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¿Cómo abona la gobernanza global en la resolución de la guerra entre Rusia y Ucrania? – Karla Álvarez y Emiliano González

Introducción

La guerra entre Rusia y Ucrania se gestó desde hace 9 años, con la anexión de Crimea a la Federación Rusa y la renuncia del entonces presidente ucraniano Víktor Yanukóvich. Un entorno que comenzó con el quiebre de la estabilidad ucraniana y el aprovechamiento de ello por parte de su vecino ruso, desde entonces sólo ha generado un entramado de diferencias ideológicas que desencadenaron conflictos sociales, hasta llegar a lo que conocemos hoy como la guerra ruso-ucraniana.

Lo que intentamos exponer en el presente ensayo son los esfuerzos que ha hecho la gobernanza global para frenar y cesar el conflicto armado en Europa Oriental, con el objetivo de construir paz y estabilidad en todos los ámbitos. Hablaremos desde los inicios de la guerra hasta la actualidad, abarcando el seguimiento de la misma, desde las manifestaciones, los enfrentamientos sociales, los impactos ambientales, los intereses nacionales, los esfuerzos para la construcción de la paz y los retos que conlleva.

Desarrollo

1. Contexto

Ucrania es un país dividido por etnias e ideologías. En la parte noroeste se encuentran las personas parlantes del ucraniano y las que apoyan la anexión de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea (UE), y en el sudoeste se encuentran los pro-rusos, quienes quieren que Ucrania vuelva a ser dominio de la antigua sociedad soviética, ahora Rusia, y en donde el lenguaje dominante es el ruso.

Podemos decir que todo comenzó con el Euromaidán o Revolución de la Dignidad, que se dio en Ucrania en 2013 por el desacuerdo de la gente con el expresidente Yanukóvich después del aplazamiento que este mismo dio al acuerdo sobre la asociación y libre comercio, con la Unión Europea principalmente (Katchanovski, 2016 en Kulyk, 2019, p.5).

Muchos ucranianos tomaron el rechazo de la adherencia del país a la UE como un símbolo de rendición a la construcción de una “democracia e instauración de un modelo político autocrático u oligárquico en el país”, ya que muchos pensaban que esta comunidad estaba relacionada y representaba el Estado de derecho y respeto por el otro mediante reglas transparentes en su sistema político (Kulyk, 2019, p.6).

La gente solo tenía dos opciones: 1) Unión Europea y 2) Unión Aduanera con Rusia, Bielorrusia y Kazajistán. De hecho, la gente del este de Ucrania y Crimea se inclinaban más por la adhesión del país a la Unión Aduanera, surgiendo dos manifestaciones violentas que marcaron el comienzo de la “crisis política en Ucrania”, el Euromaidán y el Antimaidán (Kulyk, 2019, p.7).

Debido a la intensidad de las manifestaciones, las fuerzas del gobierno de Yanukóvich comenzaron a usar armas de fuego contra los manifestantes, teniendo como consecuencia muertes en pocos días. De acuerdo con Kulyk (2019), hubo 88 muertos en tan sólo tres días (p.11). Aunado a esto, se creó una ley que permitía la reelección de Yanukóvich, misma que fue rechazada por los manifestantes que asaltaron el Palacio Presidencial, logrando la renuncia inmediata del presidente, quien huyó de Kiev.

Después de esto, Ucrania tomó la decisión de volver a usar la Constitución de 2004, lo que, en palabras de Kudryashev (2015) en Kulyk (2019), convierte a Ucrania en una república parlamentaria (p.11). Esta acción hace que Crimea se encuentre dividida por aquellos que apoyan la integración a la UE y quienes apoyan la integración a Rusia, quedando como mayoría los que apoyan una reunificación con la Federación Rusa.

De este modo, se da la anexión de Crimea a Rusia en 2014, con las palabras de Putin (2014) en Kulyk (2019) de que la Federación Rusa “no tenía otra opción que respetar la voluntad de los habitantes de Crimea”, y comienza la guerra entre los militares ucranianos y los separatistas pro-rusos (p.18). Tiempo después se firma el primer Acuerdo de Minsk, en septiembre del mismo año, con el objetivo de poner fin a la guerra, pero no resultó ser efectivo (Kulyk, 2019, p.13-14).

Tiempo después, en febrero de 2015, se firma el segundo Acuerdo de Minsk para acabar la guerra (el cual, al igual que el primero, no fue efectivo, ya que no finalizaron la guerra, sólo disminuyeron su intensidad, “han contenido, pero no han detenido”). Un mes después la ONU emite un Informe sobre la situación de los derechos humanos en Ucrania, y se hace un recuento de la cantidad de personas muertas y heridas en dicho enfrentamiento armado (Sasse & Lackner, 2018 en Kulyk, 2019, p.14).

