Como cada semana recibo tus dudas e inquietudes para apoyarte como psicoterapeuta y sexóloga.
PREGUNTA:
Hola, me llamo Melanie, tengo 16 años, vivo en la CDMX, estudio el bachillerato y tengo una gran duda que me revolotea todo el tiempo. Tengo una gran amiga que se llama Lucía, un día ella me comentó que pensaba que estaba embarazada, por lo que me preocupé mucho y la obligué a hacerse una prueba que desafortunadamente salió positiva.
Le conté a mi mamá y me sugirió que Lucía platicara con sus padres y me dijo que el problema se debía solucionar lo antes posible por si decidía abortar, ya que en la CDMX es legal.
Cuando le comenté eso a Lucía, se molestó y no me contestó nada, y como mi mamá me insistía en el tema, le respondí que ya no habláramos de eso porque era problema de mi amiga y no mío, a lo que ella dijo: “No, Melanie, traer un niño más a este mundo es problema de todos”.
Luego de cuatro meses, Lucía por fin se decidió a contárselo a su mamá; la sacaron de la escuela y la llevaron al ginecólogo, quien confirmó un embarazo de cinco meses. Ahora, mi amiga de 17 años tiene un bebé de un mes, sin papá. Mi pregunta es ¿por qué habiendo tanta información en todos lados y tantos métodos anticonceptivos, las niñas como Lucía se siguen embarazando?
RESPUESTA:
Hola Melanie, gracias por tu confianza. Esa pregunta nos la hacemos muchas personas, y la respuesta es tan complicada como la pregunta, ya que son muchos factores los que intervienen. Por ejemplo, vives en la CDMX, en una zona urbana donde te dan condones hasta en el Metro, te saturan de información sobre métodos anticonceptivos y las personas suelen hablar del tema sin tapujos. Sin embargo, hay chicas de tu misma edad que viven en una zona rural, como en la sierra de Chiapas o Guerrero, donde existen muchos tabúes alrededor de la sexualidad, no hay métodos anticonceptivos tan a la mano y los usos y costumbres son diferentes.
Pero ahora te contesto en relación con Lucía: en las ciudades, como bien dices, hay mucha información y apoyo para no embarazarse, pero no es lo único que debemos tomar en cuenta, ya que existen otros factores como la desintegración familiar (mamá y papá salen a trabajar por largas horas).
Los hombres se toman el hecho de tener relaciones sexuales sin responsabilidad, a la ligera, dejando todo en manos de las mujeres. Otro factor es la falta de confianza, como en el caso de Lucía, ya que ella moría de miedo de platicarlo con su familia; es sentirse sola y sin un futuro prometedor. En estos y otros casos buscan un embarazo, un timón a sus vidas que les dé rumbo. Desean encontrar amor y esperanza en algo que por fin sea completamente suyo, es como un ancla para seguir en este mundo, pero por supuesto éste no es el remedio para curar estas dificultades, sino al contrario, las chicas se meten en un problema todavía peor.
A los 17 años, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), todavía estamos en presencia de una adolescente que está en medio de cambios físicos, mentales, emocionales y con muchísimas necesidades. ¿Qué crees que va a recibir este nuevo ser humano que llega a este planeta? Se trata, sin duda, de un panorama desolador.