Como cada semana, sigo recibiendo tus dudas e inquietudes para apoyarte como psicoterapeuta y sexóloga.
Pregunta:
Buenos días, Rocío. Soy Martha, tengo 35 años, estoy casada y soy mamá de Marianita, una niña de cuatro años y medio que está en preescolar. Hace tres días la maestra de Marianita me dijo que la niña se había acostado boca abajo y que comenzó a frotar su vagina con una cobijita. Llamaron a la psicóloga para comenzarla a tratar, ya que sus compañeritos se empezaron a reír cuando la miraron y ella soltó en llanto.
Yo no le dije nada a la psicóloga ni a nadie, pero ya la había visto masturbándose en la casa varias veces, no le puedo decir que no lo haga, ni sé cómo abordarlo.
Una noche, mientras manteníamos relaciones sexuales su papá y yo, la niña entró a nuestra recámara, nosotros nos asustamos, pero pensamos que no había visto nada. Ahora no sé si nos vio o no y qué tanto le pudo haber afectado. Me siento muy culpable por haber tenido ese descuido.
Estoy muy ansiosa y ella sigue masturbándose, a veces en la escuela o en la casa, ¿cómo le hago para ya no sentirme culpable?, ¿qué medidas debo tomar para que mi hija ya no se masturbe? Muchas gracias por toda la ayuda.
Respuesta:
Hola Martha, muchas gracias por tu confianza. Comprendo perfectamente tu angustia y sentimiento de culpa. Muchos papás siempre pensamos en no cometer ningún error en la crianza de nuestros hijos y cuando creemos que fallamos, nos autoflagelamos. Es mucho más frecuente de lo que te imaginas que tanto niños como adolescentes vean a sus padres teniendo relaciones. Tu culpa sólo ayuda a aumentar más la ansiedad en la niña, pues aunque los haya visto, ella no comprende qué es lo que pasó. Tranquilízate, esto se puede arreglar preguntándole a tu pequeña de una forma simple: “¿Qué fue lo que viste?”. Muchas veces los niños de esta edad lo relacionan con caricias o con violencia. Antes de cualquier cosa, hay que preguntar para saber cómo lo resolvemos.
El 37% de niños en esta edad se autoerotiza (o masturba) con la mano y a veces se acarician en público. Aunque ésta conducta es esperable, requiere de educación sobre reglas sociales. Por ejemplo, tú le puedes decir a tu hija que cuando vamos a hacer nuestras necesidades fisiológicas, no nos orinamos ni defecamos frente a todos, buscamos un lugar privado para hacerlo.
Otro 20% de los niños en edad preescolar se autoerotiza no con las manos, sino frotándose con objetos como sillas, almohadas o cobijas. En las niñas es más frecuente el frotamiento que el uso de la mano, como en los niños varones.
Ambos presentan respuestas corporales a estímulos externos, como erecciones (que no siempre tienen una relación erótica) y lubricación vaginal, incluso sudoración.
Estos puntos te ayudarán a responder de manera sana ante este tipo de conductas.
1.— Averiguar. Antes de llamarle la atención, con calma, y al lado de tu hija, pregúntale de qué se trata el juego o la actividad, cuál es el propósito o qué significa para ella. Te sorprenderás de su respuesta, porque la gran mayoría son muy simples e inocentes, la más frecuente es siento cosquillitas y me gusta.
2.— Detectar la necesidad del aprendizaje. Indaga con tu hija qué necesita saber sobre el tema o de qué tiene curiosidad. Es muy importante a esta edad preguntarles y escuchar sus respuestas. Te asombrarás de lo fácil que puede ser abordar estos temas con ellos; si no preguntas, puedes caer en el error de decir algo que no necesitaba saber y llevarlo a un estado de confusión.
3.— Educar. No hacer como que nada sucedió, no tratar de distraer a tu hija para que se olvide, al contrario, abordar el tema, hablarlo y educar sobre la expresión positiva de la conducta. Puedes decirle: “Lo que haces lo hacen muchos niños como tú y está bien, sólo que tendrás que hacerlo en un espacio privado, como cuando vas al baño”.
Estos tres puntos ayudarán a ambas a reducir la ansiedad, y de esta manera, tal vez la niña lo seguirá haciendo de una forma más espaciada y en lugares privados. Si la ansiedad no baja en ti o en la niña, es necesario buscar ayuda profesional, puedes consultar un sexólogo especialista en niños.
Es de suma importancia que tanto tú como la maestra, cuiden los mensajes y actitudes con las cuales se responden a estas manifestaciones de tu pequeña.
Esta situación puede ser un avance para la niña en el aspecto sexual y emocional, y para ti un buen inicio de relación con tu hija de comprensión, sensibilidad y amor.
AQUÍ PUEDES LEER TODAS LAS ENTREGAS DE “ENTRE LAS SÁBANAS”, LA COLUMNA DE ROCÍO RUIZ, PARA LA LALUPA.MX
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