Autoría de 12:37 pm #Opinión, Jorge Díaz Ávila - Disonancias

Dos pensadores para entender el presente (y avizorar el futuro) – Jorge Díaz Ávila

Los días 9 y 10 de junio del presente año, dos de los más grandes pensadores contemporáneos, cuyos aportes han sido indispensables para entender el rumbo de la humanidad (y su posible futuro), dejaron de existir.

El filósofo italiano Nuccio Ordine falleció prematuramente, víctima de un derrame cerebral, a los 64 años.

Celebre y reconocido por su rescate de la literatura clásica (Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal, 2017) y del humanismo como antídoto ante “la utilidad” que conlleva todo acto actual humano, Ordine logró la proeza, alrededor del año 2015, de posicionar a su obra La utilidad de lo inútil como un best seller en 32 países (y 20 idiomas), aun cuando se trata de un libro de filosofía.

Su preocupación vital se centró en la tergiversación de valores de la civilización occidental, para los cuales lo útil (lo que tiene y reporta utilidad inmediata, principalmente económica) es más valioso que aquello que es bueno y que nos ayuda a ser mejores.

Pero la lógica del beneficio mina por la base a las instituciones (escuelas, universidades, centros de investigación, laboratorios, museos, bibliotecas, archivos) y las disciplinas (humanísticas y científicas), cuyo valor debería coincidir con el saber en sí, independientemente de la capacidad de producir ganancias inmediatas o beneficios prácticos (Ordine, N. 2014. P. 9).

Nuccio Ordine

El filósofo critica al sistema actual en el que todo se tasa en términos de dinero y que se obvia o desdeña si no lleva implícita una ganancia económica. Su análisis ayuda a comprender la situación actual, cuya idea de “progreso” se sustenta en la competencia, la ventaja, la ganancia, el lucro. En la sociedad actual, si no te formas para competir y ganar ―antes que cualquier otro objetivo― no eres “útil”:

… el interés económico mata de forma progresiva la memoria del pasado, las disciplinas humanísticas, las lenguas clásicas, la enseñanza, la libre investigación, la fantasía, el arte, el pensamiento crítico y el horizonte civil que debería inspirar toda actividad humana. En el universo del utilitarismo, en efecto, un martillo vale más que una sinfonía, un cuchillo más que una poesía, una llave inglesa más que un cuadro: porque es fácil hacerse cargo de la eficacia de un utensilio mientras que resulta cada vez más difícil entender para qué pueden servir la música, la literatura o el arte (Ibidem. P. 12).

El pensamiento de Ordine cuestiona las leyes del mercado y, mediante un ejemplo sublime, demuestra que es posible dar sin arruinarse y recibir sin lucrar: yo puedo poner en común con los otros mis conocimientos sin empobrecerme. Puedo enseñar a un alumno la teoría de la relatividad o leer junto a él una página de Montaigne dando vida al milagro de un proceso virtuoso en el que se enriquece, al mismo tiempo, quien da y quien recibe (P. 16).

A lo largo de su breve pero concisa obra, cita y retoma a grandes pensadores cuyas ideas han debatido, en diversos momentos de la historia, el poder desmedido de algunas instituciones que, sobre la base de las ganancias, han menospreciado y desvirtuado todas las actividades humanas que no representan pecunio inmediato.

Advierte que la cultura debe ser preservada de la fuerza corrosiva del dinero y el beneficio (Ibidem. P. 46), y anticipa ―basándose en ejemplos de la historia― que la barbarie se avecina cuando el fanatismo se ensaña no sólo con los seres humanos sino también con las bibliotecas y las obras de arte, los monumentos y las grandes obras maestras.

A su vez, y en una infortunada coincidencia, el filósofo francés Alain Touraine falleció el pasado 9 de junio, a los 97 años. Formado como sociólogo, la obra y trayectoria del intelectual europeo transcurren en tres cuartos de siglo: desde mediados del pasado, hasta las primeras dos décadas del presente, analizando y desglosando los grandes fenómenos que han marcado, en ese lapso, el rumbo de la civilización occidental.

Crítico del marxismo dogmático, señaló, desde sus primeros trabajos, el divorcio de los gobiernos de “izquierda” de la clase trabajadora que les da sustento; el alejamiento de las clases políticas socialistas de los movimientos que les impulsaron y la incongruencia ideológica y pragmática de los populismos.

Alain Touraine

En el año 2005 publicó Un nuevo paradigma para comprender el mundo de hoy, en el que toma como punto de partida el 11-S y, tras el suceso, avisa tanto del peligro de la desaparición de las sociedades como sistemas integrados y portadores de un sentido general como la urgencia de construir un nuevo paradigma que contribuya al entendimiento de una civilización que parece estar en retroceso ―en términos sociales―, y que abraza con entusiasmo la tecnología que le posibilita la realización de hazañas inimaginadas.

Touraine, en sus últimos años, abordó la “mundialización salvaje” (El fin de las sociedades, 2016) que fuerza a las sociedades tradicionales a experimentar una metamorfosis impredecible, en la que el multiculturalismo y transculturalismo debilitan y destruyen los valores sobre los que se sustentan: la familia, las relaciones amorosas, las creencias religiosas, están sufriendo crisis y ataques de una ferocidad sin precedentes, precipitando nuestras sociedades «en las ruinas y escombros de sus antiguos cimientos».

Igualmente, se enfocó en dilucidar los efectos de las nuevas tecnologías en la conformación de las sociedades actuales, alertando sobre el aislamiento del individuo en la proximidad social, y su acercamiento extremo con la virtualidad que provee internet.

Los decesos, prácticamente desapercibidos para la mayoría de los medios, constituyen ingentes e irreparables pérdidas que, conforme avance este siglo, serán cada vez más añoradas como voces críticas e indispensables para comprender el devenir de la civilización y su previsible e inexorable declive.

Apagadas sus existencias, las obras de ambos pensadores brillarán como faros ―en medio de la incertidumbre― que guiarán y serán referentes, para quienes se interesen en buscar lucidez en el entramado irracional y catastrófico de las sociedades actuales.

Referencias

  • Ordine, Nuccio. (2014). La utilidad de lo inútil. Manifiesto. España. Acantilado.
  • Touraine, Alain. (2005). Un nuevo paradigma para comprender el mundo de hoy. España. Paidós. Touraine, Alain. (2016). El fin de las sociedades. México. Fondo de Cultura Económica.

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Last modified: 20 junio, 2023
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