Hipatia nació aproximadamente en el año 360 y falleció en el 415 d.C, en Alejandría, Egipto; su padre era un filósofo y matemático algo conocido en Alejandría, gracias a esto, Hipatia encontró la curiosidad por estos y otros temas.
La mayoría de la gente piensa que Hipatia fue la primera mujer en dar importantes y grandes contribuciones a las matemáticas y la filosofía; sin embargo, su predecesora fue Pandrosion, pero debido a pocos registros de su vida, se toma a Hipatia como la primera mujer en tener más registros intelectuales a lo largo de la historia.
Hipatia era una maestra estudiosa, interesante e inteligente en los ámbitos de las matemáticas, las ciencias y astronomía, a su vez, daba clases públicas para ilustrar a otros con ideas platónicas y de Aristóteles; fue así como Hipatia llegó a ser parte de la élite de filósofos de aquel entonces, llegando a ser muy respetada por todos.
Hipatia fue una mujer muy amada en Alejandría, e incluso toleraba y respetaba a los cristianos sin importar las diferencias de ideales; algo irónico ya que se dice que ellos mismos fueron quienes la asesinaron por una polémica política entre Orestes (prefecto romano de Alejandría) y Cirilo (Obispo de Alejandría).
Después de su muerte, se creo una disputa de largos meses donde algunos cristianos la consideraban como símbolo de oposición al cristianismo, y otros más como la mártir de Alejandría; con el tiempo esta disputa empezó a perder importancia, e incluso Hipatia toma influencia para la leyenda de Santa Catalina de Alejandría.
No hay mejor manera de conocer los estudios y aportaciones de Hipatia que adentrarse en las letras de otros filósofos y filósofas, ya que no fue la última intelectual en Alejandría; ella lleva el título de ‘Mártir de la filosofía’; debido a que gracias a ella la filosofía pagana no quedó condenada a estar mezclada con la religión, dando oportunidad hasta el día de hoy que ambos ideales estén separados entre sí, respetando y tolerándose unos con los otros como lo hacía la magistral Hipatia de Alejandría.
“Define tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar”
-Hipatia de Alejandría