Cuando tenía dos años mis papás me llevaron por primera vez a ver El Lago de los Cisnes en Chapultepec. Desde aquel momento quedé encantada por el ballet, desarrollando así una verdadera pasión a la cual dediqué varios años de mi vida. Este detalle es relevante, querido lector, porque en esta ocasión me gustaría analizar una frase que escuché hace un tiempo: las relaciones interpersonales como una danza entre dos personas.
Al momento de que dos personas comienzan a entablar una relación interpersonal, llámese de pareja, amistad o familiar, esta se asemeja a una coreografía, específicamente a un pas de deux, es decir, un ballet que se lleva a cabo entre dos. Cada persona cuenta con habilidades que la hacen bailar a un compás propio, desarrollándose en su día a día a su propio ritmo. Cuando conectamos con el otro, normalmente nos topamos con un compás y un ritmo diferente –porque recordemos que las habilidades de baile, al igual que la inteligencia emocional, son capacidades que se aprenden individualmente– lo cual nos lleva a comenzar a montar una coreografía a través de conocer e interactuar con la otra persona.
Al igual que en un pas de deux, el conectar con otro significa confiar en esa persona y en uno mismo, porque mientras más conocimiento y confianza se tenga de las habilidades propias –nuestro autoconcepto–, será más sencillo familiarizarse con el compás del otro. Viéndolo desde una perspectiva artística, la danza consiste en los movimientos que realiza uno de los individuos y los pasos complementarios que ejecuta la contraparte para así, paso a paso, ir generando un baile en conjunto, un ir y venir al mismo compás. Trasladando esta imagen a un contexto psicológico, este vaivén representa los acuerdos y negociaciones que se generan en las relaciones interpersonales, las cuales permiten entablar lazos afectivos sanos desde la individualidad.
La interacción entre dos personas es muy fácil cuando las emociones constructivas se conectan entre uno y otro, como el amor… Si yo me amo va a ser más fácil amar y compartir con el otro; dejarme guiar logrando una sensación de gratificación como cuando vamos al compás de la música.
Al relacionarte con otras personas no sólo intercambias puntos de vista, gustos, preferencias sino conectas desde el corazón donde no importe nada más que disfrutar de aquello que creamos mientras bailamos con ellos, entre más nos relacionamos con una misma persona más generamos lazos emocionales y creamos relaciones muy especiales. Es por ello que las relaciones interpersonales tienen un valor muy importante y son claves en el desarrollo psicosocial de una persona. Nos permite sentirnos competentes y satisfechos, lo cual nos aporta equilibrio y felicidad.
La necesidad de pertenencia es lo que nos lleva a conectar. Durante nuestras vidas habrá personas con las que podamos bailar eternamente y otras con las que no, pero esto dependerá de tu conocimiento e inteligencia emocional para aprender a dejarte llevar por el compás del otro cuando lo desees, o bien, llevar a la otra persona en un intercambio de movimientos y emociones mutuo. Pero si las relaciones interpersonales te producen ansiedad y no logras conectar con el otro para generar un baile armonioso e ir al mismo compás, debes pensar en la posibilidad de ser tratado por un experto, quien te ayudará a comunicarte mejor a través de sencillas técnicas, para que puedas disfrutar todo lo bueno que tu pareja pueda ofrecerte.
Twitter: @LaPamGranados
Texto con aportes de la Psicóloga Teresita Baranda
Twitter: @BarandaTere
Me encantó!!