¿Qué hora es, autonombrados “humanistas”?,
que gustan de usar Rolex y beber buen vino,
expertos en manipular el lenguaje con tal tino
para vender tramposas quimeras socialistas.
¿Qué hora es, necios y soberbios “izquierdistas” ?,
pregunto indignada y como periodista independiente
que de sus falaces luchas y mentiras disiente,
y les llama sin ambages: falacistas.
¿Qué de malo hay en que estos personajes gusten de usar reloj de marca Rolex; o que Yeidckol Polevnsky, alias Citlali, administre tan bien una economía que le alcanza para retoques estéticos, bótox de mantenimiento y guste de comprar marcas exclusivas, mientras aspiracionales clasemedieras han de conformarse con versiones piratas? Claro, hablo de quienes gustan de esos lujos, porque a este intento de clasemediera, que soy yo, no le seduce el destello o precisión de los Rolex, ni la impecable y elegante imagen de CH; así que ni en su versión pirata las compraría. Pero lo de ellos, la clase política, no es pirata, es original. Por mucho que a algunos no les luzca y bien encajen en aquello de “la mona, o mono, aunque de Rolex se adorne, mono o mona se queda”, ¿verdad Niniane?
¡Austeridad!, proclaman, presumiéndose izquierdistas,
lucrando con la esperanza del pueblo pobre,
¡cínicos son!, disimulando su palabrería de cobre,
homenajeando la memoria de dictadores populistas.
¿Qué hora es Evo, Kirchner, López o Marcelo?
Yeidkcol, “Citlali”, adoradora del régimen castrista,
de historia familiar “misteriosa” y mal malabarista.
¿Qué hora es?
De súbito el tema de las marcas, pero especialmente la de relojes, ocupó el candelero en la red social más crítica y combativa: Twitter, a la que hoy el presidente trata de minimizar porque ya no le favorece. Sobre todo si a través de esa red le recuerdan que antes de ser presidente estaba a la caza de cualquier error de sus adversarios para exponerlos. Por ejemplo, en abril del 2015 desde su cuenta en Twitter escribió condenatorio: “No nos quedemos callados, es un insulto que un funcionario público, vinculado al corrupto de EPN, porte un reloj de tres millones de pesos”.
Hoy calla. Nada dice de sus funcionarios y militantes morenistas que usan Rolex. Desde Marcelo Ebrard, Martí Batres, Salgado Macedonio, Tatiana Clouthier, entre otros más. Incluso él mismo –señalan algunos que conocen de marcas– usa un Rolex modelo Hulk.
«Sólo hay una forma de descubrir si un hombre es honrado… preguntárselo. Si responde que sí, es un farsante”, decía Groucho Marx. Y decía bien.
El asunto de los Rolex salió a colación a raíz de la protesta del pueblo cubano y que los críticos de ese sistema señalaron las contradicciones y embustes que encierran los líderes socialistas o comunistas latinoamericanos, quienes suben a la palestra como luchadores y haciendo fuertes señalamientos contra el capitalismo, cuyas mieles gustan integrar a su modo de vida y a la de sus descendientes, mientras lanzan al pueblo frases trilladas, pero efectivas: “primero los pobres”. Claro, “los pobres, pero los ajenos”, dicen unos por allí.
Pregunten si esto último no es verdad. Pregunten a los nietos de Fidel Castro, o a los hijos del presidente de México. Pregunten o investiguen, aquellos que no temen enfrentar lo que subyace y está detrás de quienes llegan al poder usando un lenguaje que apela a las emociones primarias, que divide y agita los enconos individuales, personales, familiares. Observen lo que dicen; investiguen cómo viven.
Pregunten y observen. Documéntense sobre los gustos y aficiones de los descendientes de quienes predican austeridad. Ellos saben bien que eso de la tal “austeridad” es mera fórmula política embaucadora que da dividendos a quienes la pregonan. Así ha sido desde el Che Guevara y su historial de exterminio, pasando por Fidel, gran aficionado a cierta marca y que inspiró a sus admiradores, unos ya muertos (como Hugo Chávez) a seguirle. Y, desde entonces, parece haber en ello una especie de acuerdo, quizá no hablado, pero lo asumen como un distintivo que los hermana en su ideología.
Pareciera una especie de disimulado homenaje a la memoria de aquellos líderes que han inspirado sus pasos y que han usado la pobreza de los otros para erigirse en sus salvadores. O lo que es lo mismo: socialismo o comunismo para el pueblo, los goces y mieles del capitalismo para ellos, los líderes y los suyos.
