Como cada semana, sigo recibiendo tus dudas e inquietudes para apoyarte como psicoterapeuta y sexóloga. Mándame tus preguntas a intza69@yahoo.com
PREGUNTA:
Buenas noches, doctora. Soy Adriana, tengo 38 años, 12 de casada y tres hijos: uno de 12, otra de 8 y el último de 4 años. Siempre me las he arreglado para trabajar y dar atención a mis tres hijos y a mi pareja. Desde que comenzó la contingencia todos nos quedamos en casa. Mis hijos tienen una sola recámara para los tres. Estuvimos a punto de cambiarnos de casa para que mi hija tuviera una recamara propia, pero por lo del coronavirus ya no pudimos. Los tres se la pasan peleando en la recámara y no tengo un momento de paz.
Mi esposo trabaja igual que yo en casa, pero se tomó a la mala el estudio de la casa para trabajar. Así que él se encierra y yo tengo que trabajar en la sala-comedor, oyendo los pleitos de mis hijos. No me quiero quejar, pero ya no los aguanto. Mi esposo me pide paciencia, pero él no lidia con ellos todo el día. Lo peor es que en la noche me exige sexo y yo no lo deseo ni tantito. No lo tolero; a veces lo aborrezco. ¿Qué hago?
RESPUESTA:
Hola, Adriana. Muchas gracias por tu confianza. Es muy bueno que pidas ayuda en estos momentos de contingencia. Es importante que te vayas despresurizando poco a poco y no estalles en cólera. Te siento muy estresada y no es para menos.
Para todos los seres humanos es un momento difícil e inédito y no tenemos las herramientas para hacerle frente. Trata de tranquilizarte. Estás haciendo lo mejor que puedes. Sé que estás tratando que todo se sienta normal, pero todo está «patas para arriba» en el mundo.
Cuando veas que todo está tranquilo en tu familia hagan una reunión familiar y hablen de todo lo que está pasando. Tienen que hablar de respeto, organización, empatía y de sus emociones.
Hay que poner orden. Pongan horarios como cuando salen a la escuela o al trabajo. En estos momentos todos tienen cosas que hacer. Marquen horarios para desayunar, para trabajar, hacer tareas, para hacer la comida, ejercicio, tiempo libre, jugar video juegos, etcétera.
Ya que hagan ese horario en una cartulina, haz que se respete. Todos tienen que acatar los tiempos. Por ejemplo si todos están trabajando o haciendo tarea, no tiene porque haber ruido que los distraiga.
Nadie absolutamente estaba preparado para esto y se tienen que crear nuevas reglas de convivencia. Algunos estarán enojados, otros ansiosos o mal humorados. Tomen tiempo para hablar de sus emociones. Si alguien no quiere externarlo, exhórtalo para que lo escriba, es decir, ninguna emoción se debe guardar porque se comienza a sentir el ambiente muy pesado y eso no es sano para la familia.
Es muy lógico que no tengas deseo o que sientas que no soportas a tu esposo. El roce diario, el no tener espacio para poder hacer tu trabajo, el estrés en que vivimos todos por una amenaza real, puede que te esté afectando en el vínculo afectivo con tu esposo y erotismo.
Como pareja deben llevar diálogos independientes al de la familia, platiquen y lleguen acuerdos; por ejemplo, se pueden turnar el estudio un día tú y un día él, así él que se queda en el comedor, lidia con los problemas que se vayan presentando con tus hijos y el otro puede trabajar con más tranquilidad y descansar.
El sexo sería muy bueno en estos tiempos porque libera endorfinas y eso es lo que nos falta para sentirnos más tranquilos, pero hasta que no te sientas más relajada no vas a poder sentir deseo. Es un momento de mucha reflexión.
Para poder estar mejor con tu esposo traten de hacer yoga juntos, ejercicios de respiración, poner una vela e incienso y dejar que las cosas fluyan. También es muy importante en la medida que se pueda que todos tengan momentos para estar solos.
Todas las emociones se contagian. Entre ustedes traten de mantener la paz, el respeto y el amor, para que tus hijos se puedan sentir igual. Y recuerda: sobrevivimos más juntos que separados.