HISTORIA: JESÚS ARRIAGA/LALUPA.MX
FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX
Maribel Estefanía Ibarra Vega, policía de proximidad en El Marqués, luce contenta. Apenas hace poco más de un mes ingresó a la corporación, cumpliendo una meta en su vida motivada por su hija, de seis años de edad, para quien quiere una mejor calidad de vida y pueda salir a la calle sin temor.
La joven policía conversa en la Plaza de San Pedro. La gente camina de un lado a otro, mientras comerciantes se instalan en las inmediaciones del sitio.
Maribel señala que el proceso para entrar a la Policía Municipal de El Marqués fue largo, pero al final le dieron los resultados para ingresar a su formación inicial.
“Lo fundamental es defensa personal, tiro policial, detención de personas, conducción e inspección de vehículos”, apunta Maribel.
Confiesa que lo más complicado, en su caso, fue el manejo de armas, pues nunca había disparado un arma de fuego y no había tenido contacto con las mismas, pues antes, como auxiliar vial en el municipio no iba armada.
Comenta que la primera vez que disparó un arma de fuego fue una sensación extraña, así como la detonación del arma. Espera nunca tener que disparar contra otro ser humano.
Apunta que su hija está muy feliz con el cambio de profesión. Incluso, dice Maribel, su hija ahora quiere ser policía de grande para seguir sus pasos. En tanto, su mamá y sus hermanos también están contentos con su decisión y la apoyan.
El único “pero” que le pusieron por su nueva profesión fue por los turnos, que son 12 por 24, y por cuestiones de convivencia con su hija y asuntos escolares que tiene que ver con su educación. Más allá de esas cuestiones, todo ha sido normal.
“Yo ya estaba acostumbrada, como ya había trabajado dos años como auxiliar vial y eran los mismos horarios, no tenía mucho inconveniente con eso”, precisa la joven policía originaria de la comunidad de El Pozo, en El Marqués.
Destaca que lo que más le gusta de ser policía es estar cerca de la ciudadanía, servir al municipio y darle mayor seguridad a su hija en la vida. “Darle mayor seguridad en cuestión de combate a la delincuencia, de seguridad, de que pueda salir a la calle y estar con sus compañeros, con sus amigos en la escuela y que no esté con el miedo de que pueda pasar algo”, enfatiza.
Maribel trabaja en el sector La Pradera, donde además de realizar recorridos preventivos en ese populoso fraccionamiento, lo debe de hacer también en los fraccionamientos Zibatá y Zakia.
Hace un diagnóstico sobre las condiciones de los diferentes lugares que le corresponde patrullar. Mientras que en La Pradera lo que más se registra son robos a casa habitación, así como personas en estado de ebriedad en la vía pública.
Mientras que Zakia y Zibatá son zonas más tranquilas, hay menos reportes. Lo que normalmente se denuncia en esos fraccionamientos son accidentes viales o personas sospechosas.
Explica que para patrullar siempre van tres efectivos, dos mujeres y un hombre. Cuando se va a detener o asegurar a una persona, si es hombre, es el oficial varón quien hace la detención. Las oficiales sólo brindan el apoyo para evitar que pueda llegar alguien que quiera agredir al elemento que lleva a cabo la detención.
Cuando se trata de una mujer, dice, las oficiales son quienes llevan a cabo el aseguramiento, siempre con respeto, se les leen sus derechos y se presenta ante la autoridad correspondiente. “Tratamos de no entrar en problemas con ella misma”.
Maribel se ve en un futuro triunfadora. Se visualiza obteniendo un grado o siendo encargada de una base, o quizá, secretaria de Seguridad del municipio.
A unos metros, espera la compañera policía de Maribel en la patrulla que usan para labores de vigilancia. Ambas mujeres se mueven con seguridad, confiadas, mientras las personas observan a las policías encargadas de vigilar las calles del municipio.
“Ser mujer policía es un gran reto, más cuando uno tiene hijos, pero no es imposible. Es algo muy bonito estar dentro de la corporación y esto no es un trabajo, es una profesión. Al final de la formación inicial obtenemos un título”, enfatiza.
Señala que las mujeres son capaces de desarrollarse de igual o mejor forma en la carrera policial.
“Todos somos capaces y hay ocasiones en las que las mujeres tenemos más capacidad”, subraya, al tiempo que precisa que sus compañeros hombres la tratan bien, que son muy respetuosos.
Maribel regresa a su trabajo. Se despide con una sonrisa. Regresa a sus actividades como policía de proximidad para asegurar el bienestar de la sociedad marquesino, pero en especial de su hija, por quien decidió vestir el uniforme azul marino.
¿Qué es un policía de proximidad?
- El enfoque de policía de proximidad permite a los agentes tener una mayor vinculación con la ciudadanía, pues se trata de un oficial de las tres justicias; en la justicia penal como primer respondiente; en la justicia civica al aplicar los reglamentos municipales y en la justicia cotidiana con la mediación en conflictos vecinales.
- JUSTICIA PENAL: al aplicar el protocolo nacional de primer respondiente ante la comisión de un posible hecho delictivo;
- JUSTICIA CÍVICA: por la aplicación de la ley municipal ante infracciones administrativas;
- JUSTICIA COTIDIANA: para aplicar en el lugar del hecho los mecanismos de mediación en conflictos vecinales, redactando los convenios que tendrán la fuerza legal de su cumplimiento obligado, si es el caso.