El año próximo se juega mucho más que una elección estatal en 31 entidades del país, en ocho de las cuales, además del congreso local, se elige a gobernador.
Tanto para Morena y sus aliados (PT y PVEM) como para la alianza Va por México (PAN, PRI y PRD), además de intentar ganar la elección local, el reto es aportar la suficiente votación para que su candidata o candidato presidencial gane los comicios.
La importancia de las candidaturas…
Y entonces, para las formaciones partidistas, la pregunta es ¿cómo lograr evitar el voto diferenciado, el voto “de castigo” o el llamado “voto útil”, y garantizar el voto por convencimiento o por simpatía?
Aunque no es único, un elemento indispensable para apuntar hacia este rumbo lo conforman las candidatas y los candidatos. El conocimiento de ellos entre la población, su perfil y la aprobación mayoritaria hacia estas figuras son elementos definitorios.
Para evaluar estos elementos existen las encuestas, que miden el sentir de los electores en el momento de su aplicación. Ayudan a saber qué piensan de tal o cual perfil, qué esperan de quienes asumen las candidaturas y qué quisieran de sus futuros gobernantes.
…Y de las encuestas
En el caso de Querétaro, las encuestas que hasta ahora se conocen dan un holgado margen de triunfo al Partido Acción Nacional (PAN), al menos para el Senado de la República y para las presidencias municipales de Querétaro, Corregidora, El Marqués y San Juan del Río.
Por ejemplo, la medición de Massive Caller del 21 de junio de 2023 consigna una intención de voto de 48 por ciento para la alianza Va por México, contra 28.2 por ciento para Morena y sus aliados.
Lo destacado, sin embargo, es el resultado que obtuvo la encuestadora Mitofsky a la pregunta: “¿Quién le gustaría que fuera candidato a senador?”.
Del PAN y la alianza, el actual presidente municipal de Querétaro, Luis Bernardo Nava, obtiene 38.2 por ciento de las preferencias, contra 11.8 por ciento de su más cercano contendiente del mismo partido.
En Morena, la preferencia es por el sanjuanense Santiago Nieto (38.8 por ciento), de tal suerte que, si los partidos políticos y las alianzas hacen caso de lo que indican las encuestadoras, podríamos ver una contienda de altura entre el actual alcalde capitalino y el encargado del despacho de la Fiscalía General del Estado de Hidalgo.
Recordemos que en esta campaña, que no incluye la elección de gobernador, la candidata o el candidato al Senado se convierte en punta de lanza; “jala” a sus demás compañeras y compañeros, y concentra la imagen general de la propuesta de gobierno partidista.
Es clave para lograr el triunfo, para reducir el riesgo del voto diferenciado y para redimensionar la cantidad de sufragios para la candidatura presidencial. Su reto es incrementar el “voto en cascada” (sufragar por todos los postulantes del mismo partido o alianza).
Lo nacional en lo local
Quizá desde las elecciones presidenciales de 1994, se ha incrementado el voto por simpatía, por empatía o por identidad con el candidato o la candidata y disminuido el llamado “voto duro”.
Por eso, ahora nos explicamos por qué en todos los partidos políticos se han adelantado a los tiempos legalmente establecidos para hacer campaña, y sin recato alguno “pasean” a quienes quieren que sean sus abanderados a fin de ser conocidos y, en una de esas, generar simpatías… y votos.
La otra parte que nutre la elección estatal es el contexto nacional. Las encuestas también nos dan luz al respecto.
En mayo, Consulta Mitofsky publicó que el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri González, se ubicó en el sexto de 32 lugares de la evaluación ciudadana, con 56.1 por ciento de opiniones positivas.
Por su parte, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, fue aprobado por 50.9 por ciento de las queretanas y los queretanos, ubicando a la entidad en el lugar 28 de 32, en cuanto a aprobación del mandatario del país.
Hoy así están los números y el contexto electoral. A ver si los partidos eligen atendiendo a la lógica.