Autoría de 3:11 pm #Destacada, Por el gusto de ser queretanos

Verónica y Víctor llevan en sus almas los colores de Portugal y Querétaro

HiSTORIA Y FOTOS: BRAULIO CABRERA/LALUPA.MX

México tiene un encantador noséqué imposible de ignorar, ese que nos hace extrañarlo cuando estamos lejos. Esa magia es la misma que ha cautivado a una infinidad de mexicanos que no nacieron originalmente en el país, pero la suerte los trajo para hacer una vida aquí y, ahora, lo consideran su hogar.

Querétaro, por otro lado, es el cruce de muchos caminos, algunos que comenzaron a trazarse en otros continentes, incluso. Quienes llegan a esta ciudad a trabajar, compartirse con los demás, poner en marcha sus sueños, entienden que es una tierra justa y recíproca.

Tal es el caso de Verónica Ribeiro y Victor Cabral, dos portugueses que llegaron a México, sin saber que jamás se irían y, varias décadas después, llamarían a este país su segunda patria. Hoy, su alma tiene los colores de ambas banderas, por lo que una de sus pasiones más grandes, lo que hacen en su tiempo libre, es compartir Portugal con los mexicanos.

“Portugal es un país pequeño, por lo que cuando hacemos algo, tenemos que apostar por la calidad, antes que por la cantidad. Esa es la mentalidad allá, por eso la vajilla de la corona inglesa, es portuguesa. Queremos que el mundo nos conozca por eso”, comenta Verónica.

Ribeiro, a sus 40 años lleva desde los 24 viviendo en México. Llegó como estudiante, buscando una movilidad diferente a lo que se acostumbra en Europa y, fue tal su fascinación con el país —especialmente con su clima y sus playas— que decidió vivir aquí en cuanto terminó la licenciatura.

Cuenta que estudió lenguas extranjeras y relaciones empresariales, además de hablar fluidamente español, inglés, francés, alemán, chino y, claro, portugués. No obstante, su perfil políglota es —para estándares europeos— poco competitivo en el mercado laboral pues, al ser Portugal un país pequeño que colinda con otros más grandes, es común que la gente hable varios idiomas.

“Vine a vivir a México con dos cosas: los idiomas y mi pasión por el corcho y sus productos. Cuando llegué, estos dos proyectos me acercaron a otros portugueses y, de ahí, nació mi tercera pasión en la vida, compartir Portugal y lo que hace su gente, con los mexicanos”, añade.

El corcho es un material ecológico, sustentable, sus residuos son degradables, es fácil de limpiar o lavar, es impermeable y se presta para crear un sinfín de productos, además de que el alcornoque —árbol del que se extrae el corcho— es un símbolo portugués, explica Verónica. Es por eso que le gusta tanto, porque para ella es importante no quedarse con lo normal sino buscar alternativas, y el corcho es, en su experiencia, una forma diferente de dar a conocer la cultura y la calidad de su país.

“El alcornoque crece en el sur de Portugal, son árboles enormes que dan mucha sombra. Se cosechan cada 9 años y, las primeras veces el material que se extrae sólo se puede utilizar para pizarrones, aislantes o corchos de botella. Pero, después de algunas cosechas, el material se hace más fino y puede utilizarse para ropa, accesorios, zapatos… De esto último se trata mi negocio”

Corazón Luso es la marca de Ribeiro, mediante la que comercializa los productos de corcho y ofrece clases de idiomas en línea. El nombre tiene un origen peculiar, explica, pues es la combinación del corazón de Viana, un importante símbolo portugués que representa la generosidad y nobleza; por otro lado, luso es un gentilicio alternativo pues proviene del antiguo nombre de Portugal, Lusitania.

Actualmente Corazón Luso sólo se encuentra en línea, donde pueden hacerse pedidos con entrega a todas partes del país. Se han especializado en productos con los que las personas pueden identificarse, que les haga sentir que cargan con ellos un cachito de Portugal. Por ello, entre los productos que se ofertan, están los sombreros, gorras, carteras, bolsas, monederos, abanicos, tarjeteos, porta pasaportes, pulseras, aretes… “¡El corcho puede ser todo!”, asegura Verónica.

