Autoría de 4:42 pm #Destacada, A Ojo de Pájaro - Gerardo Aguilar

De aves, cerros verdes y café: una odisea colombiana. Doña Dora y el Alto Anchicayá (V) – Gerardo Aguilar Anzures

En la entrega anterior de esta odisea colombiana (puedes leerla aquí https://lalupa.mx/2024/02/11/de-aves-cerros-verdes-y-cafe-una-odisea-colombiana-bosque-de-niebla-iv-gerardo-aguilar-anzures/) visitamos el bosque de niebla de los alrededores de la carretera vieja de Cali a Buenaventura. Encontrando muchas especies maravillosas en Finca Bosque de Niebla y Finca Alejandría.

Nuestro destino para esta aventura era Avistamiento de Aves Doña Dora, que está cerca de la población de Queremal, pero, para fines prácticos, está en despoblado, a un lado de la carretera y envuelta por una extraordinaria vegetación. Con un registro histórico cercano a 500 especies de aves, es un lugar “de culto” para los observadores que visitan el Valle del Cauca, pudiendo encontrar aquí especies de la selva húmeda tropical, pero también del bosque de niebla. Además de los avistamientos que haríamos en sitio, tomaríamos Doña Dora como base para ir a otros puntos de avistamiento que se encuentran a lo largo del Alto Anchicayá, que es un río que va desde el oeste de Cali hasta la desembocadura en el mar, cerca de Buenaventura.

Avistamiento Doña Dora es un lugar con hospedaje y miradores, con una construcción cien por ciento de tipo funcional. Tiene un área de cocina, refrigeradores con bebidas y alimentos, así como un aparador de recuerdos, donde se pueden comprar, entre otras cosas, unas hermosas playeras de manga larga muy bellamente decoradas. También hay unas mesas en un espacio techado que funciona como comedor. Las habitaciones para huéspedes y el baño están en la planta superior, y por la cara del edificio que mira hacia la selva, hay 3 niveles de terrazas de observación de aves, en las dos plantas y la azotea.

La construcción está profusamente decorada con grandes y coloridos murales, elaborados por Elber, que es hijo de Doña Dora, y además de su talento artístico tiene un gran compromiso con la causa de la conservación y el aviturismo, como el resto de la familia. Desde aquí mando un saludo y mi agradecimiento a Doña Dora, su esposo Don Luis, Elber, Geiler, Daniela y Sofía (y la pequeña Heidi).

En la imagen bajo estas líneas te presento algunas vistas de la decoración.

Doña Dora.

También te comparto el enlace de su página web, ya que me parece una visita indispensable si quieres hacer observación de aves en Colombia: https://www.donadorabirding.com/

Llegamos a Doña Dora cerca de las 5 p.m., es decir, una hora antes del ocaso, pero con la neblina, y a veces fina llovizna de la selva húmeda, la luz ya no era la adecuada para lograr buenas fotos. Sí pudimos ver algunos colibríes y otras aves, pero las pruebas de tomas que hice, en el mejor de los casos, tenían calidad de foto de registro (fotografías de baja calidad, que no tienen valor estético, sino que son solamente prueba de que una especie fue efectivamente vista y registrada).

Por este motivo, las primeras fotos (razonables) en Doña Dora no fueron de ninguna de las 500 especies de aves que se pueden ver ahí, sino de un travieso mamífero mediano, color marrón, llamado olingo de cola tupida (Bassaricyon gabbii), conocido de manera local simplemente como olingo. Aunque es un oportunista que come de todo, es principalmente frugívoro y le gusta estar en el dosel de los árboles frutales de los que se alimenta. Vive en lugares de abundante vegetación, entre el nivel del mar y los 2,000 m de altitud. En el día se mantiene lejos de los asentamientos humanos, pero a Doña Dora se acerca por las noches, ya que se le atrae con plátanos que se colocan cerca de la fronda de los árboles, por medio de unas pértigas. Fue muy emocionante verlos en la penumbra, correteando y saltando por las ramas para alcanzar la fruta. Por consideraciones éticas, prácticamente he renunciado al uso de flash en la fotografía de fauna, para evitar perturbar en exceso a los animales; hice las tomas con los parámetros al límite para lograr los mejores resultados posibles en una luz tan escasa. La calidad de la imagen no es excelente, pero la considero suficiente para incluirla en la narración.

Olingo.

La mañana siguiente nos subimos al coche muy temprano para hacer un recorrido, siguiendo el Anchicayá, deteniéndonos en varios parajes, en los que se van encontrando diversas especies.

