REPORTAJE: AMÍLCAR SALAZAR/LALUPA.MX
A menos que se escape de la cárcel, el pedófilo estadounidense de 66 años Thomas Emil Sliwinski difícilmente podrá volver a México, porque quedará libre hasta 2047, cuando cumpla los 94.
Sliwinski, quien fue atrapado por el FBI en playas de Ensenada, Baja California, luego de vivir como fugitivo durante once años (2004-2015), perdió este 8 de abril la última oportunidad que tenía de apelar una sentencia judicial por 30 años de prisión.
Esposado de la muñeca derecha, vestido con el traje naranja del penal de alta seguridad de Shelby, este delincuente robusto y de ojos intensos como de diablo fue callado en seco por el juez Jim Rice, de la Suprema Corte de Montana:
–Le ordeno que guarde silencio. Usted ya ha pasado muchos años negándose a aceptar sus culpas. Pues ahora tendrá mucho tiempo en la soledad para poder hacerlo.
Desde que regresó de la guerra de Vietnam, a los 20 años, el ex sargento Sliwinski había tenido suerte para librar las sospechas que lo referían como un patológico violador de niñas. 44 años después, el compulsivo pedófilo no pudo evitar que el juez Rice lo condenara a enfrentar la vejez en una celda.
REFUNDÓ SU HAREM EN MÉXICO
EnLaLupa.Com siguió la pista dejada en México por este moderno faraón al estilo americano, quien se jactó durante el juicio de tener 19 hijos con “muchas esposas” (categoría que incluye a cuatro hijastras, dos sobrinas y una nieta, entre otras mujeres a las que, según aseveró el juez, abusó sexualmente y adoctrinó desde que eran niñas).
Este medio periodístico pudo saber que, durante su estancia en México, Sliwinski no se retiró de la vida polígama ni pedofílica. De hecho, convirtió su casa situada en un pueblo aledaño de Ensenada en una versión a escala del gran harem que tuvo en Montana y por el que lo perseguía la justicia.
En la etapa mexicana del harem de Thomas, estuvo acompañado por dos agobiadas hijastras, a quienes secuestró cuando eran niñas, pero que ya eran adultas cuando lo arrestaron (nombres y datos geográficos se omiten por razones de privacidad de las víctimas).
LO “BUSCABAN” EN EU… PERO VENDÍA SU LIBRO EN AMAZON
La indagación de LaLupa.mx revela que Sliwinski aprovechó su refugio en México para hacer negocios recurriendo a las plataformas digitales estadounidenses. Ello, mientras el afamado ojo vigilante del Federal Bureau of Investigation (FBI) ofrecía una recompensa por el paradero de un prófugo cuya fotografía estaba en el portal de los delincuentes “más buscados en el mundo”.
Sliwinski se dio tiempo para publicar bajo su nombre y desde México dos libros seriados en versión impresa y digital (The House of Thomas; Lulu Publisher, 2006), que hasta la fecha se comercializan en las plataformas Amazon y Google, así como en la cadena neoyorquina de librerías Barnes & Noble.
Sliwinski burló también a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de EU, al operar desde México una página web que durante al menos ocho años solicitó donativos para su defensa jurídica a la comunidad pedófila del orbe (“El derecho universal a la poligamia está en peligro”); ello a través del sistema de negocios PayPal Holdings, que está ligado a la cuenta bancaria del usuario.
“MÉXICO ME ABRIÓ LAS PUERTAS”
En sus libros, Sliwinski acepta (con justificaciones religiosas) lo que nunca reconoció ante los jueces: su afición a tener sexo con menores. Asimismo, agradece a México la oportunidad que le habría dado de “refugiarse”, así como un supuesto aprendizaje en materia de poligamia:
“México me abrió las puertas a una experiencia de paz y libertad para vivir un matrimonio plural como el que siempre soñé”, anota el autor, citando por su nombre a familias polígamas que habitan la conocida colonia Lebaron, del municipio de Galeana, Chihuahua, las que (antes de su llegada a Ensenada) le habrían dado la oportunidad de esconderse en el país.
EN VIETNAM A LOS 18
Después de pasar una infancia en la que sufrió la muerte de su padre (también militar) y un alcoholismo adolescente, Thomas Sliwinski cuenta en su libro que la primera batalla legal de su vida fue contra el servicio de reclutamiento para la guerra de Vietnam, que para su “mala suerte” no lo elegía para combatir, dado que apenas estaba por cumplir los 18.
Fue entonces que Sliwinski envió en 1971 una carta al entonces presidente Richard Nixon para expresarle su deseo de apoyar la “causa por la libertad.” La respuesta de la Casa Blanca le resultó tan favorable que el joven fue enviado a pelear la cruenta batalla por la ciudad vietnamita de Da Nang, donde EU experimentó con bombardeos del mortífero agente químico Napalm.
“VIVIR LA UTOPÍA”
De vuelta a casa, apenas en los veinte, Sliwinski refiere haber comenzado su propia batalla interna (“¿cómo vivir la utopía que siempre imaginé?”) para ejercer tanto la pedofilia como la poligamia, áreas para él de “conocimiento espiritual”, pero que ocuparon su mente y cuerpo durante 30 años previos al día en que se vio cercado por la policía y optó por venir a México.
