Dos de las determinaciones claves para lograr que las ciudades reduzcan el tránsito de vehículos particulares y con esto bajen accidentes, la contaminación y los embotellamientos son, por un lado, el desincentivar el uso del automóvil particular y, la otra, contar con un eficiente sistema de transporte público.
Esto significa que los gobiernos deben desarrollar las ciudades y su crecimiento, siempre en función de las y los peatones y, en contraparte, implementar medidas punitivas a quienes usen el vehículo particular.
Claro, estas medidas funcionan y hasta son bien recibidas, siempre y cuando haya transporte público eficiente y otras opciones de movilidad, como la bicicleta.
Para atrás, para adelante
Este asunto viene a colación porque apenas la semana pasada, el gobierno de la Ciudad de México hizo un anuncio que muy seguramente cambiará de manera radical la percepción de la movilidad: entró en vigor la disposición que convierte el perímetro del Zócalo de la capital del país en una zona peatonal y, en consecuencia, se restringió el uso de automóviles en esta área de la ciudad..
“Es un hecho relevante e histórico porque le estamos dando al principal espacio público del país una connotación especial, es una conquista de los peatones que están en la cúspide en la pirámide de la movilidad”, comentó el Jefe de Gobierno Martí Batres Guadarrama.
La medida protege al peatón y obliga al automovilista a circular por otras vías.
Y mientras esto sucedía en la capital del país, justo en la misma semana pasada el gobierno del estado de Querétaro anunció dos decisiones que me parece, son controversiales.
Una ha sido la condonación a 100 por ciento de las multas aplicadas a automovilistas por circular a exceso de velocidad y que fueron detectados por el sistema de cámaras de vigilancia, mediante el programa “Clicks de Vida” o popularmente conocidas como fotomultas.
La otra es la condonación de 75 por ciento en multas derivadas de la falta de verificación vehicular en los últimos seis semestres. Es decir, ya no hay sanción por contaminar el medio ambiente a través de las emisiones de un vehículo particular.
Ambas medidas se han justificado argumentando que de esta manera se apoya la economía familiar de las y los queretanos y que se fomenta la revisión y condición óptima de los vehículos pues los descuentos aplican en el momento en que se paga el refrendo vehicular 2024.
Es decir que el gobierno estatal condona multas o castigos “con la finalidad de apoyar la economía familiar (e) invitar a los queretanos a ponerse al corriente en verificación vehicular y con ello mantener una buena calidad del aire”.
Así, mientras en la capital del país se desincentiva el uso del auto particular restringiendo su circulación en una zona convertida en prioritaria para el peatón, en Querétaro se incentiva el uso del automotor, condonando multas.
Una crisis anunciada
La capital del estado y, más ampliamente, la zona metropolitana I de Querétaro (Corregidora, El Marqués, Huimilpan y Querétaro) está a punto del colapso en su movilidad.
El incremento de automotores particulares circulando en sus calles y avenidas, sea por el arribo de más familias a vivir a la entidad o sea por la capacidad económica de las que aquí viven, que les permite adquirir uno o más, además del aun deficiente transporte público, han fraguado la combinación perfecta para arruinar la movilidad.
Evidentemente que el asunto se agrava a partir de las equívocas políticas públicas gubernamentales que hasta ahora se han implementado. El incremento del riesgo de sufrir un percance vial o ser un peatón lesionado por un vehículo; el peligro que representa andar la ciudad en la que se prioriza el automotor e incluso, la contaminación al alza y la inseguridad, son efectos directos de esta situación que se pueden agravar si no se corrige.
La Ciudad de México vivió y vive una situación similar con el tráfico vehicular. Allá, sin embargo, ya comenzaron a tomar medidas favorables al peatón.
Juan José Arreola de Dios
Periodista / Comunicación Política
Twitter: @juanjosearreola