Desde el inicio de la guerra en abril de 2014 hasta febrero de 2019, se tiene un recuento de al menos 3,321 civiles muertos y 7,000 personas heridas; más de 40,000 viviendas en las regiones de Donetsk y Lugansk han sido dañadas o destruidas, entre otras situaciones, como la falta de calefacción en invierno, el impago de pensiones y la restricción de libertad de expresión, etc. (Report on the Human Rights Situation in Ukraine 16 November 2018 to 15 February 2019, en Kulyk, 2019, p.17).

2. Intereses nacionales de los Estados involucrados

2.1 Rusia

Rusia no quiere perder a Ucrania y que se una a la OTAN, porque el país representa una “ventaja geoestratégica de acceso al Estrecho de Kerch, el cual conecta al Mar Negro con el de Azov para acercarse al Mediterráneo y a sus recursos” (Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Instituto Matías Romero (IMR) y Centro de Investigación Internacional (CII), 2022, p.9).

De acuerdo con Katz (2016), los intereses geopolíticos de Rusia en el Mediterráneo son el acceso al mar, los hidrocarburos (gas natural y petróleo), debilitar a Estados Unidos, la OTAN y la UE, impedir el crecimiento de yihadistas suníes y mantener un gobierno con presencia militar (p.23). En palabras de Marginedas (2016):

Rusia necesita el acceso a bases de apoyo logístico en las costas mediterráneas para poder realizar despliegues sostenibles, con el fin de que sus buques, tanto militares como comerciales, puedan transitar con facilidad entre el Mar Muerto y el Mediterráneo, y de este modo planea convertir al pequeño y soñoliento puerto de Tartus en una base naval al uso (p.26).

Pasando al terreno de los hidrocarburos, la zona del Mediterráneo alberga alrededor de 84 billones de metros cúbicos de gas natural, además de importantes yacimientos petroleros, y para la Federación Rusa es importante mantener una imagen “como proveedor seguro y socio deseable para los Estados importadores de petróleo crudo en la región” (Katz, 2016, p.23). Esto va de la mano de su interés de mantener una presencia militar permanente por medio de un gobierno en la zona dispuesto y capaz de “proporcionar a Rusia instalaciones militares”, siendo así Siria el país que desempeña ese papel. Y es que la posición estratégica de Siria como potencial país de tránsito de oleoductos y gasoductos hace que Rusia se interese por mantenerlo bajo control y dominio, y no dejar que sea un país que pueda independizarse y hacer que el mercado europeo se alivie de la dependencia que tiene con el país ruso (Katz, 2016, p.27).

Estados Unidos, la OTAN y la UE representan para Rusia una amenaza, ya que “pueden poner fin a su mandato a base de abogar por la democracia”, es por ello que busca debilitarlos; y aunque no ha fundado partidos de extrema derecha y extrema izquierda, de alguna forma genera alianzas con países que tampoco están a favor de las medidas occidentales de expansionismo y cooperación (Katz, 2016, p.24). Básicamente el país se mueve y maneja bajo sus intereses económicos y políticos, pero siempre se inclina más por la potencialización de los primeros.

Por último, pero no menos importante, se encuentra el impedimento de que en la “región sigan creciendo fuerzas yihadistas suníes que podrían amenazar los intereses rusos y a la propia Rusia”, es por ello que Putin colabora con todos los gobiernos mediterráneos para lograr este fin, sin importar el tipo de gobierno (desde democracias occidentales hasta dictaduras árabes) (Katz, 2016, p.23). Putin actúa de forma pragmática.

2.2 Ucrania

Lo que busca el país desde un inicio es soberanía y seguridad, como ejemplo de ello se encuentra el Memorándum de Budapest, mismo que se dio entre Ucrania, la Federación Rusa, Reino Unido y Estados Unidos en diciembre de 1994, al cual se añadirían Francia y China; en este “se acordó que Ucrania cedería todo su armamento nuclear como parte de su adhesión al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) a cambio del reconocimiento de su soberanía y garantías de seguridad por todos los Estados firmantes” (SRE, IMR y CII, 2022, p.9). Aunque este documento sólo sirvió para dejar a Ucrania como un Estado no nuclear y que no representara ningún tipo de amenaza tras la disolución de la Unión Soviética.

Otra prueba de esa búsqueda de soberanía fue el intento de adhesión a la UE y a la OTAN, pues dentro de la sociedad ucraniana existe un resentimiento debido al pasado colonial de la era soviética y postsoviética, lo que explica que el 62 % de la población apoyara la adhesión del país a la OTAN en 2022 (SRE, IMR y CII, 2022, p.15).

