Autoría de 1:48 pm #Opinión, Niels Rosas Valdez - Procesos del Poder

Divide y vencerás – Niels Rosas Valdez

En las relaciones internacionales es común que se generen visitas de Estado por diversos propósitos, como puede ser fomentar las relaciones bilaterales, mejorar las interacciones económicas y comerciales, generar espacios de cooperación, entre otros. Este lunes, el presidente de China, Xi Jinping, comenzó una gira en Europa que le llevará a tres países, lo que ha detonado muchos análisis y preguntas al respecto. ¿Cuál es la razón de su presencia en el viejo continente?

Xi es uno de los políticos más poderosos del mundo. El crecimiento del país que gobierna desde 2013 ha sido abrumador en el último par de décadas, por lo que es innegable la importancia del gigante asiático en el globo. Consecuentemente, un liderazgo como el del presidente chino no sólo es evidente, sino que invita a que muchos mandatarios busquen enlazar relaciones con Beijing, justo como en el pasado sucedía con Washington.

La visita de Xi a Europa es inusual, se trata de la primera en cinco años. No es común que realice visitas de Estado al continente europeo, salvo que sea para encontrarse en Moscú con su amigo Vladimir Putin, con quien, en cambio, se ha entrevistado en múltiples ocasiones, ya sea en China o Rusia. Por ende, la presencia del mandatario chino detona los análisis políticos de las relaciones internacionales.

¿Por qué se efectúa la visita de Xi a Europa?, y más aún, ¿por qué ahora? Antes que todo, es importante hablar del contexto actual. Recordemos que las relaciones entre Beijing y Occidente en general se encuentran en un estado delicado, hay tensiones por varios temas, pero principalmente por la guerra entre Rusia y Ucrania, la competencia férrea en el desarrollo de la inteligencia artificial y el delicado panorama entre China y Taiwán. Para los países europeos, las dos primeras situaciones son más preocupantes, ya que conllevan una mayor incidencia en las relaciones y dinámicas con los Estados del continente.

Por ende, la visita de Xi no se efectúa en el momento de mayor tranquilidad en las relaciones China-Europa, pero lo cierto es que es sumamente necesaria para buscar puntos de encuentro y acuerdos que aligeren progresivamente las tensiones entre ambas partes. Por ejemplo, para los europeos la guerra entre Rusia y Ucrania es vista como una flagrante violación al derecho internacional por parte del Kremlin, además de que les ha demandado gran atención, cantidad y variedad de recursos, por lo que observa con rechazo el apoyo comercial, político y de demás índoles de Beijing a Moscú.

De esta manera, si los europeos pudieran gestionar una forma de que el gigante asiático aminorara su respaldo a Rusia, probablemente sería el mejor resultado posible de la reunión. Sinceramente, parece complicado –por no decir imposible– que esto suceda, sin embargo, esa es la tarea de Emmanuel Macron, presidente de Francia, y Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea de la Unión Europea, quienes se entrevistaron con el mandatario chino.

Pero Francia no es el único Estado al que Xi visitará; Serbia y Hungría aparecen en la lista. Es curioso que sean estos dos espacios los que completen el viaje que marca la agenda del líder chino. Ambos son países con una afinidad a Rusia. Para Belgrado, la cercanía con el pueblo ruso es longeva y profunda, sobre todo por cuestiones étnicas, puesto que hay afinidad entre grupos eslavos. Por su parte, la buena relación de años entre Putin y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, permite el desarrollo de una interacción cimentada con Moscú.

De esta manera, la visita de Xi a Serbia y Hungría puede respaldar la relación que estos dos Estados tengan con Rusia, aliado de China. ¿Para qué? Puede haber muchas hipótesis. Una de ellas es mejorar los acuerdos comerciales entre Beijing, Belgrado, Budapest y Moscú, sobre todo en el contexto de la guerra ruso-ucraniana. Otra puede ser para avanzar en los acuerdos que necesita la Iniciativa de la Franja y la Ruta en Europa del Este, y que contempla pasar por territorio serbio y húngaro. Y, finalmente, una tercera posibilidad es alimentar las relaciones bilaterales con el ánimo de crear una afinidad con el gigante asiático en paralelo con desgastar la relación con la Unión Europea. Son especulaciones, sólo el tiempo lo dirá.

Niels Rosas Valdez

Historiador e internacionalista

@NielsRosasV (Twitter)

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Last modified: 8 mayo, 2024
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