Autoría de 5:39 pm Los Especiales de La Lupa

Crean club cannábico y le quitan la clandestinidad a la marihuana

REPORTAJE: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX

Francisco recurrió al cannabis como última opción para tratar la epilepsia de su hija; la mejoría en su salud lo convirtió en un activista político cannábico y ahora enseña a otros cómo utilizarla de manera medicinal a través de semillas seleccionadas por parte de especialistas de un club cannábico.

Desde hace 4 años, Francisco Zarazúa Landaverde inició con el activismo político en favor de la cannabis y hoy forma parte del proyecto La Gran Reserva Leonito, que busca ayudar a otros a cosechar la planta y realizar sus propias extracciones, o bien les suministra el aceite CBD que ayuda a tratar diversas enfermedades.

El club queretano, con 25 socios, reconoce la necesidad de muchos mexicanos de atender su salud, de no ponerse en riesgo al recurrir al crimen organizado y de dar respuesta a la gente que necesita la cannabis.

“La diferencia es que vas a un lugar seguro, donde recibes orientación integral, no tienes que ir al narco o a la casa de la esquina, sino a un espacio donde encuentras a varias personas especialistas que suministran la planta y con la seguridad de que es un buen producto con varios servicios en favor de la salud y con distintas semillas que tienen diferentes características”, expresa.

DE LA EPILEPSIA AL ACTIVISMO

Cuando los médicos diagnosticaron con epilepsia a la hija de Francisco, él le daba el medicamento valproato de magnesio en contra de las convulsiones, pero no parecía mejorar, incluso después de más de 12 meses, “al momento de tomarlo, la tranquilizaba, como que la atontaba y no le daban crisis convulsivas, pero al año que el doctor hizo los estudios, no había un avance”.

Un primo procedente de California le sugirió darle aceite de CBD y eso lo llevó a documentarse con organizaciones nacionales como “Mamá Cultiva”, entre otras y se animó a hacer la extracción por su cuenta. “Como era usuario recreativo, pues fue más fácil la adquisición de la planta y así empecé”.

La mejoría en la salud de su hija llamó la atención de otras personas que solicitaban su ayuda, así que empezó a dar algunos talleres en la Ciudad de México sobre la extracción de la planta, aunque él reside en Querétaro.

“Aquí tenemos el conservadurismo muy marcado y fue complicado aquí en Querétaro con mi hija. Yo le empecé a dar el aceite y le dejaron de dar convulsiones, como a la semana le dejamos de dar los medicamentos, fue muy radical y quería que toda la gente viera ese lado del cannabis, pero desde la casa veía a mi mamá, a mi tía, que cuando le daba el aceite se escandalizaban y yo les explicaba que a ellas también les servía. Fue muy complicado al inicio, aunque ahora es mejor visto por el aspecto de la salud”, dice.

Actualmente se reconoce que la planta tiene su lado bueno, aunque hace 4 años, cuando inició, realizaba todas las acciones a escondidas, con el miedo de que la policía o alguna autoridad pudieran hacer algo en su contra “y todavía hasta el día de hoy estamos en un plano bastante incierto para los consumidores recreativos y medicinales, porque todavía es ilegal portar cierta cantidad y te juzgan”.

Con el apoyo de otras personas, Francisco inició un club cannábico donde se enseña a cosechar la planta y extraer su aceite, se cuenta con un área jurídica para que las personas se puedan amparar, en un proceso que tarda alrededor de un año, y hasta se les informa qué se debe hacer para evitar un arresto.

“Los amparos te permiten portar y transportar y hacer todo tipo de actividad relacionada con el cannabis, menos vender, pero te permite hacer muchas cosas y en el club hacemos esos trámites, con un servicio integral con médicos, abogados, especialistas en extracción y con testimonios”, insiste.

Su hija ya no recibe el aceite CBD y no tiene ni secuelas, ni complicaciones ni generó adicción, “que era lo que decía toda la gente, esto nos sacó adelante como familia, no nada más a ella que ahora ya tiene 7 años”.

EL CULTIVO FRENTE A LA CLANDESTINIDAD

El club cannábico al que pertenece Francisco cuenta con sus propios espacios para cultivar con un desarrollo sustentable, sin recurrir a la compra en la clandestinidad y en favor de la información, porque se trata de ayudar a otras personas con una atención integral.

Además, ofrece diferentes semillas a las personas que acuden para que conozcan las propiedades de cada una de ellas, porque todas tienen características diferentes y así es más fácil identificar qué busca la gente.

“Si quiere cultivar, se les enseñan las semillas, el tipo de sustrato, las temporadas, se les enseña el tiempo, educamos porque tenemos muchísima información para quien lo requiera y si vienen sin dinero y necesitan el aceite porque su hijo o hija tiene epilepsia o cualquier patología para la que puede ayudar la planta, se les suministra de lo que tenemos en el club y se les enseña a hacer el cultivo, la germinación, floración, corte y extracción”, explica.

Cada persona tiene una necesidad diferente, advierte, así que tienen dudas distintas. La mayoría se acerca para conseguir el aceite de CBD, que se les puede entregar importado o nacional, para lo que se hacen estudios y “a veces no pagan un peso o sólo una cuota sugerida de donación a la asociación, aunque el aceite de 10 mililitros cuesta 300 pesos y es un suministro para un paciente estándar en un mes o mes y medio.»

Las personas que más recurren al aceite son aquellas que tienen enfermedades crónicas, así que se les brinda el servicio de suministro, con un registro sencillo ante el club y se les ofrece toda la información.

Hasta el momento, el club cuenta con 25 asociados y la ley federal no permitirá tener más de 40, así que se podrían realizar varias organizaciones distintas para mantenerse dentro del margen legal. En los talleres que realiza el club, se llega a contar con la participación de hasta 80 personas.

“Es muy variado el tipo de gente que acude, la mayor parte es porque traen la necesidad personal, familiar, el 50% de los que van es porque tienen necesidad y el resto es de personas que quieren desarrollar algo en la industria o en negocios. Hay gente que trae algo de capital, pero el tiempo es lo que va a definir lo que pase en México, porque una cosa es la inversión y otra es aprender todo esto cuando ya se empiecen a dar las licencias para la venta”, reitera.

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Last modified: 22 septiembre, 2021
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