Después de un divorcio y otras relaciones pasajeras, Sliwinski se casó a los 31 años con Brenda, a quien cortejó siendo la esposa de su mejor amigo y ex compañero de armas. En su libro, Thomas asegura que Brenda lo acompañó por muchos años en su búsqueda, siempre por voluntad y en pos del pretendido “matrimonio plural que Dios me ha concedido”.
Basado en lecturas bíblicas y en viejos textos fundamentalistas, Sliwinski pasó de sentirse alumno a quererse llamar “pastor”, de modo que invirtió mucho tiempo en querer ser miembro de la iglesia mormona, pero la que nunca lo aceptó ni como aprendiz.
Inclusive, en severas cartas escritas por clérigos ortodoxos que se negaron a integrarlo en la región polígama de Utah, Thomas fue tachado como “gran farsante”, “enfermo sexual de poco fiar” y “mero abusador de menores”.
LA LEY DE THOMAS
Enfadado por el repudio mormón, Sliwinski decidió inventar su propia religión (“La Ley de Thomas”) e imponerla en el único sitio en que podía hacerla obligatoria: su casa-harem, situada en la ciudad de Helena, Montana. A dicho inmueble, situado en pleno campo, el jefe de familia adosó un vistoso rótulo: “La Casa de Thomas”.
Sliwinski administró con voz férrea y obligatorias lecturas y planas bíblicas el domicilio familiar, habitado por su adoctrinada esposa Brenda y un total de diez niños (seis de su mujer y cuatro propios, ambos de matrimonios previos). La esposa concedía al marido cualquier capricho, so pena de ser maltratada por el hombre.
Con el tiempo, cinco de las niñas del hogar fueron abusadas sexualmente por Thomas, ello desde que tenían ocho años de edad, mientras que al cumplir 12 las convertía en sus “esposas”, para así “santificar” lo que denominaba “matrimonio plural”, provisto de un número ilimitado de mujeres presentes y futuras.
Para colmo, Sliwinski era un hombre infiel, y esto lo asume él mismo, al narrar en sus textos algunas de las aventuras que sostuvo con mujeres ajenas al núcleo femenino que tenía en casa.
Como botón de muestra del grado de sicosis que podía alcanzar Thomas, las niñas-esposas debían vestir camisones transparentes por las tardes, ello antes de mirarlas bailar un ritual erótico en el que él decidía a cual llevaría a la cama.
Una aberrante letra “T”, misma que el pedófilo pretendió tatuar en el trasero de cada una de sus chicas, fue el corolario para que la mayor de sus hijastras, ya de 26 años, escapara del harem y corriera a denunciarlo; primero ante la policía, después ante los jueces.
DE CHIHUAHUA A BAJA CALIFORNIA
Huir a México, trayendo consigo a Brenda y a las dos “esposas” más pequeñas, fue la solución que encontró Thomas para no ir a la cárcel; de paso, para emprender lo que luego definiría en su libro como “una nueva aventura en la búsqueda de paz y libertad.”
A mediados de 1994, recién llegado al país, Thomas y su familia se refugiaron en la colonia Lebaron, del municipio de Galeana, en el estado de Chihuahua.
Dicha colonia fue fundada en 1924 por familias estadounidenses que eran parte de la religión mormona, pero que fueron expulsadas de esta al negarse a dejar la poligamia. En consecuencia, consiguieron permiso del gobierno mexicano para emigrar a México.
Si bien el aire de solidaridad polígama que reinaba en Lebaron parecía favorecer a Sliwinski para darse por bienvenido, pronto surgieron diferencias. Y es que los habitantes locales no aceptaban el sexo entre familiares directos; justamente, la preferencia sexual de nuestro hombre.
Incapaz de seguir ningún culto religioso bajo reglas que siempre resultaban ajenas para un típico ex combatiente americano, Sliwinski cruzó el desierto chihuahuense y prefirió llegar a las costas de Ensenada, donde al parecer no conocía a nadie. Estaba decidido a vivir a su manera.
Afables, algunos lugareños del nuevo refugio de Thomas comenzaron a llamarlo “Míster Douglas”, suponiendo que se dedicaba a la investigación de los océanos.
LO VIERON EN TV
En septiembre de 2015, la apacible vida de Sliwinski dio una voltereta cuando el popular programa de televisión Fugitive Watch le dedicó un segmento, recordando al auditorio sobre la recompensa de cien mil dólares que se ofrecían por delatar el paradero del pedófilo.
No pasó mucho tiempo para que una voz desconocida llamara al estudio para brindar los datos correspondientes, ni para que la policía de Baja California, alertada por el FBI, se presentara delante de la tropical casa de Thomas.
Sorprendido por verse otra vez acorralado, Sliwinski quiso huir, corriendo dentro de un predio en el que primeramente se escondió entre matorrales, pero al sentirse agotado decidió buscar varas cortantes a su alrededor y causarse heridas (no graves) en el abdomen.
La maniobra de autolesionarse, según dijo la policía, tendría las hipótesis de que Sliwinski quiso suicidarse o bien que prefería ser llevado a un hospital antes que a la celda que los sheriffes de Montana le tenían reservada.