HISTORIA: SANTOS MENDIETA/LALUPA.MX
“Aunque sea en este pequeño espacio, tú puedes hacer grandes cosas”, define Andrea, quien cumple cuatro años y nueve meses recluida en el Centro de Reinserción Social de San José El Alto.
Una mala decisión de su vida la llevó a vivir esta experiencia de la cual busca aprovechar al máximo para salir adelante y, una vez que cumpla su condena, poder sobresalir afuera y poder ayudar a sus hijos a que cumplan sus sueños.
Andrea busca que los días siempre sean distintos. Para ello se ha integrado a las diversas actividades que ofrece el Cereso, como el taller de elaboración de peluches y de costura, donde aprendió cuestiones de diseño y el trabajar con la máquina de coser.
Actualmente trabaja por cuenta propia y realiza carteras, manualidades y bisutería diversa como rosarios, pulseras, entre otros productos que tiene la oportunidad de vender al exterior y así allegarse de recursos para sus gastos personales y también para poder ayudar a su familia.
Andrea es una de las beneficiarias del Modelo de Operación Cosmos del Sistema Penitenciario (MSP), con el cual se hizo un esfuerzo para firmar el Convenio de Industria Penitenciaria que permite a las personas privadas de la libertad (PPL´s) ser empleadas bajo un contrato laboral con prestaciones marcadas por la Ley Federal del Trabajo y la Ley Nacional de Ejecución Penal, logrando un avance significativo en la dignificación de su trabajo.
A través de la Dirección de Reinserción Social se promueve la actividad laboral de las personas privadas de la libertad, por medio del diseño de espacios internos y externos, para la promoción y venta de artículos del autoempleo, mismos que se proyecta subir en un catálogo digital por medio de la página web de la CESPQ.
UN CRECIMIENTO PERSONAL
“Todos los días son distintos. También participo en el Taller de Computación que es una oportunidad que el centro nos ha brindado a algunas compañeras. Es una herramienta que a mí me ha ayudado mucho para poder aprender y todo este aprendizaje que voy teniendo en este centro poderlo aplicarlo cuando yo salga y ayudar a mi familia, a mis dos hijos y a mi mamá, quienes son personas que necesitan de mí. Toda esta experiencia la he tomado para bien, para tener un crecimiento personal para cuando yo salga y todo eso ofrecérselo a mi familia”.
Con una mirada llena de esperanza, Andrea sostiene que su intención de crecer como persona es muy grande, por ello también participa en el Taller de Computación, donde ha aprendido lo básico en la materia.
“He aprendido muchas cosas, principalmente el conocer lo básico de qué es la computación, herramientas en cuestión de carpetas, organizar archivos, utilizar ciertos programas que yo desconocía”, comparte la joven. “Ha sido un poco difícil porque nunca he estado en contacto de lleno con una computadora, pero al final del día, si tú te esfuerzas, puedes lograr muchas cosas. Para mí es algo nuevo que este centro me ha dado la oportunidad de aprender”.
La disciplina, el esfuerzo día con día y el sentir la motivación de que todo lo aprendido en este lugar, cuando esté afuera lo pondrá en práctica. “Aquí aprendí a hacer costura, rosarios, tener conocimientos de computación, entonces ya tengo más oportunidades para desenvolverme en esos rubros que aquí aprendí”.
“El punto es ser consciente de que ya no quiero regresar a este lugar, quiero empezar algo distinto, no te puedo decir qué, pero tengo varias opciones, tal vez comprar una máquina y hacer muchos cubrebocas, muchas almohadas, o tal vez si encuentro un trabajo donde puedo estar en contacto con una computadora, pues ya lo sé, ya tengo el conocimiento”.
El trabajo de Andrea y otras compañeras del Centro Penitenciario Femenil 2, de San José El Alto, fue parte de la entrega realizada en mayo del 2020 de 25 mil cubrebocas para uso del personal de salud y de las corporaciones de seguridad del estado, en reconocimiento a su profesionalismo en la lucha contra Covid-19.
LA LITERATURA Y LA MEDITACIÓN SON UN REFUGIO
Andrea ha encontrado un refugio en la meditación y la literatura. Aquí participaba en un Taller de Liberación en Prisión; sin embargo, debido a la pandemia por Covid-19 se suspendió.
“La lectura ha sido uno de mis refugios en este lugar. Si no quieres crecer es porque de plano no quieres, porque aquí hay los medios”, define Andrea, quien es una amante de la literatura y de autores como Deepak Chopra, o Isabel Allende con su libro Inés del alma mía; o Dime quién soy, de Julia Navarro; o Cometas en el cielo, de Khaled Hosseini.
“Lo principal es ser consciente de las cosas, de lo que tienes ahora y lo que en su momento perdiste por una mala decisión, pero tú eres consciente de eso y buscas la manera y los medios, aunque sea en este lugar, de sobresalir, porque sabes que, aunque sea en este pequeño espacio, haces grandes cosas, eres productiva, generas y no te quedas con esa idea de que ‘estoy en la cárcel, no hago nada’. Eso para mí es una idea errónea. Tú puedes ser grande donde quiera que estés”.
GARANTIZAR LOS DERECHOS HUMANOS
Debido a la pandemia por Covid-19 se fortalecieron las medidas de seguridad para evitar contagios al interior del centro de reclusión. La interacción con familiares y defensores se lleva a cabo a través de videoconferencias y llamadas telefónicas, medidas que se han implementado para proteger a las internas y a sus familias.
Asimismo, en el centro de internamiento se implementaron medidas como el uso obligatorio de cubrebocas, la aplicación de gel antiviral, la sana distancia, el lavarse las manos constantemente y fortalecer la higiene al interior del centro. También se colocaron carteles informativos en diversas partes de las instalaciones y se han tenido pláticas con personal de salud.
“Una forma de entender las cosas es adaptarte a los cambios. Es un cambio difícil, pero tiene el objetivo de que estés bien y no exponer a la familia que viene a verte, cuando tiene que cruzar varias ciudades, puede estar en contacto con la gente y el objetivo es evitar que se contagien. Esperemos que esto se termine y poder estar con la familia”.
De acuerdo con el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP), el cual tiene como objetivo garantizar los derechos humanos de las personas privadas de la libertad y mejorar las condiciones de estancia e internamiento, el Sistema Penitenciario de Querétaro obtuvo en 2018 una calificación de 8.1, lo que sitúo al estado en el primer lugar nacional junto con Guanajuato. El promedio nacional ese año fue de 6.45. Tamaulipas ocupó el último lugar con 4.92
LUCHEN POR SUS SUEÑOS
La joven madre sueña con salir de este lugar y pagarle la universidad a sus hijos. Andrea es una firme creyente de que todo es posible si se lucha por los sueños.
“Luchen por sus sueños. Vamos a tener tropiezos, pero de esos tropiezos se aprende. Siempre hay que ser conscientes de las cosas. Sólo hay dos opciones: decir sí o decir no. Eso depende de cada persona. Yo pude haber dicho que no, desgraciadamente no tuve la madurez emocional para hacer las cosas distintas, pero siempre hay opciones. Todo se puede en esta vida. Todos los sueños se pueden lograr, pero siempre hay que estar consciente de lo que uno quiere”.