Autoría de 8:00 am Cartas desde la Cuarentena

¡Viva la libertad! – Salvador Pacheco Muñoz

Estamos a mediados de mayo. Ya perdí la cuenta de cuántos días he pasado escuchando no sé cuántas veces el eslogan que marcará este siglo: ¡QUÉDATE EN CASA!, y bueno, hasta el momento, veo una ciudad vacía, lenta, como si el tiempo se hubiese detenido sin ninguna razón.

Los negocios cerrados, poca gente en las calles, y veo lo anterior porque yo ando en la calle, ya que coartar el principal derecho del ser humano, que es la LIBERTAD, es un oprobio para la propia humanidad.

A la fecha se escucha tanta información, que ya no sabes qué es verdad y que no. Qué vergüenza siento que por más que luchemos por cambios, por ejemplo esas grandes marchas en busca de los derechos de la mujer, de los jóvenes, de los niños, todos ellos están siendo violados de la manera más brutal; marchas que se veían desde China, pasando por España, Alemania, Italia, Francia, EU, México, Chile, Argentina y por otros rincones del mundo, me pregunto ¿Dónde quedaron?, “¡Quédate en casa!”.

«Yo ando en la calle, ya que coartar el principal derecho del ser humano, que es la LIBERTAD, es un oprobio para la propia humanidad».

Dónde quedaron los avances de la tecnología que nos han permitido conocer otras galaxias, otros “mundos”. Y no podemos, ya no se diga terminar, si no controlar un virus, qué gran tristeza y decepción.Se me olvidaba una cosa importante: los medios de comunicación, espero que dentro de poco no se estén arrepintiendo de haber desbordado ese “¡Quédate en casa!”, pues de la manera más brutal han insertando miedo a toda la sociedad. Lo que sí espero es que se den cuenta del daño general en todos los sentidos que están provocando por su constante repetición del famoso eslogan, el cual ya no repetiré más.

Estos medios de comunicación que se han encargado de dar las estadísticas, verdaderas o falsas, manipuladas a favor o en contra; no sé cuál fuese peor. De los contagios y de las muertes; y aquí me pregunto, hasta mediados de mayo China tenía 4 mil 634 muertes, ¿qué por ciento representa ese número de su población? Nada. Existen más muertes en ese mismo periodo de contingencia por otras razones que por el Covid-19, no sólo en China, si no en todos los países afectados.

En México ya Dios Padre (AMLO) y Dios Hijo (López-Gatel), establecieron que en México se esperan entre 20 mil y 30 mil muertes. Estadísticas perfectas y muy acertadas considerando que somos 127, 128 o 129 millones de habitantes, ¿qué porcentaje representan esas 20 mil, 30 mil muertes?

Por otra parte, el protocolo para determinar a quién le dan permiso de vivir o morir, ¿al joven o al viejo?, ya valí madres si me enfermo, y claro, si en un momento determinado un ser querido me pidiese esa oportunidad de vivir, sin pensarlo acepto, pero que un grupo de burócratas huevones determine por mí, eso no lo permito.

Se habla de un nuevo gobierno mundial, el establecimiento de un nuevo orden, no lo dudo. Esta situación, esta pandemia emocional, este virus del miedo, claro que cambiará las cosas. Cambiará la economía, cambiará el trato con la gente; y aquí mi denuncia pública, ¿cómo es posible que una expresión de afecto o de amor, como lo es y seguirá siendo un apretón de manos, un abrazo o un beso, ahora está prácticamente prohibido?, a eso se le llama represión, como en la conquista, o te arrodillas ante esta imagen o te mato. Nuestros antepasados, se arrodillaron o por pendejos o por faltos de dignidad, pero los excusa de alguna manera el miedo, y por eso existimos hasta nuestros días. Con ese miedo a la represión, a la tortura, a la violación en todos los sentidos, nos violan en nuestros días, en nuestros pensamientos, en nuestras ideas, en nuestra movilidad, en nuestros deseos. El control del hombre por el mismo hombre se hace cada día más evidente, ahora hasta promueven un número telefónico por si te sientes o crees tener problemas de salud mental: “Si te sientes con furia, estresado, háblanos, nosotros te daremos la solución a tu problema”.

Ese nuevo orden mundial, sólo nos está alejando más y más día a día. ¡No somos autómatas!, nosotros pensamos, razonamos y sobre todo sentimos y tenemos el derecho de expresarnos, de gritar a los cuatro vientos ese hermoso término llamado libertad.

Nada ni nadie podrá coartar la libertad del ser humano, a pesar de todo lo que vivamos y experimentemos, llámese Covid-19, crisis económica, medios de comunicación, llámese tecnología, que en lugar de acercarnos nos aleja. Ahora todo es virtual, ¿qué puto término es eso? Así, virtual, o sea no existe, pero le hemos dado la oportunidad de existir por el uso, ¿En qué momento una mentira se convierte en verdad? ¿Cuándo la repites hasta el cansancio? ¿La aceptación ha algo inexistente le da vida y lo virtual existe? No hay nada en lo virtual comparado con disfrutar una sonrisa, una caricia, el suave roce de la piel con la piel, lo demás son mamadas.

No dudo del Covid-19, tan es así que considero que llegó para quedarse, tal como el H1N1, el ébola, el VIH, el sarampión o la viruela, pero lo que no acepto es que permitamos que el miedo, que es el peor de los virus, ataque a la humanidad.

El ser humano llegó para quedarse a pesar de todo y de todos, pero no cualquiera, sino el ser humano libre, el responsable. El ser humano que es capaz de reír y llorar, el que da y recibe una caricia, el que piensa y actúa en relación al prójimo, ya que si el más cercano a ti está bien, tú estarás mejor. El ser humano que miré hacia abajo, no para agachar la cabeza, sino para dar la mano al caído, el que sea capaz de sonreír ante la adversidad y el que es capaz de amar ante la soledad.

Es en ese ser humano indomable y libre, en quién yo creo y confío.

¡Viva la libertad!

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Last modified: 22 septiembre, 2021
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