Tengo dos datos numéricos para hacer un primer balance de las elecciones del domingo pasado.
Primero, que el candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Mauricio Kuri González, fue el segundo, de los 15 candidatos a gobernador, que ganó por mayor margen: obtuvo una diferencia de 30.33 puntos porcentuales con respecto al segundo lugar.
Segundo dato: Los cuatro candidatos a presidentes municipales que más alta votación obtuvieron son panistas: Roberto Sosa, en Corregidora, con 60.77 por ciento; Juan Carlos Linares Aguilar, en Peñamiller, con 51.87 por ciento; Enrique Vega Carriles en El Marqués con 48.6 por ciento del total de votos, y Luis Nava Guerrero, en la capital, con 47.97 por ciento de votos.
EXPLICACIONES
Pienso que la peor “explicación” que se puede tratar de dar es la del fraude electoral o de la diversidad de irregularidades (compra de votos) como afirmó, sin sustento, la candidata de Morena a gobernadora, la noche del domingo.
Hacer un balance realista, sin auto-engaños ni mentiras, es de utilidad para todas y todos, principalmente para la ciudadanía.
Más allá de filias y de fobias, el hecho de que el PAN ganó las 15 diputaciones de mayoría para el congreso local, las cinco diputaciones federales que corresponden al estado y l2 de los 18 municipios, tiene otra explicación más allá del absurdo “argumento” del fraude.
Hay dos sentimientos o percepciones que, me parece, tiene la mayoría de ciudadanas y ciudadanos en la entidad y que motivaron el sentido de su voto.
Primero, que perciben a los gobiernos panistas como eficaces, como buenas administraciones y, por ende, que les convienen. Esto no quiere decir que no haya errores; por supuesto que existen y que los nuevos gobernantes tienen la tarea de enmendar.
Segundo, pesó igualmente el sentimiento del rechazo hacia Morena. El voto abrumadoramente favorable a las y los candidatos blanquiazules también tuvo la intención de evitar que Morena avanzara en la entidad, porque se percibió que sus gobiernos no son eficaces, además de que en las campañas morenistas escucharon denostaciones. Con el voto, se castigó la insistente intentona de dividir a mexicanas y mexicanos, entre los apoyadores de la cuarta transformación y los “conservadores”.
DESTACAR DOS ELEMENTOS MÁS
Con esta elección y con estos resultados, el gobernador del estado, Francisco Domínguez Servién, logra salir airoso de esta especie de referéndum de su administración. La gente aprobó su mandato en las urnas y, por consecuencia, decidió dar continuidad al ejercicio gubernamental.
Estos resultados también se constituyen en el aval para tres gobiernos municipales, todos de la zona metropolitana: el de Corregidora, El Marqués y Querétaro, pues en los tres casos se reelige los alcaldes y ganan con un amplio margen de votos.
BALANCE
Bajo esta perspectiva, el mejor consejo que hoy se puede brindar a la gente de Morena —incluyéndose a su candidata a gobernadora, Celia Maya García— es el de serenarse, digerir la derrota y una vez superados estos escollos, ponerse a trabajar para analizar, en serio, el porqué de su derrota; para evaluar sus errores, para reconstruir su partido, para cerrar filas, evitar la diáspora y para planificar el futuro, que tiene su siguiente escala en el 2024.
Para el panismo queretano llegó la hora de enfrentar el reto de superar lo hasta ahora logrado.
Ser gobierno significa profundizar en el ejercicio de la gobernanza; en la construcción de nuevas y mejores políticas públicas. Significa profundizar en la cercanía con la gente y en aplicar la máxima propuesta por Luis Nava: escuchar, trabajar y resolver.
Menciono que el PRI y el Partido Verde obtuvieron victorias que les dan vida otros tres años. Deberán saber aprovechar el tiempo.
Las queretanas y los queretanos saben —porque así lo vimos— que su voto es una gran herramienta que determina quién si y quién no debe gobernar.
Finalmente referir y reconocer el gran trabajo del Instituto Electoral del Estado de Querétaro, con el que ratificamos la prevalencia de la democracia.
