I
No creo que don Carlos ignore lo ocurrido en torno a las provocaciones a Xóchitl Gálvez Ruiz durante su visita del pasado 2 de febrero a la American Society of Mexico, en Nueva York, donde un reducido grupo de migrantes mexicanos radicados en esa ciudad armaron su sainete morenista contra la candidata presidencial de la oposición.
No creo que don Carlos no sepa lo sucedido allí.
No me refiero a don Carlos de apellido Salinas de Gortari, de temeraria memoria y villano favorito de la prensa y ciudadanía mexicana en su momento, no. Me refiero a Carlos Slim Helú, el empresario consentido del actual presidente y que este lunes 12 sorprendió a buena parte de la prensa al dar una conferencia, hecho, esto último, que no es usual en él.
¿Qué dijo en ella? ¿Aclaró algunas de las tantas interrogantes que hay en torno a él y su fortuna, así como su relación cercana al actual presidente? En realidad, su larga conferencia a los medios dejó más interrogantes que certezas. Y es que su tanta cercanía con el presidente hoy parece revertírsele en su credibilidad.
De entre todas las notas en relación a este evento, la del reportero de El Economista Gerardo Flores Ramírez orienta sobre la realidad de asuntos financieros de sus empresas y que fueron abordados por el empresario (https://www.eleconomista.com.mx/opinion/La-extrana-conferencia-del-Ingeniero-Slim-20240212-0131.html).
Esta y otras notas periodísticas contradicen las declaraciones del magnate. Y, a decir verdad, despiertan suspicacia sobre el trasfondo de abordar el tema con la prensa, habida cuenta que faltan 5 minutos para que termine el sexenio y decide dar una conferencia en la que, muy de pasadita, mencionó lo del accidente de la Línea 12 del Metro, causando polémica con su comentario: “El daño de la Línea 12 del Metro no fue falla de origen, le faltó mantenimiento”.
¿Cómo interpretar el comentario? En términos coloquiales, cabría la expresión “¡a mí no me embarran en esto!”. O cabe la suspicacia de preguntar: ¿Será que ante tantos señalamientos serios sobre el presidente es una manera de abandonar el barco en el que navegó durante tantos años de cercanía con él?
¡Vaya con don Carlos! ¡Y vaya con la prensa que estuvo allí!
¿Alguno se atrevió a preguntarle: “oiga, señor Slim, si el trágico accidente fue por falta de mantenimiento, ¿por qué se prestó usted a reparar esas fallas después del accidente?”?
O bien, “¿qué opina usted sobre el manejo de este hecho en el que se perdieran tantas vidas y hasta el momento no haya nadie responsable?”.
¡Vaya con esa prensa… tan prensita!
El cuñado de su hijo
Y volviendo a lo de Nueva York, aclaro que no creo que ignore lo ocurrido a la candidata de la oposición, no porque él tenga que ver directamente con esas agresiones, sino porque, en materia de temas fundamentales para el país, don Carlos siempre ha cuidado que los malos aires no toquen sus intereses, que son muchos y están muy cercanos al presidente. ¿O después de su conferencia de este lunes debemos hablar en pasado y decir “estuvieron”?
Aunque en esas agresiones surgieron dos nombres como orquestadores del acto, uno de ellos es el de alguien que no es ajeno a la familia del magnate. Sobre lo sucedido a Gálvez Ruiz durante su visita a Nueva York, un grupo de alborotadores intentaron hacer creer a la opinión pública que los paisanos de allá la repudian. La líder de este golpeteo fue Chayo Villa, de origen poblano, quien, al frente de la veintena de paisanos, se encargó de proveer los chalecos con el logo de este movimiento caracterizado por provocar e insultar a todo disidente o crítico incómodo. En las imágenes sobresale la figura de Chayo (la del chayo a los paisanos), y –decía– fue la encargada de montar este teatrito chambón que luego difundieron por todos los medios que tienen a su servicio y por las redes sociales.
¡Ah, qué doña Chayo! ¿Acaso creía que nadie se iba a dar cuenta de que ella a eso se dedica para la cuatrote de sus amores?
¿Y quién es el personaje que, como digo líneas arriba, no le es ajeno a la familia del magnate y fue relacionado con los alborotos armados por esta señora? Se trata de Miguel Torruco Garza, diputado federal de Morena, secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores y, ¡además!, precandidato de Morena a la alcaldía Miguel Hidalgo.
¿Y qué tiene qué ver con Carlos Slim Helú? Pues vea usted: Torruco Garza es cuñado de Carlos Slim Domit (hijo de Slim Helú). Su hermana es María Elena Torruco Garza y está casada con Slim Domit.
De la Época de Oro del Cine Mexicano al teatro fársico de la política
Miguel y María Elena son hijos de Miguel Torruco Marqués, secretario de Turismo en esta administración. Los padres de Torruco Marqués fueron Miguel Torruco Castellanos (chiapaneco) y María Elena Marqués, actores de la época dorada del cine mexicano. Un par de guapos, y mega guapos, de la cinematografía que dejaron una gran huella dentro de esta industria y en el recuerdo de generaciones de mexicanos. Ellos son los abuelos de María Elena Torruco Garza (casada con Carlos Slim Domit) y su hermano Miguel Torruco Garza, quien ostenta en esta administración los cargos citados líneas arriba.
Por cierto, un dato adicional que registra y nos recuerda Wikipedia: la actriz María Elena Marqués fue diputada federal por el Partido Revolucionario Institucional en la década de los 70 y presidenta del área de Jubilaciones de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), cargo que ocupó hasta el día de su muerte, ocurrida en 2008.
