Estamos ya en pleno proceso electoral local. Iniciado en octubre, si bien aún no es tan notorio para todas las personas, pues no han iniciado ni las precampañas (en caso de que lleguen a presentarse) y las campañas.
Pero tendremos una elección muy importante. Se renuevan todos los cargos locales que son sujetos a la aprobación popular.
Frente a esto, vislumbro algunos retos que quiero compartir, partiendo de la base de que reto no es igual a problema, sino a un tema que debe atenderse de manera especial, dada su importancia. Por favor, toma estas ideas como meras intuiciones, que puedes aceptar e incorporar a tu visión, o rechazar y sustituir por otras.
1.- Voto desde el extranjero: por primera vez se abre la posibilidad para que las queretanas y los queretanos voten desde el extranjero para la elección de la gubernatura. Esta situación, que implica reconocer el derecho de participar en política local a aquella ciudadanía que no se ha desligado de su terruño (esas personas que siguen en el chat de la familia, que mandan dinero para las fiestas del santo o la virgen de su lugar, o para la operación de un familiar) deberá materializarse con actos que las y los migrantes realicen, como el darse de alta ante el INE para votar desde el extranjero, solicitar su boleta para el voto postal o su autorización para el voto electrónico, y efectivamente realizarlo.
Para los partidos es un reto por que implica encontrar la manera de comunicarse con esas comunidades en otros países, pero también implica el incorporar sus reclamos o necesidades en la plataforma electoral que presenten.
2.- Cuota para los pueblos y comunidades indígenas: con la nueva Ley electoral se garantiza la participación de personas de origen indígena en la Legislatura así como en los municipios en que los pueblos originarios son mayoría. Pero para acreditar tal calidad, las personas que pretendan ser postuladas dentro de la cuota, deberán demostrar su pertenencia a dichos grupos, para lo que no bastará su mera declaración, sino que requerirán el reconocimiento de alguna autoridad comunal.
En cada comunidad, la autoridad puede ser distinta, y veremos la manera en que se logra, en la realidad, obtener las constancias de pertenencia o reconocimiento, y la judicialización tanto de esos casos como de aquellos en que se niegue el reconocimiento.
3.- Urnas electrónicas: ya utilizadas en las elecciones de este año, en Hidalgo y Coahuila, es de esperarse que el INE apruebe su uso, limitado, en algunas casillas en nuestro estado. Habrá que ver si los modelos que se usan son los de la propia autoridad federal, las urnas de Coahuila o las de Jalisco. Cualquiera de estas han probado su confiabilidad, por lo que el reto radica, más que en su óptimo funcionamiento, en la buena recepción del electorado, para lo que será importante una adecuada comunicación de la forma en que funcionarán y las características que garantizan su utilización.
4.-Retos de la pandemia: todo apunta a que tanto las precampañas como las campañas se realizarán todavía en pandemia, aunque idealmente ya se estaría aplicando alguna de las vacunas en proceso de autorización. Esta circunstancia seguramente provocará que buena parte de los actos de campaña pasen a realizarse al Internet, pero desde luego no todos ni en todos los casos; así, los actos presenciales tales como marchas, mítines o visitas domiciliarias, deberán realizarse siguiendo las medidas de salud.
En este año, tanto los órganos electorales de Coahuila como de Hidalgo, además del INE, emitieron reglas y recomendaciones para realizar los actos de campaña con medidas de prevención, desde luego apoyados en las indicaciones de las autoridades de salud.
Las campañas no pueden convertirse en foco de infección ni de crecimiento del número de contagios.
A todo lo demás debe sumarse los asuntos ya conocidos, como el adecuado funcionamiento de los órganos electorales, del Programa de Resultados Electorales Preliminares, así como el comportamiento de partidos, coaliciones y candidaturas.
Organizar elecciones nunca es fácil. Sin embargo, en Querétaro tenemos una ciudadanía participativa y vigilante, así como órganos electorales administrativos y judiciales integrados por personas capaces, conocedoras no sólo de la materia, sino de la importancia de que las cosas se hagan bien.
Que los retos sean eso, temas a atender, y no problemas que luego se conviertan en dolores.
