o al menos eso se supondría. ¿Cuál es el impacto para el exmandatario del país de las barras y las estrellas?
En un Miami repleto de seguidores de Trump, el expresidente arribó a una corte federal para responder ante la acusación dirigida hacia él en torno a los documentos obtenidos por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) en un cateo realizado a una propiedad del expresidente en Mar-a-Lago, Florida. Desde ese momento, el Partido Republicano y el mismo exmandatario ya no han sido los mismos.
De acuerdo con los reportes, el FBI encontró documentos de propiedad federal en la residencia de Trump, lo que produjo una oleada de crítica y el inicio de una investigación delicada que sigue hasta nuestros días, y continuará con mayor fiereza seguramente en los próximos meses. Al ser una investigación en curso, no se puede mencionar mucho a la prensa, pero se habla de que, a raíz de los archivos encontrados, se le podría acusar al exmandatario de espionaje, además de robo de documentos federales.
La acusación de llevar documentos de propiedad federal a su residencia no es algo menor. La posibilidad de que sea relacionada esa acción con espionaje es sumamente delicada, puesto que para ningún país el espionaje es un tema insignificante. Pero, ¿para quién podría espiar el político republicano? Puede haber muchas respuestas, pero hay que recordar la señalada cercanía que una vez sostuvo con Moscú a raíz de la supuesta ayuda que recibió de los rusos en las elecciones presidenciales de 2020 para vencer a su contrincante demócrata, Hillary Clinton. Quizá ese sea al vínculo, quizá no.
Pero más allá de eso, el efecto que trae consigo esta acusación, por difícil de aceptar, es ambivalente. Por una parte, algunos políticos republicanos se muestran reluctantes a seguir apoyando a Trump por la deplorable imagen que carga consigo tras la serie de investigaciones y acusaciones que enfrenta en la actualidad. No es bien visto que un exmandatario tenga problemas legales de gravedad, ningún partido político quiere eso.
De esta manera, quizá los republicanos estén pensando en alguien más para apoyar, como puede ser el caso del gobernador de Florida, Ronald DeSantis, quien ha probado amasar un gran soporte electoral a raíz de sus políticas y discursos, que capturan a muchos votantes. Él podría ser una opción del Partido Republicano en caso de que Trump cayera en mayor desprestigio por las investigaciones y acusaciones en su contra.
Sin embargo, como se vio ayer en Miami, el apoyo que todavía mantiene el expresidente de EUA es alto. Muchas personas se reunieron con él para escucharle tras su participación en la corte federal, felicitarle por su cumpleaños y refrendarle su intención de voto. Todo esto sucedió a pesar de las severas acusaciones e investigaciones dirigidas hacia Trump, por lo que resulta complicado mostrar que, como se mencionó arriba, la delicada situación le esté haciendo mella al exmandatario; al contrario, con la narrativa apropiada, el magnate de los negocios ha sabido utilizar los ataques legales hacia su persona para obtener más sustento de su base electoral.
Por ahora, Trump se ha proclamado inocente y el jurado ha decidido no aplicar ninguna medida cautelar, pero eso no significa que en el futuro no dicte alguna acción que le pueda afectar. Por otra parte, las investigaciones siguen su curso, por lo que, si bien el expresidente se ha señalado como “no culpable”, la pregunta es: ¿hasta cuándo podrá declararse y mantenerse como tal? El poder de la investigación la tiene la actual administración federal, debido a lo cual es probable que la calidad de inocente del exmandatario sufra un cambio cuando la Casa Blanca decida entregar más evidencia del caso, y el mejor momento para ello no es ahora, sino en pleno 2024.
