REDACCIÓN/LALUPA.MX
Lagos de Moreno, Jal., 16 de agosto de 2023.- El pasado viernes 11, Roberto Olmeda se citó en el mirador de San Miguel —punto de encuentro común de la población laguense— con cuatro de sus amigos de toda la vida: Dante Hernández, Jaime Adolfo Martínez, Diego Lara y Uriel Galván.
Los cinco amigos, de entre 19 y 22 años, frecuentaban el mirador. Ahí conversaban, hacían ejercicio y pasaban el rato. El viernes, Olmeda le mandó desde allí una foto a su hermano Miguel, mientras esperaba a que llegaran más amigos. Unas horas más tarde, otro de los chicos, Diego, contactó con su familia a las 22.55 para avisar que estaba volviendo a casa. Pero nunca regresó.
El padre de Uriel, Jaime Galván, trató de llamarle por teléfono en varias ocasiones, pero nunca recibió respuesta. Las horas pasaban, y seguía sin haber señal de los chicos.
Desesperadas, las familias se manifestaron el domingo ante las puertas del estadio JFV, en el que se celebraba la semifinal de la Copa Jalisco entre el Lagos de Moreno y el Teocaltiche. Protestaban por lo que consideraban una falta de interés por parte de la Fiscalía de Jalisco y exigían que aceleraran la búsqueda. Fue hasta la noche de ese día, 24 horas después de la desaparición de los jóvenes, cuando los agentes del Ministerio Público comenzaron el primer operativo.
El lunes por la tarde, la Fiscalía halló el coche de Uriel cerca del mirador. Estaba estacionado y sin ningún daño. Esa madrugada, a las dos y media, les dieron aviso de que había otro coche en llamas en la carretera que conecta Lagos de Moreno con el municipio de Encarnación de Díaz. En la cajuela del vehículo se encontraba el cuerpo calcinado de una persona.
Mientras la información oficial aparecía a cuentagotas, el martes empezaron a difundirse en redes sociales imágenes macabras. Por un lado, se filtró una fotografía en la que aparecían los cinco jóvenes de rodillas, golpeados y amordazados, pero vivos. La desesperación de las familias se incrementó cuando salió a la luz un video de poco más de un minuto que muestra el terror: dos cuerpos, con playeras blancas, ensangrentados tirados en el suelo; al fondo de la imagen, uno de los chicos es obligado a golpear, acuchillar y degollar a otro, que está tendido en el suelo sin moverse.
La Fiscalía apunta, por los elementos recopilados en los últimos días, que el caso tiene la huella del crimen organizado. En uno de los 48 operativos realizados, los agentes catearon un domicilio en el que encontraron pruebas que podían estar relacionadas con la desaparición de los jóvenes: una motocicleta, armas largas (con sus respectivos cargadores), placas de vehículos robados y algunas bolsas con droga.
En el video difundido, aparece la leyenda “puro MZ”, acompañada por un emoticono alegre con sombrero. Las iniciales referencias a Ismael El Mayo Zambada, jefe del Cartel de Sinaloa. Los límites al norte del estado de Jalisco se han convertido en un área castigada por la guerra entre el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa.
A la desaparición de los jóvenes hay que agregar, en esta región, la también desaparición de otras ocho personas, hecho relacionado a un centro de operaciones clandestino en el área metropolitana de Guadalajara o el registro de un ataque con explosivos improvisados, entre otros sucesos.
A los indicios recopilados en días pasados, hay que sumar que esta tarde, elementos de la Policía del estado y de la Fiscalía hallaron en una finca cuatro cuerpos apilados y calcinados, y a unos pasos sendos cráneos también con daños por el fuego. La autoridad investiga si este evento tiene relación con la desaparición de los cinco jóvenes. Se presume que en esta finca fue donde los mantuvieron privados de la libertad.
Pese a que una de las líneas de investigación señala que posiblemente los jóvenes fueron levantados por criminales vinculados al Mayo Zambada, lo cierto es que a 120 horas de los sucesos del viernes pasado, hay más dudas que certezas sobre el porqué los jóvenes habrían sido secuestrados y luego asesinados de manera tan brutal.
