Primer tiempo: No fue una final
O al menos no lo pareció en las estadísticas.
El sábado se jugó una final de Champions y el árbitro sacó sólo una tarjeta amarilla. Una. Veintiocho jugadores disputaron el partido y nada más uno cometió una imprudencia (ni siquiera en una cáscara se ve tal nivel de mesura).
El equipo ganador disparó solamente dos veces a portería. Uno de esos disparos sacudió la red y, con ella, a todo el madridismo. Dos disparos. Cero atajadas del guardameta del Liverpool: Alisson Becker pudo haber salido a jugar sin guantes y nadie habría notado la diferencia.
Otro dato: el Madrid, que la mayor parte del partido defendió el resultado (sin ser ultradefensivo), sólo cometió siete faltas. Son poquísimas. Ni siquiera alcanza para promediar una cada diez minutos.
Y al Liverpool, que buscó el arco rival con persistencia, le señalaron sólo un fuera de lugar. Es decir que la defensa blanca y la ofensiva roja siempre se vieron de frente, nada de ataques por la espalda.
Al ver las estadísticas costaría mucho trabajo imaginarse que estas serían las de una final de Champions.
¿Qué partido fue entonces el que se jugó el sábado en París?
Uno que muestra que el futbol sabe desmarcarse de los números para ofrecer encuentros emocionantes, aun cuando las cifras indiquen lo contrario.
Segundo tiempo: Millonarios en la banca
En marzo de este año la página Salary Sport dio a conocer el salario anual de los jugadores del Real Madrid. El día de la final de la Champions se quedaron en la banca los siguientes jugadores:
Gareth Bale: 31,848,960 €.
Eden Hazard: 22,981,920 €.
Marcelo: 15,019,680 €.
Isco: 12,727,520 €.
Luka Jović: 9,168,640 €.
Nacho: 7,962,240 €.
Marco Asensio: 7,057,440 €.
Lucas Vázquez: 6,333,600 €.
Mariano: 6,333,600 €.
Quizá esta recapitulación sirva (exclusivamente) para recordarle a quien escribe que el futbol, además de ser el terreno de la ilusión, lo es también de las paradojas (o el de las contrariedades): el jugador mejor pagado del plantel, quien por día gana 85 mil euros, ni siquiera jugó un solo minuto del encuentro.
Tiempo añadido: La inexistencia de Mbappé
Al coronarse campeón de la Champions, Fiorentino Pérez se convirtió en un dictaminador de la existencia.
Al preguntarle acerca de Mbappé, jugador que coqueteó durante toda la temporada con el club blanco y que al final los desairó, Fiorentino sentenció: “Hoy Mbappé no existe”. Y tenía razón. Luego de que el club blanco sellara su décimo cuarto campeonato europeo, tal y como remató su presidente, ese día “sólo existió el Real Madrid”.
(Y eso a más de uno nos dolió).
