Autoría de 12:35 pm #Opinión, Eric Rosas - La Onda Plana

El valle de la agonía – Eric Rosas

La semana pasada fue aprobado el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2024 (PEF2024) en la Cámara de Diputados, con el que el Gobierno de México podrá gastar la histórica cifra de 9.06 billones de pesos mexicanos (bdpm), incluida una deuda que supera los 2 bdpm; algo que podría ser impugnado por los legisladores de oposición y quizá alguna porción termine siendo reasignada a gasto de inversión. De cualquier forma, la suma que podrá usar el titular del Poder Ejecutivo federal seguirá siendo la más alta jamás aprobada para un ejercicio fiscal.

En este contexto de históricamente elevado gasto —que en muchos casos lo es efectivamente—, contrasta la asignación aprobada para el fomento de la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación. Tras el aval otorgado por la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación y un inesperado recorte de último momento que ascendió a 165 millones de pesos mexicanos (mdpm), la participación pública en el sector quedó en 126 mil 475 mdpm y la expectativa de ingresos propios en 21 mil 513 mdpm, para sumar un total de 147 mil 988 mdpm. De este monto, el Ramo 38, que es el que se asigna directamente al otrora Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), alcanzó apenas los 33 mil 170 mdpm del erario que, sumados a los 5 mil 8 mdp que se esperan ingrese por su cuenta la dependencia, ascendería a los 38 mil 178 mdpm.

Así pues, la porción del PEF2024 que le corresponderá el año entrante a la ciencia, tecnología e innovación representará el 1.6 % del PEF2024; sin embargo, como se ha podido constatar, se presagia que a lo largo del año se presentarán recortes, reasignaciones y subejercicios; prácticas que no ha sido posible corregir a lo largo de muchas décadas y bajo administraciones diametralmente distintas.

Con las cifras autorizadas, se cierra un sexenio de supervivencia para la comunidad científica y tecnológica de México pues, aunque nominalmente el presupuesto público asignado representa un incremento aproximado al 16 % respecto de 2023, en términos reales este disminuye a sólo 11.4 % y, además, dicho aumento fue destinado a la Subsecretaría de Electricidad, una dependencia que nunca antes había participado de este apartado para la ciencia, tecnología e innovación, y de cuyos proyectos en estos ámbitos no existe la más mínima información; por lo que, de acuerdo con los datos del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano del año 2022 y las predicciones de crecimiento para el presente 2023, luego de restar la asignación hecha de manera disfrazada a la Subsecretaría de Electricidad, los casi 148 mil mdpm rondarían un muy modesto 0.33 % del PIB.

Esta asignación como proporción del PIB ha sido la constante en los recientes seis ejercicios fiscales y sólo es comparable con algunas de las primeras aportaciones del lejano sexenio encabezado por el presidente Fox. No únicamente por este hecho es que la inversión que México hará en ciencia, tecnología e innovación representa un retroceso, sino también porque en la primera década y media del actual milenio nuestro país mantuvo un crecimiento sostenido en este ámbito, lo que nos llevó a alcanzar la marca de 0.49 % del PIB en el año 2015, cuando el presidente Calderón se encontraba a la mitad de su gobierno. A partir de ahí la aportación pública inició su descenso sostenido, hasta alcanzar este valle de agonía en el actual sexenio.

Adicionalmente, conviene mencionar que gran parte del presupuesto aprobado estará destinado a algunos cuantos programas, como lo son la asignación de becas nacionales y de licenciatura, el pago de estímulos a investigadores y la operación del sistema de Centros Públicos de Investigación dependientes del anterior Conacyt, lo que inevitablemente dejará descobijadas actividades muy relevantes, entre ellas la formación de especialistas fuera de México o en disciplinas nuevas y de frontera, y la financiación de verdaderos proyectos de investigación científica y desarrollo experimental. Con esta cruda realidad será muy difícil que México pueda ponerse a la par de las naciones más desarrolladas del orbe.

Lo anterior, dicho sin aberraciones.

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Last modified: 15 noviembre, 2023
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