Cada 5 de febrero, Querétaro se convierte en el epicentro del México que cree en el diálogo, la democracia, el Estado de derecho y las leyes. Aquí fue donde se construyeron las bases del país incluyente, garante de los Derechos Humanos, respetuoso de la división de poderes, que contiene claramente los derechos y las obligaciones de los ciudadanos y de los gobernantes.
A 106 años de su promulgación, muchos son los cambios que ha sufrido nuestra Carta Magna; varios obedecen a la misma evolución que va experimentando la sociedad en su conjunto y otros tantos, han sido el producto de intereses muy cuestionados.
Estos días, cabe el análisis de qué tanto respetamos a la ley de leyes de los y las mexicanas, pero sobre todo, qué tanto la respetan y cumplen los que han jurado cumplir sus mandatos, y nos referimos a los políticos, aunque los ciudadanos no estamos exentos de hacerlo también.
Este aniversario se celebró, como dicta la tradición desde 1917, en el majestuoso Teatro de la República, el lugar donde todo sucedió. Ahí se dieron cita políticos, empresarios, académicos y demás ciudadanos, todos, aún con sus preferencias políticas, con el común denominador de ser mexicanos.
El acto sirvió para que los tres poderes fijaran sus posturas ante el escenario actual de lo que establece nuestra Constitución.
Destaco el discurso del gobernador Mauricio Kuri y del diputado Santiago Creel, quienes señalaron la importancia de defender la democracia, la pluralidad y la unidad de nuestro país construido a partir del diálogo y los consensos.
Otro punto a destacar es la actitud institucional de Norma Lucía Piña, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien marcó de manera muy evidente la división de poderes; caso contrario a Alejandro Armenta, presidente del Senado, quien fue servil ante la figura del presidente López Obrador, a quien llenó de alabanzas, olvidándose de su papel como poder de la nación.
Rescato algunos puntos que considero relevantes de los mensajes que se ofrecieron en la ceremonia:
- La Constitución es el reflejo del diálogo y acuerdos entre posturas encontradas.
- La Constitución establece la división de poderes que exige respeto a su autonomía e independencia.
- Nada ni nadie está por encima de la ley.
- Los gobiernos autoritarios, que no dialogan y escuchan no deben tener cabida.
- Es fundamental que los ciudadanos defendamos la democracia y el voto libre.
- México debe ser plural y NO de un solo hombre.
- El ciudadano debe ejercer sus derechos y obligaciones en todos los procesos electorales.
- Sin democracia no hay libertad.
Del discurso del presidente, destaco el señalamiento que hizo al pasado, donde aseguró, que las leyes se acomodaban al poder y a la realización de negocios entre políticos y privados generando corrupción; por supuesto que está en lo correcto, pero la pregunta es: ¿qué ha cambiado?
Esta fecha histórica nos tiene que llevar a la acción y participación para construir un México más parejo, que sea de los ciudadanos, que genere bienestar para todas y todos los mexicanos y no sólo para unos cuantos, siempre respetando nuestra Constitución.
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