Como cada semana, sigo recibiendo tus dudas e inquietudes para apoyarte como psicoterapeuta y sexóloga. Mándame tus preguntas a intza69@yahoo.com
Pregunta:
Hola Rocío. Soy Andrés. Te escribo porque encontré tu contacto en internet, específicamente en la página Enlalupa.com
Tratando de ser breve, quisiera expresarte que soy un hombre de 34 años. Cuando era pequeño vi un video de Lucero bailando, traía puesta una falda de cuero brillosa, desde ese momento me di cuenta que me gustaban las prendas de mujer, en especial las brillosas, como satín, seda, spandex, por su suavidad, delicadeza, sensualidad y porque denotan suavemente cada detalle y relieve de la piel.
Me gusta cuando una mujer viste prendas de este material, me llama mucho la atención y placer, miro siempre con respeto y discreción. Me gustan las blusas, vestidos, faldas, leggings brillosos, pero en especial la ropa interior y más si es de satín.
Mucho tiempo me sentí culpable de esto, llegaba a comprar ropa interior de mujer y me la ponía para masturbarme y tomarme fotos a escondidas, también en ocasiones usaba estas prendas íntimas para salir a la calle en mi vida ordinaria. Un ejemplo es cuando salía a correr con mis licras de spandex y me ponía debajo una pantaleta satinada, me excitaba que se marcaran o se trasparentaran y que alguien lo notara.
Cabe aclarar que no me gustan los hombres, soy heterosexual.
Alguna vez lo platiqué con una amiga y me sentí más aliviado de que no lo viera mal, me relaje más, ese hecho me dio ánimo para contárselo a mi novia, al principio me dijo que se le hacía raro que a mi me gustaran ese tipo de cosas, pero lo acepto y ahora me apoya, ella me ha masturbado mientras uso ropa interior satinada. Fue como un sueño hecho realidad.
Hoy en día ya estoy casado y han disminuido las ganas de usar mi fetiche, aún me encanta ver y sentir estas prendas, pero ya no es algo que ocupe la mayor parte de mis pensamientos, tal vez estoy madurando, y otras cosas de la vida cotidiana me mantienen más centrado. De hecho hoy en día no me siento culpable de este gusto, porque no le hago daño a nadie ni a mí mismo, lo contemplo como una preferencia, así como a alguien le gusta la pizza y a otras personas no, a mí me gusta usar y ver ropa interior brillosa.
Quisiera saber tu opinión como experta, jamás había hablado con algún terapeuta de esto, saludos.
Respuesta:
Muchas gracias, Andrés. Valoro mucho que me tengas confianza. Me da tranquilidad que veas ese gusto por la ropa satinada o brillosa como cualquier preferencia, sin culpas, ni incomodidades.
Un fetiche puede ser cualquier objeto. En la religión, por ejemplo, se utilizan cruces, medallas o imágenes de santos, hay fetiches para conseguir el amor, dinero o suerte, por ejemplo: la pata de conejo, las pulseras de cuarzo, etc, y en la sexualidad es cualquier cosa que despierta la respuesta sexual.
Las mujeres somos muy fetichistas ya que nos encanta mantener alguna prenda de nuestra pareja, puede ser una sudadera, una playera o cualquier objeto que nos recuerde al ser amado.
A las personas que les gusta ver, tocar o sentir el satín o telas brillosas se les llama satinistas, que no es lo mismo que satanistas, jajaja. Y las personas que les gusta vestirse con ropa de este tipo se les llaman fetichistas trasvestistas, pero, como bien dices, no tiene nada que ver con tu preferencia sexual. La mayoría de ellos son hombres con preferencia heterosexual.
Sin embargo, es muy importante destacar que si existen problemas cuando una persona fetichista, para tener una respuesta sexual, requiere forzosamente de su fetiche. Es decir que si no tiene su fetiche no tiene erección; en esos casos la persona tendrá que visitar a un terapeuta sexual o educador sexual.
Lo único que te aconsejaría es que sigas experimentando tu sexualidad y que motives a tu esposa hacer lo mismo. La vida erótica es un juego y si siempre juegas el mismo juego corres el riesgo de aburrirte. Diviértete y felicidades por preocuparte por tu salud