Estimadas y estimados lectores, los he tenido abandonados y me disculpo por ello. Espero que este nuevo texto llegue a ustedes en el momento indicado, que se permitan darse unos minutos para leerlo, entenderlo y, si resuena con ustedes, aplicarlo.
De un tiempo a la fecha, las redes sociales, publicidad y medios de comunicación se han volcado al discurso de “romantizar tu vida”, ¿pero eso qué significa? Este término adquirió relevancia gracias a los centennials que se encargaron de promoverlo como un cambio de narrativa a la cotidianidad, un salto en la rutina, una invitación a vivir cada día con una perspectiva de apertura y aceptación.
Desde mi experiencia al aventurarme en adaptar este enfoque a mi propia vida, sumado a mi conocimiento de las tendencias mediáticas, así como el trabajo personal encaminado por la terapia, entiendo y aplico esta “romantización” como vivir plenamente el momento presente, lo cual intrínsecamente ayuda a canalizar mi ansiedad. Entre los hábitos que he adquirido están: aventurarme a explorar la ciudad que habito, abrirme a conocer personas nuevas y ampliar mi círculo de amistades, realizar actividades sola, meditar regularmente, encontrarle la belleza a los pequeños detalles de la vida, permitirme realmente disfrutar el aquí y el ahora… Si bien, esto no significa que el estrés o conflictos de la vida no me afecten, pero sí me permite recibirlos, aceptarlos, aprender de ellos y sobrellevarlos con mayor serenidad antes de tomar cualquier decisión o engancharme en conflictos innecesariamente.
Desde la perspectiva psicológica esto significa aplicar la atención plena a nosotros mismo olvidándonos de los estímulos que nos rodean. Es trasladar la atención externa y superficial hacia nosotros y hacia cada una de las experiencias que vivimos momento a momento. Es estar plenamente presente y consciente en dónde estoy sin reaccionar impulsivamente o exorbitantemente e incomodarnos por lo que está pasando a nuestro alrededor; es un momento de calma y reflexión que te lleva a la paz interior; es estar contigo mismo sintiendo tu respiración, tu cuerpo, sin que la mente se disperse en otras cosas, esto te va a permitir vivir el aquí y el ahora de manera más plena porque vas a aprender a darte cuenta de manera contemplativa de tus pensamientos, acciones, sentimientos y modos de actuar sin hacer ningún juicio hacia ti misma.
Romantizar tu vida es reaprender a disfruta de las pequeñas cosas de la vida, lo que tenemos y somos, como un rico baño, un paseo por la mañana o contemplar las flores, es dejar de ir deprisa por la vida sin disfrutarla, porque pareciera que ahora eso significa perder el tiempo y hemos dejado de disfrutar por correr en la vida. La noción de volvernos protagonistas de nuestra propia historia puede sonar ególatra e incluso absurda, pero, ustedes me preguntarán, ¿acaso no todos ya somos los capitanes de nuestras propias vidas? Si bien es verdad que todos somos capitanes de nuestros propios barcos, no significa lo mismo aprender a dirigir el barco y dejarse llevar por la marea, que aprender a disfrutar del oleaje, deslumbrarse por los cambios en las tonalidades del agua o buscar en el horizonte el punto de encuentro entre el cielo y el mar, ¿me explico?
Queridas y queridos lectores, les invito a intentar adaptar este concepto en su día a día, pueden comenzar con algo tan sencillo como disfrutar el trayecto en el tráfico de su hogar al trabajo o viceversa; pongan música, canten a todo pulmón, agradezcan las cosas positivas que actualmente hay en su vida y olvídense del tráfico. Inténtenlo y después me cuentan cómo se sintieron. Y si no saben cómo hacerlo y quieren aprender, consulten a mi psicóloga de confianza por Mensaje Directo.
Twitter: @LaPamGranados
Texto con aportes de la Psicóloga Teresita Baranda
Twitter: @BarandaTere
