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Monet, el rebelde impresionista que retrató la luz

ENTREVISTA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX

Claude Monet es símbolo de perseverancia y trascendencia al impulsar la rebeldía de los impresionistas, que pasaron de ser considerados “borrachos con pinceles” a los artistas que retrataron la luz y la imagen de París como una ciudad bohemia y alegre, subraya Rodrigo Montera, autor de Hermosa agua azul.

Este ensayo se centra en la obsesión de Monet por la luz, un fenómeno que no es humano, pero que entrega a las personas la diversidad de colores de la naturaleza; la convicción de Monet lo llevó a perseverar durante al menos cuatro décadas para mostrar que el arte puede ser distinto.

Montera decidió escribir en verso el ensayo Hermosa agua azul, con el fin de facilitarle a la gente sentir el texto y evitar complejidades sobre la historia de cómo en París se consagró un movimiento pictórico tan importante como el impresionismo, que después le daría vida a uno de los pintores más importantes que es Van Gogh.

Por eso, consideró indispensable dar a conocer cómo surgió el movimiento artístico de un grupo “rebelde”, porque en su época se consideraba imposible pintar al aire libre debido a las imposibilidades técnicas y la rapidez con la que la pintura se secaba fuera del estudio.

Paisaje en Port-Villez

“Estamos hablando como de 1870 y cómo este grupo empieza a rebelarse porque querían pintar la luz, los árboles, a la gente, no querían pintar solamente a los monarcas y la idea era hacer un homenaje a este grupo que se rebeló y a los que hoy en día les debemos la imagen que tenemos de esa París bohemia, alegre, luminosa”, puntualiza.

Un paseo por el impresionsimo. Escenificación del libro de Montera

La vida de Claude Monet, insiste, presenta una gran diferencia frente a otros impresionistas porque él casi no usa figuras humanas, sino que se centra en el fenómeno de la luz en la mayoría de sus cuadros, “incluso en su último trabajo, que son Los Nenúfares, no aparece ninguna figura humana, es un trabajo que lleva a cabo durante más de 10 años, casi 15, donde solamente pinta estas flores de agua y está percibiendo cómo trabaja la luz en la sombra de los árboles, en las flores, en el agua, esta obsesión que tiene Monet por un fenómeno que no es humano, lo único humano es su apreciación, no se trata del ser humano, sino de la naturaleza y la percibimos gracias a la luz que nos entrega los colores, la luz y el color de la naturaleza”.

Rodrigo Montera

Añade que, a diferencia de Van Gogh que “pasa por ser un poco el rockstar de su periodo porque igual que los rockstar de la música muere joven”, Monet es una especie de “Santa Claus de la pintura”, porque llegó a vivir casi 90 años “y tiene la barba blanca, larga y el cabello igualmente y a veces no apreciamos este proyecto tan loable que un hombre de más de 80 años siga pintando, tuvo décadas de producción artística, a diferencia de sus colegas que murieron más jóvenes”.

Para Rodrigo Montera era necesario escribir este libro porque si bien podría parecer que no es forzoso para el contexto mexicano, “uno tiene la convicción de lo que le tocó. Hace mucho tiempo fui a París, al museo de L’orangerie, donde se expone esta serie de cuadros como Los Nenúfares y es muy peculiar porque las paredes son curvas, están diseñadas de tal manera que tienes una curva a la derecha y a la izquierda y sientes que los cuadros de Monet, Los Nenúfares, te abrazan, Los Nenúfares son una serie de lienzos que fueron divididos, pero son 90 metros de largo por dos de altos, es como pintar un campo de fútbol”.

Los Nenúfares

Cuando los vio, tuvo una sensación única. “Era arte, la impresión de un hombre mayor cerca de la naturaleza y me impactó profundamente. Cuando en México comienzan a darse las experiencias inmersivas, estuve trabajando en el equipo de Monet, ahí decidí escribir este libro para tener una literatura de lo que era el impresionismo, Frida Kahlo escribió sus diarios, Van Gogh le escribió las cartas a su hermano, pero una literatura más personal de Monet, no la hay”.

El libro cuenta con siete capítulos, mediante un recorrido desde 1860, época en la que los pintores trabajaban dentro de sus estudios y donde los artistas que no seguían esa instrucción recibían la censura del Salón de París; hasta 1927, cuando se inauguró el Museo de L’orangerie, dedicado a las obras pictóricas más icónicas de Monet.

Otra escena de la escenificación del libro

En el ensayo poético, Montera aborda las motivaciones y características de las obras de pintores como Edgar Degas, Pierre-Agust Renoir, Berthe Morrisot y Eduard Manet, despreciados en su momento por la crítica, que los consideraba, antes que artistas, “borrachos con pinceles” que no sabían de técnica.

Rodrigo Montera insiste que los impresionistas tuvieron una convicción que causó su rebeldía y trascendencia, como parte de una historia de perseverancia en la que buscaban transmitir la belleza del mundo, que llegó a Monet a trabajar durante 40 años para retratar la luz.

Valle Buona, cerca de Bordighera

“Si los jóvenes, que hoy están influidos por tantísimas imágenes, quisieran transmitir lo que perciben como bello, seguramente trascenderían en su vida y no transmitir las imágenes fáciles, sino como ellos, encontrar lo que les gusta, trabajar la belleza y ofrecerlo al mundo, seguramente van a trascender y ojalá eso, toda la gente lo consiga. Si todas las personas nos propusiéramos hacer un reto imposible a lo largo de nuestra vida, seríamos dignos de la trascendencia”. 


El libro de Rodrigo Montera se puede conseguir en Amazon https://www.amazon.com.mx/dp/B0BG6CDB96


Hasta el 27 de agosto de este año se presenta en el Museo Nacional de Arte (Munal) la exposición “Monet. Luces del impresionismo” que recopila tres obras referenciales del artista francés, dos de ellas visitan por primera vez México, y algunas de la colección privada del museo.

Las demás piezas que se encuentran en esta exposición provienen de artistas que se inspiraron en el movimiento de Monet. Estos son algunos cuadros que se pueden apreciar en la curaduría:

  • El pedregal (1906) de Joaquín Clausell.
  • La nube verde (1910) de Joaquín Clausell.
  • Fuentes brotantes en otoño (1910) de Joaquín Clausell.
  • Marina (1911) de Armando García Núñez.
  • El último beso (1916) de Francisco Romano Guillemín.
  • Lomas de Santa Fe (1910) de Mateo Herrera.

El Munal se encuentra en la calle de Tacuba 8, Centro Histórico de la Ciudad de México, alcaldía Cuauhtémoc, y abre sus puertas de martes a domingo en un horario de 10:00 a 18:00 horas.

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Last modified: 15 julio, 2023
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