YA NO EXISTE MIEDO EN CUBA, EL HAMBRE SE LO COMIÓ
Cuba está hoy en el candelero mundial. Los cubanos viven uno de los episodios más negros y agitados de su historia reciente, a manos de la familia castrista que se niega a devolverles su derecho a decidir su suerte.
Cuba sufre. Se agita. Se rebela a continuar a merced de una narrativa que sus gobernantes vendían hacia afuera del mundo y que engañara a tantos, pero que hoy han mostrado la brutal realidad que está viviendo un pueblo vejado como pocos. La Cuba aislada del mundo y a merced de un control que se mantiene a golpes y fuego se ha rebelado. Son días decisivos para los cubanos que permanecen presos en su propia isla, y para quienes, desde afuera, siguen manteniendo contacto con sus coterráneos, alzando la voz por ellos y alertando sobre la realidad que se vive allí.
Desde Juan Reinaldo Castro, exguardaespaldas durante 17 años de Fidel Castro, y quien saliera de la isla decepcionado al descubrir las grandes falacias que encerraba el líder; hasta Carlos Calvo, exescolta de las Fuerzas de Seguridad de la isla. El primero, Juan Reinaldo, ha concedido diversas entrevistas, dando pormenores de lo que atestiguó durante su trabajo con Fidel Castro. En su libro La vida oculta de Fidel Castro, describe las manías y meticulosidad de quien poseía para sí y los suyos espacios recreativos de lujo, su consumo y afición por los mejores quesos que eran hechos para él y los vinos y bebidas.
Por su parte, Carlos Calvo habla de su participación y simpatía hacia la Revolución Cubana, de la que se desencantó años más tarde al ver el método de control y austeridad que usaba la cúpula castrista con el pueblo y la vida lujosa que vivían Fidel y los suyos.
“11 millones de cubanos en la isla; de ellos 5 o 6 millones en pobreza y 3 en extrema pobreza. Barrios insalubres, enfermedades. Plagas de sarna, piojos, leptospirosis es la realidad de hoy”, asegura enfático, destacando también el servicio médico de primera con que cuenta Raúl Castro y su familia, así como aquellos integrantes cercanos al círculo de poder.
Carlos Calvo mantiene actividad informativa a través de su canal de YouTube. Desde allí expone, cuestiona y habla conmovido de su amor por México, país que conoce a profundidad, en el que vivió y de donde es su esposa. “En México comí mi primera langosta sin esconderme de la policía y mi primer bistec de res”, relata.
Dos voces cubanas, entre miles más que denuncian lo que está pasando en Cuba y se solidarizan con sus paisanos.
EL MUNDO SE MUEVE, CUBA DEMANDA SU DERECHO DE HACERLO
1980, año en que más de 120 mil cubanos salieron masivamente del puerto Mariel de la isla. ¿Su destino inmediato? Miami, Florida. A este hecho se le conoce desde entonces como “Éxodo Mariel”. Así ha quedado registrado en la historia aquella huida del régimen castrista. Fidel Castro y los suyos verían, con asombro no confesado, durante un lapso de siete meses (abril-octubre) enjambres de cubanos embarcarse hacia otros horizontes desconocidos e inciertos, pero más libres o, por lo menos, no bajo la mano de un hombre que con el paso del tiempo endureció el control sobre sus habitantes.
Empezaría así la leyenda de un país que, bajo la mano de su hábil líder, construyó una utopía de libertades inexistentes. Esto último lo pudimos constatar quienes visitamos esa isla en 1988; ocho años después de ese éxodo atestiguamos un modo de vida instaurada por un régimen controlador y autoritario. Por ejemplo, la prohibición que tenían los cubanos de entrar a tiendas, librerías o de cualquier otra índole reservadas para los turistas.
Qué incómodo fue ver los rostros de algunos, pegados a los vidrios, presenciando el libre circular de todo turista que arribaba a la isla. Qué incómodo y penoso no poder cruzar palabra con ellos más de determinado tiempo, ante el temor de despertar sospechas tanto hacia el turista como hacia el isleño, no poder hacer alusión alguna a aquel éxodo masivo de 1980 y las huidas de la isla de cubanos que seguían y siguen ocurriendo; algunos a merced de su suerte, perdiendo la vida durante su travesía en frágiles balsas improvisadas o artesanales.
31 años después de ese éxodo masivo, y 5 años por cumplirse de la muerte de Fidel Castro (noviembre 2016), Cuba se agita. Se crece a un castigo que ha durado demasiado. Nada asegura que la calma lograda a fuerza de amenazas, represión y cárcel detenga ya lo que explotó el pasado 11 de julio. El símbolo 11J es ya un referente de la Cuba que grita con vigor: #PatriaYVida #Libertad