Autoría de 4:20 pm #Opinión, Agustín Villanueva Ochoa - Sapere Aude • One Comment

¿Se vale cambiar de opinión? – Agustín Villanueva Ochoa

En un mundo que evoluciona a tanta velocidad, una menospreciada cualidad sale a la luz: la capacidad de cambiar de opinión, y gracias a ella es posible rectificar un paso en falso o modificar el rumbo según se avanza.

Así como el conocimiento nos ayuda a progresar, las experiencias vividas nos permiten observar las diferentes caras de la verdad y los errores cometidos nos muestran las distintas realidades; caminar por la vida es recorrer senderos de cambio constante, donde lo que llegamos a considerar liberal alguna vez, hoy puede ser un tanto conservador. Señalado lo anterior, no sería sorpresa afirmar que, si tengo la razón hoy, es posible que ya no la tenga mañana si insisto en conservar una postura idéntica.

Cambiar de opinión es cambiar de perspectiva, colocarse en una posición distinta y admitir que los hechos no son definitivos. El escritor ruso Alexei Tolstoi, conocido sobre todo por sus obras de ciencia ficción y sus novelas históricas, alguna vez expresó: “Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”.

Es necesario precisar que, a lo largo de la historia humana, la habilidad de transformar nuestras ideas ha sido un aspecto decisivo para el mejoramiento del entorno y la evolución de la especie.

Lo siguiente debe también escribirse en negrita: Cambiar de opinión no es sinónimo de debilidad o incongruencia. Este es un proceso fundamental para el crecimiento personal que promueve un diálogo benéfico en la búsqueda de la verdad y el progreso.

Cambiar de opinión no quiere decir hacerlo al ahí se va; es algo que debe llegar después del análisis serio, la reflexión sin prisas y la aceptación de que no existe la verdad absoluta; adicionalmente, es la acción que representa el paso valiente con el que se admite que nadie sabe todas las respuestas.

Cambiar de opinión no nos convierte en personas inestables o cambiantes, ni tampoco inmaduras. En el Journal of Personality and Social Psychology, los psicólogos sociales Ian Handley y Dolores Albar publicaron hace unos años un estudio sobre nuestra resistencia a cambiar de actitudes, allí determinaron que las personas con una buena autoestima y que se sienten bien consigo mismas tienen una mente más abierta y son mucho más receptivas al cambio. Es más, no tienen miedo a cambiar de opinión en un momento dado y a dejar claro por qué lo hacen.

Si no estuviera permitido cambiar de opinión, estaríamos atados a algo que hemos dicho en algún momento específico por el resto de nuestra vida, negando los cambios y vaivenes en nuestra manera de ver y estar en el mundo; de seguro Immanuel Kant pensó en ello y atinadamente expresó: “El sabio puede cambiar de opinión. El necio nunca”.

El biólogo y filósofo Humberto Maturana alguna vez afirmó que existen tres derechos humanos universales que no fueron recogidos por las Naciones Unidas, pero que son tan esenciales como los demás: el derecho a cambiar de opinión, el derecho a irse sin que nadie se ofenda, y el derecho a equivocarse. Según decía, estos tres derechos son los que, junto a los demás, hacen posible que un organismo pueda vivir plenamente, construyéndose a sí mismo a lo largo de la vida desde la profunda conexión consigo mismo. “La coherencia del vivir depende de las experiencias que vayamos teniendo y eso provoca que podamos ir cambiando nuestro modo de pensar”, dijo.

Este derecho no debe relacionarse solamente desde el individualismo, ya que también tiene efectos a nivel colectivo. En el ámbito político y social, ofrece la posibilidad para replantear ideas u opiniones previas como factor determinante para el ejercicio democrático; hace posible a las y los ciudadanos cuestionar políticas públicas, propuestas electorales o decisiones de gobierno, promoviendo muchas veces la vía para encontrar soluciones más inclusivas y equitativas.

En el entorno de la ciencia, la tecnología y el conocimiento, el derecho a cambiar de opinión tiene un peso especial, ya que los hallazgos y avances obtenidos son originados gracias a acciones como poner a prueba las leyes, revisar las teorías, estudiar hipótesis y comparar las conclusiones con las nuevas evidencias; es así como también se puede estimular el progreso y la innovación en todos los aspectos de la vida.

Pese a todo lo anterior, existe en algunos sectores de la sociedad una firme oposición a la posibilidad de cambiar de opinión, evitando que ciertas personas o grupos de personas admitan públicamente un cambio en su perspectiva. Esta postura opositora representa un desafío para el crecimiento y desarrollo, así como un impedimento en el proceso para encontrar soluciones que demandan flexibilidad, innovación y adaptación.

Tienes el derecho de que ahora te guste eso que antes criticabas, solamente porque no habías tenido el coraje o la oportunidad de descubrir todo lo que podía ofrecerte. Tienes el derecho a cambiar de opinión y, en consecuencia, tienes derecho a decidir qué es lo mejor para ti en cada momento.

“No me da vergüenza cambiar de opinión porque no me da vergüenza pensar” es una frase atribuida a Blaise Pascal que llega en el momento oportuno para reconocer que existen circunstancias que nos invitan a recapacitar sobre nuestras convicciones, y es aquí cuando la disposición de cuestionar verdaderamente creencias y opiniones propias se convierte en un aspecto clave del desarrollo personal.

Es importante recordarte que puedes cambiar tu opinión en cualquier momento y, destacar también, que no se trata de renunciar a tus principios, traicionar tus valores o abandonar tu identidad; se trata, simplemente, de tener la capacidad para cambiar de opinión tras la reflexión, la habilidad para admitirlo y la valentía para actuar en consecuencia.

Si alguien me hiciera la pregunta que se encuentra en el título ¿Se vale cambiar de opinión?, sin dudarlo respondería: Claro que se vale.

Quería que las cosas cambiaran, así que empecé por mí.

Anónimo

Webgrafía

https://www.teresabaro.com/es/sin-categoria/cambiar-de-opinion/

https://www.latercera.com/paula/derecho-a-cambiar-de-opinion-para-crecer-y-moverse-en-un-espacio-de-respeto-al-otro-es-necesario-no-sentirse-dueno-de-la-verdad-ni-aferrarse-a-una-idea-que-alguna-vez-defendimos/

(Visited 76 times, 1 visits today)
Last modified: 6 enero, 2024
Cerrar