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Pues no, no había sido ratificada Ernestina Godoy como fiscal de la Ciudad de México, tal como yo apunté ligeramente creído en las noticias del Sistema Público de Radiodifusión, asunto suspendido por las bancadas opositoras que se niegan a ver con incomodidad un acto tan natural como la corrupción, motivo por el cual desprecian a Ernestina Godoy quien ha desnudado las sordideces panistas, suciedades que en el Congreso han sido tomadas como una impertinencia por los enfadados contraobradoristas que temen que esta detección corruptora prosiga dándose vuelo en la política nacional.
Y hasta este momento, lunes 18 de diciembre, no se sabe el destino de esta fiscal con sus estrictas fiscalías, noticia que, en efecto, ha sido redirigida por los noticiarios televisivos del sistema público mediático del Estado, que tampoco nada ha dicho, ignoro la razón, sobre la cancelación definitiva de Notimex, acontecimiento suscitado el pasado miércoles 13 de diciembre sin que nada se haya dicho al respecto, ni debatido sobre ese tema que ha beneficiado millonariamente a los sindicalistas, los mismos que prefirieron matarla a dejarla en manos, ¡qué horror!, de una directora que ya había detectado las corruptelas con que estos huelguistas venían satisfaciéndose a espaldas de la sociedad: ese mismo miércoles, después de que el Senado cerrara este capítulo de la agencia, la lideresa Adriana Urrea, la que consiguiera estas magníficas liquidaciones para los suyos —con el aval de la actual secretaria de Gobernación, cuyo padre, y esto ya se sabe, es asesor básico de los huelguistas de Notimex (vaya uno a saber cuántos millones se embolsará este abogado por sus acertadas consultorías contra la gestión presidencial)—, se la vio llorando, a Urrea, con lágrimas vivas por la muerte de la agencia que ella misma se había encargado de matar, llanto que, supongo, conmoviera al gremio periodístico y dando bendiciones, a la vez, por los millones de pesos que les tocará a estos afortunados paristas que históricamente, para no perder sus privilegios ganados a pulso en las épocas priistas y panistas, mataron a Notimex en una acción sin precedentes en la prensa mexicana.
Llanto que bien puede sortearse en el mercado de lágrimas periodístico, donde hasta el lloriqueo posee un valor económico.
Atribulaciones en venta que, sin embargo, no fueron noticia para el Sistema Público de Radiodifusión, porque finalmente a qué periodista le va a importar lo que sucedía en Notimex, ¡bah!
2
El miércoles 13 de diciembre se llevó a cabo una sesión de trabajo en el interior de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía del Senado de la República. Allí se abordó y votó el dictamen que abolió a la Agencia Notimex.
En las participaciones opositoras a la propuesta del Ejecutivo federal respecto a la desaparición de dicho espacio informativo, la senadora Ruth López, de Movimiento Ciudadano, acusó así a la administración obradorista: “El principal sello de este gobierno es la destrucción de instituciones democráticas y de protección de derechos humanos. Hoy, este Senado está a punto de aprobar la extinción de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, luego de medio siglo de existencia, asestando un duro golpe al derecho a la información de las y los mexicanos. México, al igual que países como Francia, España, Inglaterra y China, contaba con una agencia de Estado prestigiosa que dotaba de información certera y objetiva a cientos de agencias al interior y en el exterior de nuestras fronteras. El papel de Notimex fue crucial en la difusión de noticias y de información de nuestro país”.
Son políticos que no saben de lo que hablan, por supuesto: ¿institución democrática Notimex, que dotaba de información certera y objetiva a la sociedad, cuyo papel —el de la agencia, no el de la sociedad— era crucial?
La ira de esta legisladora sólo exhibe su absoluto desconocimiento de lo que acontecía al interior de esta agencia.
Pero también me queda claro que hablaría defenestrándola si la intención de López Obrador hubiera sido conservarla con los antiguos trabajadores y descabezando a Sanjuana Martínez.
Porque así son los vaivenes de la política.
3
La senadora priista Beatriz Paredes dijo priistamente lo siguiente: “Esta administración tiene una profunda confusión entre lo que es la generación de noticias y la transmisión de información versus la propaganda, y la mañanera es simplemente el sustituto de la política interior por una estrategia inteligente y audaz de propaganda, en donde sólo existen los datos que convienen al gran timonel”.