Además de los proyectos de Corazón Luso, otro buen ejemplo es el de Victor Cabral y las empresas que ha montado a lo largo de los 26 años que lleva viviendo en México.

“Vine de vacaciones a México, por ahí de 1996. Primero llegué a Guadalajara y me encantó, ya no me quise regresar. En esa época, Portugal estaba pasando por fuertes cambios políticos y económicos, yo lo vi venir y entendí que, si me quedaba allá, comenzaría a tener muchos problemas. Por eso México fue el paraíso para mí, es un lugar de oportunidades que, con la idea adecuada, te permiten crecer a la par de los mexicanos”, comparte Victor.

Él cuenta que es un vendedor profesional, aunque también sabe mucho sobre administración y gastronomía. Antes de vivir en México, administraba el restaurante familiar y trabajaba como vendedor de mobiliario de oficina. Al venirse a vivir, decidió continuar con las ventas, pero fue gracias a su mentor mexicano, Pedro Nápoles, que entendió cómo funciona el mercado y la cultura de México, “de qué lado masca la iguana”, precisa entre risas.

Actualmente, Cabral es dueño de tres negocios: Econosillas, una de las principales comercializadoras de sillas a nivel nacional; Catrina Men, una marca de puros mexicanos que se consumen en Noruega, Suiza, Estados Unidos y, claro, en México; finalmente, como un apéndice del anterior, Vicamex, una empresa de cerveza y destilados que combina lo mejor de Portugal y México.

“En Econosillas, nuestro objetivo es que todos los mexicanos puedan sentarse bien a trabajar o estudiar, cómodamente, por un buen precio y sin sacrificar la calidad. Por eso, también, utilizamos el 10% de nuestras ganancias para donar sillas a escuelas que no pueden adquirirlas. Por su parte, Catrina Men surgió cuando, buscando puros para mí, conocí a un maestro tabacalero mexicano y nos hicimos amigos, luego decidimos emprender y, apoyándonos mutuamente durante años, ahora es un negocio consolidado que ha crecido a la par de nuestras familias”, cuenta Victor.

“La división de bebidas nació más por gusto personal que otra cosa, pero no es el negocio principal, para nada. Tenemos whiskey, ginebra, absenta y dos cervezas: los primeros dos se llaman México Mágico, la absenta se llama Narcisista, mientras que el nombre de las cervezas es La Portuguesa y Mezclara, cada una son la combinación de la receta portuguesa y los sabores mexicanos, especialmente la Mezclara, que está combinada con mezcal… lo mejor de ambas partes, de alguna forma, esa cerveza me representa a mí”, agrega.

Tanto Verónica como Victor son excelentes ejemplos de esa combinación entre Portugal y México. Por eso se acercaron inicialmente a la Asociación de Portugueses en México (Apormex), una representación de la comunidad portuguesa a nivel nacional que busca promover la cultura, turismo, idioma y más.

Verónica recuerda que la Apormex surgió poco a poco, le tomó muchos años pues, en un principio sólo era una comunidad orgánica, de gente que se había encontrado mediante redes sociales. Poco a poco se fue convirtiendo en una organización recurrente y, finalmente, se formalizaron para conseguir un mayor alcance “los portugueses están muy dispersos en México pero, con la pandemia y la virtualidad logramos contactar a la mayoría de ellos y concretar diferentes proyectos de la Asociación”, cuenta.

“La comunidad portuguesa en Querétaro no es la más grande, en Guadalajara o en CDMX hay muchos más paisanos… pero lo que sí es que somos los más unidos realizamos muchos proyectos, nos vemos con frecuencia. Es por eso que ahorita estamos en pláticas con autoridades porque soñamos con poner un centro artesanal protugués en Querétaro, donde se venda artesanía, comida, haya clases de idioma e, incluso, se den recomendaciones para quienes quieren visitar Portugal”, agrega Victor.

Tanto Verónica como Victor disfrutan y se enorgullecen de compartir sus consejos de viaje con amigos mexicanos, como cuentan “una vez un amigo me dijo que iría a España y yo tuve que rogarle para que fuera tres días a Portugal, que le daba mis mejores recomendaciones. Cuando regresó, estaba tan contento que al año siguiente volvió a ir, pero sólo a Portugal, durante 10 días”, cuenta Victor.