¿Entendemos entonces las coyunturas familiares en el poder y tan propias de nuestra política mexicana? ¿Qué dice don Carlos Slim Helú de todo esto? ¿Sabe que el cuñado de su hijo ha sido relacionado con este alboroto, que dicho sea de paso, le hizo lo que el viento a Juárez a Xóchitl Gálvez?
Estimado lector, uno a veces se hace preguntas ociosas a sabiendas que no tendremos respuestas. ¡¿Qué va a decir el magnate favorito del aún presidente?! ¿O debo decir el magnate cuyo presidente actual es (o fue) su favorito? A saber. Pero lo que está clara es esa coyuntura que data de tiempo atrás y que para muchos es pública desde que López Obrador fue jefe de la ciudad y sólo traía 200 pesos en el bolsillo. Una cercanía cuyos beneficios se extienden a la familia directa, cercana y política.
El otro nombre relacionado con este montaje contra Gálvez Ruiz fue mencionado por Ildefonso Guajardo, quien forma parte del equipo de Xóchitl y que la acompañó durante esta gira por Estados Unidos. El acusó directamente de lo ocurrido al presidente nacional de Morena, Mario Delgado, de quien dijo: “Qué tanto coraje le dio a @mario_delgado que @XochitlGalvez sí puede venir a Washington y NYC a enfrentar preguntas de la prensa libre, que nos mandó a sus morenistas a intentar boicotear uno de los 20 eventos y su candidata no se atreve a venir. ¡Échenle ganas, les vamos a ganar este 2 de junio!”.
II
Los muchachitos de Dante
El video de Jorge Álvarez Máynez, candidato de Movimiento Ciudadano (MC) a la presidencia de la república, junto al gobernador de Nuevo León, Samuel García, en evidente estado de ebriedad y burlándose ambos del Instituto Nacional Electoral (INE) fue tema y motivo de repudio.
El desagradable y grotesco clip del pasado 3 de febrero permeó en la ciudadanía. En él se ve a un grupo de individuos, entre ellos los mencionados, pertenecientes al llamado Movimiento Naranja, encabezado por una de las figuras más rancias y tramposas de la política mexicana: Dante Delgado Rannauro. Este político veracruzano parece estar dispuesto a todo para mantener a flote a su partido. Y a todo es decir hasta calzarse zapatos de payaso de crucero color naranja fosforescente y salir al escenario de su circo intentando venderlo como idea graciosa.
Dante, el de la comedia no divina y no poeta, es uno de esos sobrevivientes de la política que ha mostrado ya su talante inescrupuloso, no porque los demás políticos sean incólumes, sino porque –ya lo vemos– es un hombre de casi 74 años que no ha tenido reparo alguno en impulsar a figuras de jóvenes –aunque no tanto– (36 años tiene Samuel García y 38 años Álvarez Máynez) que se comportan con un cinismo e inconsciencia más propios de púberes, a los que no les enseñaron la mínima decencia en casa y que han encontrado cobijo en cierta clase política cada vez más extraviada en sus límites de comportamiento.
¿Y el niño?
El video está a la mano para quien quiera verlo. Es el de estos hombres disfrutando un partido Tigres contra Pumas de la UNAM. Ambos se encontraban en un exclusivo palco y acompañados de otras siete personas, entre ellas el también candidato al Senado por Sonora Ernesto “Pato” de Lucas Hopkins, y contendiente del priista Manlio Fabio Beltrones.
Todo mundo se enfocó en la parte política de estos sujetos. Y los opositores a Movimiento Ciudadano vieron en ello una oportunidad de crítica a los hijos políticos de Dante Delgado. Pero nadie mencionó que dentro de este grupo había entre ellos un niño. Un niño en tránsito hacia la adolescencia y en medio de hombres, cuya forma de celebración es también la ostentación del machismo y vulgaridad. ¿De quién es ese muchachito? ¿Quién es el padre de ese niño que apareció allí entre la alharaca y aprendiendo que la transgresión de toda regla es normal? ¿Cómo concebirá ese niño la relación hombre-poder-política? Esto que para muchos puede parecer inocuo, no lo es. Así se forjan modelos a seguir y la concepción de poder. Así se normalizan actos transgresores y se forman ciudadanos que ansían ocupar cargos públicos como una forma de acceder al poder y beneficiarse de puestos públicos. Y así nos ha ido y nos va.
Por lo demás, ya ni preguntar por el modelo masculino y femenino de la hija de Samuel García y los hijos de Álvarez Máynez. En el caso concreto de la pareja originaria de Nuevo León, Samuel García y su esposa Marianita, la “cándida” de impecable imagen y seductora sonrisa, joven esposa y facilitadora de su joven ambicioso esposo, están claras sus pretensiones políticas. La cabida que han encontrado en buena parte de la sociedad neoleonesa reflejan el abandono de los valores originarios que por mucho tiempo fueron distintivos de los neoleoneses y motivo de orgullo: trabajo, esfuerzo y, por lo menos, una dosis de decencia y conocimiento de los límites en la vida pública.
Y no se me malentienda, por favor. No estoy diciendo que los antiguos neoleoneses cultivaran la perfección. Pero contaron con ciertos valores que enmarcaron su historia y cuidaron la cuna de grandes ciudadanos comprometidos y claros en el cultivo de esos valores. Lo que ha venido después ha sido una laxitud y pérdida de brújula, que han dado cabida a personajes como los que hemos visto desfilar, hoy penosamente superados para mal.
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