3. Impactos ambientales a causa de la guerra ruso-ucraniana

El impacto ambiental que este conflicto ha generado es bastante alarmante a nivel local, regional e internacional, ya que los ataques han sido algunas veces dirigidos a dañar los recursos del otro, y no sólo hacia los grupos armados, como el ataque que causó la parcial destrucción de la presa de Nueva Kajovka, que es de gran importancia para la distribución de agua en las regiones del sur de Ucrania, y obligó a la evacuación de varias personas.

Como nos dice Bobok (2023), según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y sus asociados, se han visto daños en muchas regiones durante el conflicto: incidentes en instalaciones y centrales de energía nuclear, infraestructura energética, incluidos buques petroleros; refinerías de petróleo, plataformas de perforación e instalaciones de gas y gasoductos de distribución; minas, instalaciones industriales e instalaciones de procesamiento de productos agrícolas (párr. 10).

Todas estas acciones representarán un retroceso en la agenda que se tiene para combatir el rápido avance del cambio climático a nivel global, ya que las municiones utilizadas en una guerra afectan la calidad del aire y de la atmósfera. Otro aspecto que ataca la calidad del aire son los incendios generados para que no se pueda sembrar y reducir la cantidad de suelos fértiles. También debemos de considerar las reservas naturales que han sufrido daños por la invasión, generando una pérdida de ecosistemas.

Esta guerra ha afectado de igual forma los recursos energéticos mundiales, ya que Rusia tenía el papel de principal proveedor de gas en Europa. Podemos recordar el caso de las fallas en los gasoductos Nord Stream que conectaban a Rusia y Alemania, generando explosiones y fugas de gas en el mar, lo cual afectó el estado del mar y las formas de vida con las emisiones de gas metano. “También existe un riesgo de que se ataque los lugares donde se almacenan los desechos tóxicos de las industrias” (Denisov, N., Dmytro, A., Nikolaieva, I., van der Vet, F., 2022, párr. 6).

4. Esfuerzos para la disolución del conflicto

Como primera instancia, se firmó el Acuerdo de Minsk en 2014, que fungía como un plan de paz para el este de Ucrania, pero los combates siguieron y en 2015 entre Francia, Alemania, Ucrania y Rusia acordaron un “nuevo alto al fuego y un paquete de medidas para la aplicación del Acuerdo de Minsk II” (Bentzen, 2020, párr.2).

En diciembre de 2019 se celebró la primera Cumbre del Cuarteto de Normandía en París, donde acordaron aplicar el alto al fuego y retirar las fuerzas militares de otras regiones a finales de marzo 2020, entre otras medidas; aquí también aprovechó el presidente de Ucrania, Zelensky, para dejar claro que no ocurriría ninguna federalización del país y no dejaría que alguna “presión externa decidiera sobre las direcciones de política exterior del Estado ucraniano” (Chawryło e Iwański, 2019, párr.4).

Para marzo de 2022, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó una resolución en la que pedía la retirada “rápida y verificable” de las tropas rusas y grupos armados apoyados por Rusia de todo el territorio ucraniano, además de obligar la creación de un acceso humanitario seguro y sin obstáculos a las personas necesitadas (Naciones Unidas Centro Regional de Información (UNRIC), 2022, párr.5).

Algunos días después, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU decidió crear una comisión de investigación internacional para atender el conflicto en concreto. A esto le siguió la orden del Tribunal Internacional de Justicia que le exige a Rusia una suspensión inmediata de sus operaciones militares en Ucrania, solución que el país ruso decidió vetar e ignorar.

En la parte ambiental, se ha hecho un esfuerzo por involucrar al PNUMA para que “apoye en la vigilancia remota del impacto ambiental y prepare evaluaciones de impacto sobre el terreno en la región de Ucrania” (Bobok, 2023, párr 3).

También tenemos esfuerzos para terminar con este conflicto que no vienen de Occidente, como el Plan de Paz que presentó China, en el cual, tal y como nos presenta La Nación (2023), se pide respetar la soberanía, seguridad nacional y regional, cese al fuego, fomentar el diálogo y negociación, mantener la seguridad de las centrales nucleares, no utilizar armas nucleares, evitar la proliferación nuclear, no desarrollar armas biológicas y químicas, y oponerse a cualquier sanción unilateral no autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU (párr. 17).