“En estos últimos cinco años hemos vivido un proceso de precarización de los medios públicos. Notimex es un buen ejemplo”, afirmó a su vez el senador Emilio Álvarez Icaza; asimismo, durante su intervención en la sesión del miércoles 13 de diciembre, enfatizó este ex defensor de los derechos humanos: “Reducir y desaparecer Notimex es disminuir lo público, es achicar lo público, que es lo que hemos estado viviendo: se achica la salud, se achica la educación, se achica la seguridad, y ahora la comunicación. Los medios públicos tienen que ver con la pluralidad, la diversidad y la democracia”.
¿No era Notimex una inmensa casa propagandística del gobierno en turno, de veras esta agencia generaba noticias y transmitía información de manera imparcial?
¿Pues no que prestaba Beatriz Paredes atención a la realidad periodística que giraba en su entorno?
Lo de Álvarez Icaza acerca de achicar la comunicación sólo puede provenir (iba a decir privenir, y no estaría yo del todo equivocado) de un enfadado opositor que transmite enfáticamente su disgusto en vez de razonarlo.
Estoy cierto de que ninguno de estos ahora irredentos defensores de Notimex la consultaba alguna vez (a la agencia), si es que acaso sabían de su magra y sumamente parcializada existencia.
¿Y son estos burócratas los representantes de los intereses del pueblo?
4
Quizás no ha sido aún noticia para los canales del Sistema Público de Radiodifusión el cierre de Notimex porque varios de sus conductores están alegres de que los sindicalistas hayan triunfado en sus categóricas expectativas de vida económica, despreocupados, asimismo —estos conductores de los medios públicos—, por el destino de los trabajadores que, a partir del arribo de la nueva dirección encabezada por la periodista Sanjuana Martínez, quisieron modificar, en serio, el modelo que se había establecido en esa agencia precisamente por los exitosos sindicalistas que no querían, ¡ay!, ver a la agencia trabajando sin su respectivo sello laboral pues nadie, nadie —y así lo hacían ver al que les preguntara—, sabía cómo distinguir la labor periodística de una agencia con la labor periodística a secas, porque para estos afortunados huelguistas eran, ellos mismos (nadie más que no perteneciera a su sindicato), absolutamente indispensables en su engranaje informativo.
Sí, dos cosas completamente diferentes (la labor periodística de una agencia y la labor periodística a secas), razones por las cuales, creo, fui detenido por un periodista de esa agencia —seguramente huelguista después— para escucharlo decir que no estaba bien lo que hacía al publicar cosas como las que divulgábamos aquel día: un novelista nos decía que López Obrador no tenía idea de lo que significaba el ejercicio cultural urbano, frase que yo había colocado en la cabeza de aquella entrevista.
—No puedes estar en contra del presidente, Roura —me dijo, como compadeciéndose de mi visión periodística, porque sencillamente estaban ellos acostumbrados a loar al mandatario o a guardar silencio ante una posible crítica, cómplices del gobierno en turno.
Lo que yo le dije, nada más, fue que las cosas iban a cambiar en ese mismo momento para la agencia, moviendo su cabeza de un lado a otro lamentando mi decisión.
Pero lo sorprendente del asunto es que numerosos periodistas, incluyendo a diversos denominados “progresistas”, vieran con indiferencia la cancelación de Notimex aplaudiendo a los huelguistas que prefirieron matar a esta agencia por no verla en manos de periodistas que no fueran afines a sus entramados periodísticos.
5
Aún no ha sido ratificada, ciertamente, Ernestina Godoy como fiscal de la Ciudad de México por otros cuatro años, pero en ese lapso de incertidumbre política Notimex ha sufrido la muerte por la mortífera decisión de los mismos que la trabajaron informativamente de manera parcial durante los años económicamente gozosos, para ellos, del PRI y del PAN, aunque este último suceso ha pasado inadvertido informativamente en los medios televisivos públicos, vaya uno a saber por qué.
Porque vivimos en un vasto mercado de lágrimas parcializadas, efectivamente.
AQUÍ PUEDES LEER TODAS LAS ENTREGAS DE “OFICIO BONITO”, LA COLUMNA DE VÍCTOR ROURA PARA LA LUPA.MX
https://lalupa.mx/category/las-plumas-de-la-lupa/victor-roura-oficio-bonito/