“Muchos de mis alumnos han viajado al extranjero y, cuando regresan, me cuentan que es en otros países donde aprenden a apreciar más a México. En mi experiencia, hace falta ver el mundo para romper con las fantasías o prejuicios que tenemos de este… y darnos cuenta de que, sin duda, México es uno d ellos mejores lugares para vivir”, añade Verónica.

Una de las particularidades de Portugal es su tamaño, pues tiene 800 km de Norte a Sur y 400 km de ancho, similar al tamaño de Coahuila, es un país pequeño. Sin embargo, sus costumbres, tradiciones y cultura son profundos y diversos, siendo que cada población tiene un platillo típico, tradiciones y creencias propias, y al menos una forma especial de preparar bacalao.

“Claro, todos bebemos café espresso y vino tinto, pero de ahí en adelante, hay grandes variaciones entre los portugueses de un lado y de otro. En algunas se come lechón, en otras pescados y mariscos. Ah, pero eso sí, el bacalao es de tradición”, comenta Victor.

En Portugal, según dice Ribeiro, existen “1000 formas de preparar bacalao, y otras tantas”, incluso existe un libro titulado 365 Formas de Cocinar Bacalalo, porque lo comemos todo el año, a diferencia de México, que es más para las fiestas de diciembre. Además, aquí generalmente se acostumbra guisarlo a la vizcaína y eso a Verónica no le gusta, lo considera una españolada y una de las formas en las que el platillo pierde más sabor.

“En Portugal nos empeñamos mucho en que el sabor de la comida sea muy sabroso, por sí solo. Por eso no me gusta comer con salsa en México, porque muchas veces mata la sazón. Eso sí, me encanta el habanero, porque siento que su sabor es neutro, pero a cómo pica”, confiesa Victor entre risas nerviosas. Y

“A mí me encanta la sopa azteca, los chiles rellenos de queso, tengo muchos platillos mexicanos que me gustan mucho… Pero mi comida favorita en el mundo sigue siendo la portuguesa, especialmente los platillos que llevan pescado, ni se diga el bacalao”, agrega Verónica.

Victor cuenta que mucha gente, tanto portuguesa como mexicana, le han preguntado por qué eligió vivir en México y por qué le gusta tanto Querétaro, a lo que les responde: “México porque es lindo y querido, es un país de oportunidades, la comida es fantástica -especialmente el mole y los tacos de cabeza- y la gente es increíble; Querétaro, porque es una ciudad con mucho potencial, que además siempre está abierta a aprender sobre la cultura de otros lados”.

“A mí, lo primero que me enamoró de México fue el clima, amo poder ir a la playa en cualquier época del año. La comida también me fascina. La primera vez que vine a Querétaro, allá en el 2006, quedé encantada con la ciudad tranquila, sin tráfico, gente muy amable. Ahora el tráfico me agobia, lo detesto, tengo que admitirlo… Pero ver crecer y desarrollarse una ciudad te genera un vínculo emocional muy especial, eso me pasa aquí”, concluye Ribeiro.

Conocí a la pareja al concluir el XV Festival de Comunidades Extranjeras. Los dos usaban ropa típica y agitaban su bandera en el aire. Victor me daba a probar bebidas y Verónica cantaba y reía, ambos cerraban el día contentos con lo que habían logrado: compartir Portugal con miles de queretanos.

“Esperamos que este año sea un año de cambios, esperamos concretar el sueño que tenemos de poner el centro cultural portugués en Querétaro”, comentan Victor y Verónica, dos queretanos más.

Te dejamos los enlaces a los proyecto de Victor y Verónica:

Econosillas: https://www.econosillas.com/

Catrina men: https://www.catrinamen.com/

Vicamex: https://www.vicamex.com/

Corazón Luso: https://www.facebook.com/corazonlusomx/

APORMEX: https://www.facebook.com/asociaciondeportuguesesenmexicooficial/

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Last modified: 24 junio, 2023
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