5. Retos para concluir la paz

5.1 Intereses nacionales

Rusia busca contrarrestar el avance de Occidente y tener más presencia en áreas geográficas estratégicas específicas, además de velar y sobreponer sus intereses económicos frente a la seguridad de su ciudadanía y del statu quo del sistema internacional. Ucrania, por otro lado, busca ser una nación soberana, independiente, segura y autónoma, evitando que su futuro como país dependa de los intereses de una hegemonía y enalteciendo el nacionalismo ucraniano, garantizando un sentimiento de pertenencia a sus ciudadanos.

5.2 Presión exterior

Parece ser una guerra de Occidente contra Rusia y sus aliados. Tomando como ejemplo el Plan de Paz presentado por China, Rusia nos dice que puede sentar las bases para una futura resolución del conflicto, sin embargo, desde Estados Unidos y la OTAN descalifican este intento por generar paz, ya que acusan a Pekín de no tener credibilidad y sospechan que tiene intereses propios escondidos.

5.3 Escenario hostil

Hay una actitud muy agresiva de Estados Unidos y la OTAN hacia Rusia, ya que le han impuesto sanciones económicas; entonces ellos responden con medidas como la reducción de distribución de gas a Europa, prohibición de vuelos por territorio ruso, extracción de empresas transnacionales del mismo territorio y la suspensión de Rusia en el tratado de control de armas nucleares que tenía con Estados Unidos.

5.4 Falta de jurisdicción

La Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra Vladimir Putin por crímenes de guerra, sin embargo, Rusia no forma parte de esta y no acepta la jurisdicción de la misma, así que está en todo el derecho de no reconocer al tribunal y sus órdenes. Esto es un obstáculo para la resolución del conflicto porque la mayoría de los organismos internacionales tienen mecanismos que no son vinculantes, es decir, que los Estados firmantes no están obligados a cumplir con sus obligaciones y tampoco a reconocer las sanciones que se les establecen.

Conclusión

Sí han existido esfuerzos por resolver y poner fin al conflicto armado entre Ucrania y Rusia, sin embargo, debido a muchos factores alternos no han dado resultados, y por ende no se ha podido consolidar la paz. Pero no por ello le quitamos el mérito a dichas posibles soluciones y su impacto en el plano internacional.

Por otro lado, si bien los riesgos ambientales que está generando la guerra no se ven demasiado en este momento, como se ven las dificultades económicas a escala mundial, a futuro necesitaremos que la comunidad internacional coopere, en todos los niveles, de forma horizontal para mitigar los estragos que ha generado el conflicto y tener la oportunidad de construir un entorno más tranquilo, con posibilidad de desarrollo pleno.

Ahora bien, la cooperación internacional ha tenido un papel fundamental, ya que los países han optado por unirse para tener un mayor impacto y respaldo en las decisiones tomadas respecto a este conflicto, ejemplo de esto lo encontramos en los Acuerdos de Minsk, y en las soluciones y reuniones que se llevan a cabo en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Se realiza una cooperación por la paz, sin embargo, también observamos que los países que tienen relación directamente con el gobierno de Rusia no se pronuncian en contra de la invasión, ya que desean que esta relación siga en pie para no perder beneficios que reciben, sea económicos, tecnológicos, de salud, etc. Aunado a esto, los movimientos pro-rusos toman mucha fuerza en Europa Oriental.

A lo largo del conflicto, los países que tienen relación con Ucrania han brindado cooperación para evitar el debilitamiento de sus fuerzas militares. Se ha cooperado técnicamente (con armamento militar) por parte de Estados Unidos; hemos visto cooperación alimentaria (recaudando víveres y entregándolos), de salud (proveyendo medicamentos y espacios para tratar a los enfermos y afectados), económica (la OTAN, ONU, etc., dan dinero para que Ucrania no se debilite) y ayuda humanitaria (ayudando a civiles heridos y abriendo corredores humanitarios).

Para no enfocarnos sólo en los Estados y volver esta pequeña narrativa en una centralización de poder, queremos destacar el papel que cumplen las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), resaltando la participación de Amnistía Internacional, la cual ha luchado por hacer ver las violaciones a los derechos humanos en la zona de guerra entre Rusia y Ucrania, básicamente con fines informativos (Callamard y Struthers, 2023).

Aunque se han utilizado todas o la mayoría de las modalidades que existen para la cooperación internacional, no se ha logrado un cese al fuego; sin embargo, los esfuerzos comenzarán a rendir frutos cuando se logre llegar a un acuerdo con beneficios mutuos, sin socavar la soberanía de ningún Estado.

Referencias

KARLA ÁLVAREZ Y EMILIANO GONZÁLEZ SON ESTUDIANTES DE LA LICENCIATURA EN RELACIONES INTERNACIONALES DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO (UAQ)

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Last modified: 1 diciembre, 2023
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