En este espacio me voy a referir al libro titulado La industria de la cannabis en Canadá. ¿Socialmente responsable? El caso de Canopy Growth, de Aaraón Díaz Mendiburo. Se trata de una obra editada este año por la Universidad Nacional Autónoma de México, a través del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, desde la Coordinación de Humanidades.
De un tiempo a la fecha se ha popularizado la imagen legal de la cannabis producida en Canadá, con una estética que propone un uso seguro, accesible y con el glamour de productos comestibles, medicinales o la tradicional mariguana fumada. Con curiosidad me acerqué a la lectura, de la cual puedo compartir en resumen los siguientes temas:
- Diferencia entre los conceptos mariguana y cannabis, tipos existentes
Cannabis es el nombre científico de la planta completa, raíz, tallo, hojas y flores. Mientras que la mariguana se refiere únicamente a las hojas y a las flores, igualmente el hachís se extrae del tallo. Las especies usadas para uso lúdico y médico son la Cannabis índica y la Sativa. El autor nos ofrece una enunciación más específica de los usos actuales en los mencionados campos.
Mientras que cannabis sativa es el nombre científico de la planta, la palabra marihuana se refiere al “preparado elaborado a partir de las flores, hojas y tallos pequeños provenientes de la cannabis sativa”.
Las primeras referencias a la cannabis medicinal en Occidente mencionan al médico irlandés William Brooke O’Shaughnessy como su precursor. En su viaje por India, aprendió el uso del cáñamo, preparó extractos de la resina y la convirtió en píldoras o la disolvió en alcohol para producir una tintura, con la que experimentó en animales. Convencido de su eficacia, comenzó a usarla en humanos para el cólera, las convulsiones infantiles e incluso el tétanos.
- Antecedentes de uso cultural y estigmatización de la sustancia. Los activismos y procesos de legalización
Si bien la cannabis se utilizó ampliamente, incluso como cáñamo para la fabricación de cuerdas y redes de pesca, o como parte del uso popular en el siglo pasado, y que pudo llegar a la estética iconográfica de Woodstock, y de la no violencia de los hippies. Lo cierto es que a partir de los años ochentas, se colocó a la mariguana en la lista de sustancias peligrosas.
La estigmatización a partir de estereotipos de gente adicta, violenta e irracional, se agregó a la racialización del consumo. (La cannabis siempre fue más accesible para África y América del Sur), el colonialismo capitalista estigmatizó especialmente a las personas de piel oscura.
Asimismo, este autor coincide con miles de activistas en cuanto a cómo se deben procesar las compensaciones a las personas que en su momento fueron injustamente criminalizadas, pues el perdón de la multa no es suficiente. Son más de cien mil los individuos elegibles para el perdón por posesión de cannabis, de los cuales sólo lo habían solicitado menos de trescientos en octubre de 2021, ello como resultado de la complejidad que reviste la aplicación diseñada por el gobierno, a la cual se suman los estigmas que este último también contribuyó a construir. En este sentido, Karen McCrimmon, la secretaria parlamentaria del Ministerio de Seguridad Pública, también coincide con esa idea, al mencionar que “debería ser viable quitarles de la manera más rápida y fácil posible su récord criminal, así como el estigma, a aquellos convictos relacionados con la cannabis” (p.140).
La nueva cara de la cannabis legal ha sido blanqueada hasta el extremo, llevando a expendios tipo farmaceúticas, sin representación de los activistas, ni de su origen biocultural. Por el contrario, se encuentra como un elemento más controlado por accionistas prestos a tener mayores ganancias invirtiendo el menor costo.
Y es aquí donde entran las dinámicas de contrataciones en condiciones precarias, llenas de gran estrés, y cero estabilidades para los empleados. Los modelos de producción capitalista, tanto en invernaderos con luz ultravioleta, o a cielo abierto, exponen a las personas trabajadoras a condiciones de riesgo, sin pago de horas extras y sin beneficio de movilidad o ascenso.
“… otra de las condiciones que los vulnera y que tienen que enfrentar durante su estancia en Canadá es la mala calidad de sus viviendas y el hacinamiento en que viven desde su llegada a las granjas, situación que se agravó exponencialmente durante la pandemia de la Covid-19, lo que demuestra cómo las y los migrantes viven hacinados y sin privacidad, en entornos que incluso pueden ser considerados como infrahumanos” (p.145)
- Entre la legalidad y el capitalismo: explotación laboral, irregularidades en las contrataciones. Expropiación cultural de la cannabis, cambio de imagen, monopolio de la comercialización.
La imagen mostrada al mundo del consumo de un producto de alta calidad, sin determinar aún cuál es el consumidor a buscar, sin haber logrado llevarlo a lugares de consumo público, que deja mucho a deber en cuanto a los sistemas de producción. Se contrapone igualmente, que los consumidores regulares siguen prefiriendo la venta personal (clandestina) que la comercial, pues no ha sido posible hacer crecer el mercado tan rápido como se previó en un inicio.
“Lo que falta, y que es muy importante, es que puedes ir a un pueblo que tiene, no sé, diez lugares que venden alcohol para beber en bares, pero ninguno de cannabis. Se siente como si se supusiera que debes tomar tu cannabis, irte a la vuelta de la esquina y consumirla por tu cuenta. Todavía falta que esté disponible una plataforma social para su consumo, no para fumar, pero para beber y comer debería estar permitida. Me parece muy raro que la estamos vendiendo, pero no hay donde consumirla más que en casa. No sé, me parece raro (Testimonio de Bruce Linton, 2022, p. 150).”
Las fuentes son tanto de estudios de caso, integración de noticias públicas, publicidad en redes (incluyendo comentarios que permiten los medios interactivos), literatura académica.
El proceso de legalización tiene en este libro una buena perspectiva de los aciertos y desaciertos cometidos, y previene del despojo cultural de una planta que históricamente ha sido nuestra, como en su momento pasó con el opio o casi sucede con la hoja de coca.
Este libro deja sobre la mesa las reflexiones compiladas, a fin de colocar el foco de atención también en las dinámicas del capitalismo, la legalización abre nuevos nichos de mercado, que difícilmente quedará en las manos de los pueblos del Sur global.
Súper interesante. Ya quiero leer el libro.