Uno de los parajes tiene el ambicioso nombre de Danubio, y aunque el río y el paisaje son bellos, me recuerdan muy poco a uno de los cauces más importantes de Europa, pero, parafraseando a Shakespeare, What’s in a name?, ya que el lugar nos dio oportunidad de hacer observaciones de aves muy relevantes, que te comparto a continuación.

La paloma plomiza (Patagioenas plumbea) es grande y le gusta el interior del bosque. Es mayormente gris violáceo, ligeramente más oscura y marrón en las alas, caracterizada por sus ojos pálidos. Es bastante discreta, permaneciendo en el dosel, donde se alimenta de fruta. Se encuentra desde tierras bajas y llega a la zona subtropical, hasta los 2,300 m; está bien extendida en el norte de Sudamérica. Tal vez sea un comentario discriminatorio, pero la mayoría de las palomas no son aves que nos asombren o emocionen mucho, como otras que son más llamativas, incluso carismáticas, pero a final de cuentas, en el conteo de especies de por vida, tienen el mismo peso que cualquier otra, así que a los “coleccionista de especies” nos alegra verlas de cualquier forma.

Paloma plomiza.

A diferencia de otros colibríes de la región, la amazilia de Rosenberg (Polyerata rosenbergi) no acude a comederos, así que es preciso encontrarla en su hábitat natural, y afortunadamente pudimos hacerlo. Es un colibrí verde esmeralda con un parche púrpura-azul en el pecho (en el macho). Se le encuentra en los bosques húmedos de las tierras bajas del noroeste de Ecuador y el oeste de Colombia.

Amazilia de Rosenberg.

El momoto picoancho (Electron platyrhynchum) es un pájaro de bosque de tamaño mediano. A diferencia de otros momotos, en los que predominan los colores verde y azul, el picoancho tiene la cabeza y el pecho marrón anaranjado con la máscara negra. Se encuentra desde Honduras hasta Ecuador. Fue frustrante que las primeras fotos que intenté de este momoto fallaron completamente: fuera de foco, la cabeza volteada, oculto tras las ramas… sin embargo tuve suerte, porque de repente cazó un insecto y ahí se quedó quieto en un claro unos momentos mientras lo comía. Hasta que procesé la foto, me di cuenta que lo que había cazado era una temible hormiga bala, de la cuál te contaré un doloroso episodio en la próxima entrega de esta serie.

Momoto picoancho.

El buco barrado (Nystalus radiatus) es un ave discreta con cabeza y pico grande, de apariencia maciza, como todos los bucos. Su bello plumaje tiene un patrón atigrado canela con barras negras desiguales. También se distingue por sus ojos pálidos. Es poco común y se encuentra en el bosque secundario, en las tierras bajas desde Panamá hasta el oeste de Ecuador. A menudo se percha inmóvil en una percha expuesta.

Buco barrado.

Al cabezón pechiblanco (Capito maculicoronatus) se le conoce afectuosamente como “capito”, como su nombre científico. Es un ave rechoncha, con pico grueso y plumaje llamativo. Está presente en el dosel del bosque de tierras bajas, desde el centro de Panamá hasta el oeste de Colombia. Generalmente anda en parejas o pequeños grupos.

Cabezón pechiblanco.

El trepatroncos moteado (Xiphorhynchus erythropygius) es un ave grande que habita el bosque perennifolio y de pino, en montañas y laderas. Se alimenta en todos niveles sobre troncos y ramas grandes, incluso en bromelias. Como buen trepatroncos, va recorriendo verticalmente los árboles para alimentarse, haciendo honor a su nombre, y volando después a un árbol vecino, para repetir el proceso. Tiene sitios de distribución desde Veracruz hasta Ecuador, sin embargo, nunca antes lo había visto, ni en el sureste mexicano ni en Costa Rica.

Trepatroncos moteado.

Siguiendo el curso del Anchicayá, hicimos otra parada en un espacio abierto junto al río, cerca de la estatua de la Virgen, que resultó bastante generosa, ya que encontramos algunas aves interesantes, que menciono a continuación.

Estatua de la Virgen.

El cabezón canelo (Pachyramphus cinnamomeus) es un pájaro mediano, mayormente de color ferruginoso, presente en bordes de bosque y claros en tierras bajas tropicales húmedas. Usualmente anda solo o en pares, desde los niveles medios a superiores en árboles abiertos. Al igual que otros cabezones, tiende a perchar bastante erguido, estirando la cabeza hacia adelante para mirar alrededor. Tiene puntos de distribución en el Istmo y Chiapas, pero se encuentra más distribuido de Honduras a Ecuador.

