REPORTAJE: AMÍLCAR SALAZAR/LALUPA.MX
Juana tiene once tatuajes en el cuerpo, entre estos uno en la espalda que muestra una palabra de nueve letras: “Querétaro.”
Ella es una de las dos mujeres queretanas que en la última década han sido internadas en cárceles de Estados Unidos, según lo revela una investigación de LaLupa.mx.
En noviembre de 2016, Juana N. cumplió 27 años de edad teniendo pocos días de haber salido de la prisión de Lee County, situada en la costa oriente de Florida.
Residente en Miami desde que era niña, la joven ingresó a la cárcel en noviembre de 2012, luego de ser arrestada por robar a mano armada un comercio.
Juana tiene tarjeta de residencia estadounidense, de modo que tras concluir sus cuatro años de encarcelamiento pudo optar por quedarse a vivir en aquel país.
Sin embargo, al firmar su hoja de salida, la recién liberada dijo a las autoridades que entre sus planes futuros estaba el de volver a la tierra que homenajea en su propia piel. Pero ya no se supo más de ella.
MIGRANTES, UNA CELDA EN EU
70 varones y dos mujeres originarios del estado de Querétaro estuvieron dentro de cárceles estadounidenses durante 14 años recientes, hasta 2018, según pudo averiguar EnLaLupa.Com en diversos registros privados de ex presidiarios, allá operados por organismos civiles que actúan como sistemas de alerta para ciudadanos y empleadores.
Dentro de un acervo de casi 150 mil fichas carcelarias, este medio pudo ubicar a 72 reos hispanos que en su momento fueron registrados por las autoridades penitenciarias como originarios del estado de Querétaro.
Dentro de dicho grupo, pudo saberse que 63 cruzaron al país del norte en calidad de trabajadores migrantes, mientras que los nueve restantes ya residían allá cuando cometieron sus delitos, todos de baja gravedad.
Los buscadores del sueño americano sólo encontraron una celda estadounidense en sus destinos. Ello porque después de que cruzaron ilegalmente el Río Bravo fueron acusados por oficiales de la Border Patrol de cometer “otros delitos”.
CÁRCEL POR NO PAGAR LA FIANZA
Huir de los agentes fronterizos, forcejear durante las detenciones o “maltratar” los vehículos de traslado fueron algunos de los crímenes que la guardia migratoria imputó a los queretanos.
Los cargos contra los detenidos les garantizaban el derecho a la libertad bajo fianza. Empero, al no contar con dinero para pagarla, fueron enviados a prisión.
Los encarcelamientos para los frustrados migrantes tuvieron una duración de entre dos semanas y dos años. Completadas sus estadías tras las rejas, fueron deportados a México en distintas fechas, hasta finales de 2018.
En EU, las fichas policiales se publican sólo hasta que los acusados por delitos son declarados culpables por los jueces; procesos que suelen demorar un año. Por dicha razón, los datos de 2019 podrán conocerse hasta el año entrante, afirma un experto consultado por este medio.
CÁRCEL DEL DESIERTO
Dentro del grupo de queretanos apresados en EU, el caso de Miguel N. es el más reciente; liberado apenas el 18 de septiembre de 2018 de Taylor County, Texas, una cárcel situada en medio del desierto y que suele ser receptora de los reos que comúnmente le envía la guardia fronteriza.
Originario del municipio serrano de San Joaquín, este joven de 23 años fue encarcelado no por el cruce ilegal del Río Bravo –algo que la justicia americana suele perdonar–, sino porque llevaba consigo dos documentos falsos de identidad.
La práctica de ingresar a EU con falsos permisos de residencia o estados de cuenta bancarios, suele ser un gancho para que algunos “polleros” incrementen el costo de sus servicios a migrantes incautos o que desestiman el riesgo de ser fichados como delincuentes.
El penal de Taylor tiene una capacidad dos mil 700 reos, rigurosamente vigilado por guardias que residen dentro de un condado que se caracteriza por tener población blanca hasta en un 81 por ciento. Como dato adicional, en dicha región fueron filmadas varias películas del “viejo oeste”.
MIGRACIÓN EN CIFRAS
La cifra de 72 queretanos presos en EU, identificada por este medio, representa el 4.7 por ciento del total de nacidos en la entidad que fueron deportados durante el sexenio pasado, cifra que hasta mayo de 2018 era de mil 531 personas.
Respecto al número de queretanos que residen en el extranjero, la autoridad mexicana tiene el registro de once mil 80 hasta el año 2017, siendo EU su principal destino.
EX PRESIDIARIOS EN LÍNEA
En contraparte con lo que ocurre en la mayoría de los países, incluido México, donde las fichas policiales se restringen al público, en Estados Unidos la legislación avala que empresas u organismos cívicos (Rapsheets.Org y Mugshots.Org, entre otros) operen bases de datos que se autodefinen como de “alerta ciudadana” o se orientan a empleadores, a manera “precaución contra ex presidiarios.”
Dicha información también está disponible en los portales gubernamentales de EU; sin embargo, sólo se otorga de manera específica e individual, proporcionando nombre y número de prisionero; sin operar ningún sistema interno de búsqueda automatizada.
Los grupos civiles, en cambio, difunden por la libre buena parte de las fichas carcelarias del país, aunque sin brindar a los inculpados la protección de rostros o de datos personales; usanza que se vuelve controversial para un debate que incluye a los organismos de derechos humanos”.
La precisión estadística que ofrecen dichas bases de datos tiene a su vez cuestionamientos, tanto de otros grupos de DH como de investigadores periodísticos, quienes han descubierto que las fichas policiales de personajes con cierto poder adquisitivo suelen “desaparecer” fácilmente de los sistemas.
Lo anterior podría lograrse gracias a otro fenómeno al estilo capitalista: el “boom” de bufetes jurídicos que han convertido en un negocio de dos mil dólares, en promedio, el emprender juicios encaminados a borrar de un modo legal la fotografía del ex recluso que así lo demande y pague.
Por el contrario, miles de fichas de encarcelados pobres pueden quedarse para siempre en línea, llegando a representar toda una pesadilla para ex reclusos que intentan rehacer su vida mediante la búsqueda de un empleo.