Autoría de 1:07 pm #Opinión, Bitácora de VIHDA - Josué Quino • 2 Comments

Hay que parar los discursos de odio – Josué Quino

Mi historia de hace 35 años ha cambiado.

El VIH ha dejado de ser una sentencia de muerte,  

 convirtiéndose en una afortunada oportunidad

de vida, concediéndome lo positivo de ser positivo.

Febrero 05

Querido diario:

No sé si estoy asustado o simplemente impactado.

Hoy estuvo aquí el señor que mandó a registrar su nombre como Marca Registrada, en el Teatro donde se firmó en 1917 la Constitución Política Mexicana, esa bendita Constitución que quienes están en el poder la manejan a su antojo y olvidan que existe un día sí, y el otro también. Y nadie hace nada.

Por ejemplo, en dos semanas fueron más de 50 niños y adolescentes quienes murieron por esta variante “que no afecta a los niños y los adolescentes”. Necesitamos que alguien responda por esas y otras 300 mil muertes, y por los más de 5 millones de contagios. Un grupo de la sociedad civil ya demandó a ese doctor que se tomó todo tan a la ligera y que no respetó nunca las mismas indicaciones que él daba. Pero el señor Marca Registrada, lo sigue defendiendo.

De igual manera, Querido Diario, en Panamá comprendieron que un hombre acusado de acoso sexual no era adecuado como embajador, y que el señor MR ha defendido y justificado todo el tiempo, incluso, cuando Panamá lo rechazó, calificó a ese país de sentirse la Santa Inquisición.

Mi mamá Juanita decía que antes de ver la paja en el ojo ajeno, teníamos que ver la viga en el nuestro. Somos sobrevivientes a casi mil juicios mañaneros de la Santa Inquisición.

En el primer mes de este nuevo año, ya van 4 periodistas muertos, bueno 3, porque uno de ellos, como tenía otros trabajos para acompletar la despensa, pues no era periodista, periodista, periodista, ¿no? Por lo tanto, no son tantos periodistas asesinados, nosotros que exageramos.

Pues hoy, regresando a lo del principio Querido Diario, al realizarse el evento del 105 aniversario de la promulgación de nuestra Constitución de 1917, llegó el señor del nombre de Marca Registrada con todo su séquito, ¡SIN CUBREBOCAS! ¡Me dio tanta muina! Me dieron ganas de irle a gritar: “Por favor, imagínese que está usted en Estados Unidos para que nos respete, y ¡háganos el favor de ponerse el bendito cubrebocas!”

Pero fíjate que ocurrió algo extraño. No todas las personas que lo acompañaron llegaron con esa actitud de “perdona vidas”. Varios de ellos traían su respectivo cubrebocas, entre ellos Marcelo Ebrard, marcando con esta micro acción, su rayita de “ellos” y “nosotres”.

Quienes también se negaron a seguir las medidas sanitarias en el estado que ocupa el lugar 13 de 32 en casos de contagios de Covid al día de hoy, fueron otros dos muy bien tratados: Adán Augusto y el secretario de Marina. ¡Groseros!

Me pregunto si lo hacen para hacernos ver como sus súbditos; para decirnos que ellos hacen lo que quieren, cuándo y cómo quieren; para embarrarnos su supremacía en la carota.

Por primera vez, desde hace nueve años que vivo aquí, en Querétaro, me sentí agradecido de que los panistas respetaran las indicaciones sanitarias.

No se trata del cubrebocas, como objeto, sino como símbolo de respeto, de identificación, de empatía con el dolor de las más de 300 mil familias de las personas fallecidas por el Covid, que están dadas de alta, porque como bien sabemos, siguen negándose a hacernos las pruebas, simplemente para no aumentar los más de 5 millones de casos registrados hasta hoy y quedar una vez más, como uno de los peores países que atendió el virus.

Querido Diario: al llegar a este punto me detengo para comentarte que, de los 12 presidentes que me ha tocado vivir, nunca había visto a uno de ellos hacer una serie de cosas que en verdad me dan miedito, salvo Díaz Ordaz y su matanza de Tlatelolco.

La principal de ellas, es que nunca había visto a mi país tan dividido, enojado unos contra otros. Como si de un partido de futbol se tratara, y estuviésemos en las gradas gritándonos groserías, aventándonos objetos, desacreditando cualquier cosa que decimos, y que si nos quitan la malla que separa nuestras butacas, nos romperíamos el alma todos contra todos.

Los “fifís”, los “aspiracionistas”, siempre hemos estado aquí, y seguiremos estando, porque queremos estudiar, trabajar, hacer algo por nuestro país, por nuestra gente, por nuestra familia, por nosotras, nosotres y nosotros mismos. Y eso se vale.

Lo que no se vale es usar una tribuna casi religiosa, para meternos en la cabeza que los neoliberales son personas malas con las que hay que acabar y que luego de eso nos acuse a quienes nos interesa promover y defender los Derechos Humanos, la protección de los animales, subrayar el valor y los derechos de las mujeres, de neoliberales, porque lo único que está generando es ponernos en peligro de ser víctimas de agresiones sin sentido, como les está pasando a periodistas y a las hermanas trans.

El presidente tiene que parar sus discursos de odio, disfrazados de “simpáticos chistes”, ponerse a gobernar en unidad, dejar de señalar, acusar y fomentar la cultura de la violencia, antes de que logre que nuestro querido país se quiebre a niveles más peligrosos.

                                   Asustadamente… Josué

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Last modified: 6 febrero, 2022
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