Estoy segura de que por lo menos una vez en la vida han escuchado la frase: las personas no cambian. Yo antes era una fiel creyente de esta noción, en verdad creía que las personas eran incapaces de cambiar, pero mi reciente experiencia tras la terapia me ha hecho cambiar de opinión, les explico porqué.
Para mí, el principio de esta frase es que las personas son incapaces de cambiar sus comportamientos, pensamientos o creencias, y sin duda es una tarea sumamente compleja, mas no imposible. Si hay algo de lo que somos capaces los seres humanos es de renovarnos constantemente.
Asimismo, otro enfoque que se le da comúnmente a esta expresión va vinculado a las relaciones interpersonales, generalmente por el hecho de creer que una persona “debe” cambiar por otra. Desde ahí la estamos abordando erróneamente. Las personas no cambian por otras, las personas cambian para ellas mismas. Puede que esta idea parezca egoísta, pero en realidad es más sano comenzar por uno mismo.
Las personas regularmente cambian como consecuencia de las experiencias vividas, pero en realidad deberían cambiar porque lo necesitan no porque alguien más se los pide, pero no es fácil asumir esos cambios, ni que los demás los entiendan, primero porque eso requiere un trabajo personal de introyección, tomar consciencia que necesita cambiar y para qué lo necesita, donde sus valores y prioridades tiendena modificarse. Pero lo más importante es que las personas busquen una trasformación en su vida porque quieran ser felices, para ello necesitan sanar sus heridas del alma; romper paradigmas y dejar de ser codependientes emocionalmente, para sentir ganas de reinventarse y buscar la mejor versión de sí mismas. Pero no todas las personas están preparadas para ello, ya que un cambio puede significar una amenaza a su zona de confort y a lo que ya conocen, aunque esto les ocasione infelicidad.
Al final del día, conforme uno avanza en su transformación personal, esos cambios internos se irán reflejando por consecuencia en sus relaciones interpersonales.
Actualmente, y me incluyo, se utiliza mucho el término deconstruirnos. El cual significa precisamente eso, analizar algo previamente establecido para darle una nueva estructura. Que tediosa sería la vida si siempre fuéramos las mismas personas, sin aprendizaje, sin experiencia, sin evolución. Finalmente, de eso se trata ¿no? De ir aprendiendo y desaprendiendo para no quedarnos estáticos.
