Como cada semana, sigo recibiendo tus dudas e inquietudes para apoyarte como psicoterapeuta y sexóloga.
Pregunta:
Hola Rocío. Me llamo Sofía, tengo 30 años, estoy casada, mi esposo tiene 32 años. Somos una pareja sin prejuicios sexuales, yo diría liberal.
La semana pasada mientras teníamos sexo, mi esposo me pidió que metiera mi dedo en su ano, al principio no comprendí lo que quería que hiciera pero me lo repitió con voz baja y mucha pena, él noto mi asombro de inmediato y me explico que era con el fin de cambiar algo en nuestra relación, me dijo que nos estábamos volviendo predecibles y que quería probar algo nuevo.
Me dijo… “Quiero saber que se siente cuando te tocan el ano al hacer el amor”
Yo me incomode muchísimo, inmediatamente pensé en dos cosas.
Una, que él se estaba volviendo gay, o ya lo era y yo nunca me di cuenta. Dos, que nuestra vida sexual se estaba debilitando. Me sentí muy insegura y ya no quise hablar más del tema.
Quiero saber qué es lo que le está pasando, a partir de ese día no hemos tenido relaciones, creo que ambos estamos atorados.
Muchas gracias, espero me conteste lo antes posible.
RESPUESTA:
Hola, muchas gracias por tu pregunta y tu confianza. Lo primero que te pido es que tranquilices.
El área anal tiene muchas terminaciones nerviosas y su estimulación resulta muy placentera para ambos sexos, ya sean heterosexuales u homosexuales. El hecho de que tu pareja te pida esta experiencia es porque te tiene mucha confianza. A la mayoría de los hombres les gusta que les estimulen esa área, y los que dicen que no les gusta es porque probablemente tienen prejuicios, miedos o traumas de abuso sexual, pero esto es indistinto de la preferencia sexual de cada quien.
Es muy importante que te quites la idea de que tu marido es gay o que gracias a esta estimulación se pueda volver homosexual.
Muy al contrario de lo que piensas este es un recurso muy útil para no caer en la monotonía sexual, pocos actos sexuales son más íntimos y sensuales que acariciarse analmente.
Dices que no tienes prejuicios y eres liberal, es importante que si te decides o ambos deciden experimentarlo, lo hagan poco a poco para que se vayan sintiendo cómodos.
Como primer punto pueden hacerse una ducha con una pera anal, es algo muy simple, se le agrega agua tibia y se introduce en el ano, ambos se la pueden realizar. Claro, cada uno con su propia pera. Eso podría ayudar a limpiar la zona y sentirse más relajados en el aspecto higiénico.
Poco a poco y cuando los dos estén excitados prueben masajear el anillo anal, vayan sin prisa experimentando que sensaciones van teniendo, platíquense y exploren lo que cada uno permita.
Quiero decirte que es realmente agradable la estimulación de las diminutas terminaciones nerviosas y que la esponja perianal del ano, resulta muy placentera para los hombres, pues el punto “G” masculino se encuentra precisamente en el ano, aproximadamente a 5 cm de profundidad.
No te obligues a nada, pero tampoco te cierres a nuevas experiencias.
Con respecto a la monotonía sexual, con el tiempo suele suceder que se reduce el deseo, pero eso no quiere decir que te ha dejado de amar.
Podemos tomar varias acciones para evitarlo.
- Cada uno escriba en papelitos las fantasías que se les antojen, métanlas en un frasco y cuando llegue la monotonía saquen un papelito al azar y realicen la fantasía que salga.
- Busquen en una sex-shop juguetes, lubricantes, dildos, vibradores o juegos sexuales que se les antojen y tengan su caja de juguetes para cuando la necesiten.
- Vayan a una librería y busquen lecturas eróticas, compren sólo las que más les motiven y léanselas el uno al otro.
- Busquen técnicas y posturas diferentes, innoven siempre.
No olvides que el encuentro sexual es un viaje increíblemente íntimo que tu pareja y tú hacen juntos para alcanzar un placer supremo.
Utiliza la lengua, los dedos, el cabello, los pechos, incluso un juguete sexual para dar y recibir placer por todo el cuerpo. Nunca te límites a la experiencia corporal.
Si quieres mantener una vida sexual intensa, tal vez haya llegado el momento de explorar mucho más. ¡Mucha suerte y a gozar en exceso!