Cabezón canelo.

El dacnis azul (Dacnis cayana) es una tangara pequeña y activa, parecida a un chipe, con pico muy puntiagudo. El macho es azul con una fina máscara negra, garganta y espalda negras. La hembra también es distintiva, de cuerpo verde lima, con la cabeza mayormente azul. Usualmente se ven en pares o pequeños grupos en el dosel de bosques y sus bordes, también en el bosque secundario. A menudo sigue bandadas de especies mixtas. Se alimenta de frutas. Se le encuentra desde Honduras hasta el norte y centro de Sudamérica. En mi opinión, se parece mucho a los mieleros, a tal grado que me cuesta trabajo distinguirlos. Mi foto no es muy buena, pero la especie es importante y por ello la incluyo.

Dacnis azul.

El mosquero canelo (Rhytipterna holerythra) tiene tamaño medio y es de color rojizo. Habita el bosque tropical húmedo en las tierras bajas. Prefiere los niveles medios a superiores dentro del bosque, donde percha inmóvil por largos períodos y hace salidas por insectos y otros animales pequeños, como es común en los mosqueros. En mi opinión, se parece bastante al cabezón canelo, que acabo de describir más arriba. La forma de la cabeza y el pico son los rasgos que permiten distinguirlos más fácilmente.

Mosquero canelo.

La tangara de Rothschild (Bangsia rothschildi) es una tangara rara restringida a bosques muy húmedos a lo largo de la base de los Andes en el noroeste de Ecuador y el oeste de Colombia. Su plumaje es azul profundo con un parche amarillo brillante, tanto en el pecho como en las partes inferiores bajas. Usualmente, se observa en los niveles medios a altos del bosque.

Tangara de Rothschild.

El hormiguerito de Griscom (Myrmotherula ignota) es diminuto y tiene una cola muy corta. Parece una pelota de ping-pong rebotando en los niveles medios y el dosel del borde y bosque de tierras bajas, desde Panamá hasta Perú y Brasil. El macho tiene el vientre amarillo pálido, rayas blancas y negras, contrastantes en la cabeza y la espalda, y barras blancas gruesas en las alas. La hembra es similar, pero tiene la cabeza y la parte superior del pecho más beige. Por su comportamiento y pequeñas dimensiones, es sumamente difícil de fotografiar. Incluso en las páginas de referencia para observadores de aves, las fotografías no son excelentes. A continuación te presento mi humilde versión, que me costó bastante conseguir.

Hormiguerito de Griscom.

Aunque la amazona mercenaria (Amazona mercenarius) es un loro verde bastante grande, me costó mucho trabajo verla entre el denso follaje del árbol en que perchaba. Es el único miembro del género Amazona que se encuentra a tan altas elevaciones en los Andes, desde 1,100 hasta 3,400 msnm. Ambos sexos son de color verde brillante, con pequeños parches rojos en las alas, visibles en vuelo. Se encuentran en parejas o pequeñas bandadas, volando sobre bosques de montaña bien conservados. Se distribuye desde Venezuela hasta el norte de Bolivia.

Amazona mercenaria.

Quiero abrir un paréntesis entre las maravillosas y abundantes aves que encontramos, no sólo en Doña Dora, sino en todo el viaje, para mencionar a nuestro extraordinario guía, Miguel Ángel Aguilar Gómez. Si me fue posible registrar cerca de 400 especies en 10 días y fotografiar a más de 150 de ellas, se debió a su minuciosa preparación y seguimiento del itinerario, y a su capacidad para encontrar las aves y señalarlas a los integrantes del grupo. Aquí te comparto su Instagram, por si deseas entrar en contacto con él: https://www.instagram.com/birdnomad?utm_source=ig_web_button_share_sheet&igsh=ZDNlZDc0MzIxNw==

Miguel Ángel Aguilar Gómez.

Siempre avanzando por la Antigua Carretera a Buenaventura, llegamos a un paraje llamado Coches Viejos, que hace honor a su nombre, ya que a un lado de la carretera, sobre la hierba, se encuentran unos coches abandonados de tipo utilitario, tal vez de modelo de los 70. En realidad fue un lugar relevante, con varias especies muy interesantes, de las que te platico a continuación. Tal vez es buen momento para que te sirvas otro café o, ¿por qué no?, una copita de vino, porque en el resto de la crónica te compartiré especies muy bellas.

