El setter irlandés rasca la puerta vidriera, jadea, y se vuelve inquieto ora a la izquierda, ora a la derecha, dibujando “ochos” en el piso.
Cola en movimiento, gruñe.
Con un ladrido, logra despertarme.
⧿Voy –digo adormilada. ⧿¡Voy! –repito.
Todo fue abrir bien los ojos y mi amigo perro se desvaneció en el sueño. Vino a avisar que ya era hora: me puse el corazón –que dejé en una charola sobre la mesita de luz antes de acostarme⧿ y me dispuse a vivir esta mañana.
Salí en puntitas evitando a mi alma, que colgué del perchero y padece de un hijo pérfido incrustado. Todo inútil: me alcanzó a oír y se vino conmigo al día.
Mi alma no ladra,
…no mueve la cola,
…no se desvanece.
AQUÍ PUEDES LEER TODA LA «NARRATIVA EN CORTO» DE PATRICIA EUGENIA, PUBLICADA EN LALUPA.MX
https://lalupa.mx/category/patricia-eugenia-narrativa-en-corto/