Autoría de 11:00 pm Pamela Granados - De salud mental y más

La belleza de la vulnerabilidad – Pamela Granados

La vulnerabilidad, un concepto que a muchas personas aún les genera incomodidad o molestia, pero… ¿A qué se debe?

Socialmente, esta característica psicológica del ser humano no es algo aceptable, ya que culturalmente estamos condicionados a percibir a las personas vulnerables como débiles. Viviendo en un país con estructuras sociales delimitadas, es complejo no crecer con prejuicios o patrones de conducta nocivos, entre los cuales prevalece la creencia de que quien no demuestra fortaleza o valor, es una persona frágil.

En las relaciones interpersonales es precisamente este temor a la vulnerabilidad, a presentar una cara de debilidad y el sentir que el otro puede lastimarnos, lo que nos lleva a generar barreras y levantar la guardia antes situaciones que emocionalmente no sabemos manejar. Esto nos lleva a hacer retiros de nuestra cuenta bancaria emocional, por lo que vamos a poner un escudo, el cual puede manifestarse como huir, estallar en enojo o llanto, aislarse, alcoholizarse o drogarse, por mencionar algunas. Pero, dentro de todo este vórtice de miedos, ¿dónde recae la belleza de la vulnerabilidad?

Es justamente el aprendizaje y el crecimiento personal que conlleva el ser vulnerables, lo que le da una cara diferente a este concepto. El momento en el que te desprendes de esos miedos, inseguridades, dudas y prejuicios, es cuando descubres partes de ti mismo que desconocías, es cuando haces depósitos a tu cuenta bancaria emocional, partes que necesitabas confrontar y conocer a “flor de piel”, para permitirles sanar y deconstruir.

A través de la deconstrucción de uno mismo, proceso al que nos lleva de la mano la vulnerabilidad, es cómo logramos autodescubrirnos y recrearnos, generando así un autoconcepto. El autoconcepto, en un aspecto muy básico, es la imagen que concebimos sobre nosotros mismos y cómo nos percibimos. Es decir, si yo he escuchado toda la vida que soy tímida e incapaz de socializar fácilmente con otros, inconscientemente estoy generándome una idea de cómo me percibe el resto del mundo y comienzo a “creérmela”. Pero, sí me arriesgo un poquito, me abro a conocer a otras personas desde otra perspectiva, puede que descubra que no soy tan tímida como siempre pensé e incluso que puedo generar nuevas relaciones interpersonales a través de esta nueva versión de mí misma. Lo más importante es cómo me veo a mí misma y lo que yo creo sobre lo que soy.

Desde mi experiencia, considero que se requiere mucho más valor para presentarse ante el otro tal cual somos, con nuestras virtudes y defectos, con nuestros aprendizajes y cicatrices, con nuestro bagaje emocional y nuestra madurez emocional. Más aún el aceptarnos y trabajar en ser la mejor versión de nosotros mismos sobrellevando todas las situaciones complejas que la vida tiene para nosotros.

Querido lector, en esta ocasión yo le invito a cuestionarse, ¿qué tan cómodo se siente mostrando su emocionalidad? ¿Le asusta o incomoda conectar con sus emociones? ¿Considera que los sentimientos son una pérdida de tiempo? Revise su estado de cuenta emocional y si tiene más retiros que depósitos, puede que usted también tenga sus barreras levantadas.

TEXTO VALIDADO POR LA PSICÓLOGA TERESITA BARANDA
TWITTER: @BARANDATERE
TWITTER: @LAPAMGRANADOS
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Last modified: 12 septiembre, 2021
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