El mosquerito adornado (Myiotriccus ornatus) me cae bien, porque es atractivo y fácil de identificar. Este mosquero pequeño y rechoncho a menudo se percha visiblemente en los claros del bosque o a lo largo del borde de la carretera. Es un pájaro amarillento con la cabeza gris, notables “faros” blanco en su cabeza, cola marrón y rabadilla amarillo limón. Es bastante común en las estribaciones y la zona subtropical. Usualmente se percha bastante bajo.

Mosquerito adornado.

El piojito guardarríos (Serpophaga cinerea) también es fácil de identificar, ya que es el único mosquero pequeño y gris que se encuentra exclusivamente a lo largo de ríos y arroyos rápidos. A menudo se percha en las rocas en medio del canal, pero también a lo largo del borde. Me gustó mucho la parejita de la foto, ¡ternuritas! Aunque hubiera preferido una percha natural que el cable de acero, pero nunca se apartaron de él y tampoco se separaron mientras estuvimos cerca.

Piojito guardarríos.

El habia copetona (Habia cristata) es una inconfundible tangara rojo opaco con flancos grisáceos y su notable cresta roja brillante. Se encuentra en parejas o pequeñas bandadas en el sotobosque, a menudo en matorrales densos o en enredaderas. A veces sigue bandadas de especies mixtas. Se encuentra en las estribaciones del oeste de Colombia. Al principio se me dificultó mucho la foto, ya que estaba detrás de un enramado considerable, después se colocó en un follaje muy denso y la luz era totalmente insuficiente, así que hubo que perseverar siguiéndola, hasta que finalmente perchó en un mejor lugar y pude lograr la toma que buscaba.

Habia copetona.

Avistamiento Doña Dora

Después de los recorridos por la Antigua Carretera a Buenaventura, regresamos a nuestra base, en Avistamiento Doña Dora, y desde sus terrazas en tres niveles pudimos disfrutar el avistamiento de muchas especies bellas e interesantes. Algunas de ellas ya las he presentado en entregas anteriores, por lo cual sólo mencionaré las especies nuevas para mí.

El cabezón tucán (Semnornis ramphastinus), más comúnmente llamado “compás” en la zona, es un pájaro espectacular y emblemático del bosque nuboso del noroeste de Ecuador y el oeste de Colombia. Puedes apreciar todos sus coloridos detalles, como la garganta gris, el pecho y el vientre rojos, la gorra negra, una raya blanca y gruesa detrás del ojo y el pico grueso amarillo con punta negra. Usualmente se encuentra en pares en el dosel del bosque, a menudo con bandadas de especies mixtas. Come insectos grandes, así como frutas. Se le encuentra en el bosque de niebla, de Medellín a Guayaquil. Cuando uno lo mira, se lleva la impresión de que es un pájaro rudo, que no se anda con bromas. Me tocó verlo golpeando la corteza de un árbol en busca de insectos y fue algo más tosco que un pájaro carpintero, ya que mientras este parece un rotomartillo eléctrico, el compás da golpes fuertes y sordos, como con un marro. En verdad tenía muchos deseos de ver esta especie y disfruté plenamente contemplarla en acción un largo rato desde la terraza de la planta baja.

Cabezón tucán.

El tucanete culirrojo (Aulacorhynchus haematopygus) es un tucán de tamaño mediano, que habita el bosque tropical húmedo, desde las estribaciones hasta las tierras altas, en el occidente de Venezuela, Colombia y Ecuador. Usualmente anda en parejas o pequeños grupos, moviéndose a través del dosel o alimentándose en árboles frutales. De hecho, me tocó ver a una pareja, y tuvieron un bonito momento en el que uno le pasa a otro una fruta con el pico. El nombre “culirrojo” me parece divertido y bueno, no necesita explicación.

Tucanete culirrojo.

La tangara flamígera (Ramphocelus flammigerus) es bastante grande y se encuentra en hábitats abiertos en tierras bajas y estribaciones por debajo de los 1,500 m. El macho es totalmente negro con rabadilla contrastante que varía de amarillo limón a rojo. La hembra es marrón negruzco arriba, con amarillo abajo. Es común en claros, jardines, matorrales y bosque secundario, generalmente en parejas o pequeños grupos.

Tangara flamígera.

Por contraste, la tangara golirrufa (Ixothraupis rufigula) es pequeña y distintiva, con la cabeza mayormente negra, garganta naranja y manchas negras contrastantes en las partes inferiores. Las partes superiores son oscuras con una apariencia escamada. Es una especie de pie de monte, que se encuentra entre los 600 y los 1,500 msnm en la ladera oeste de los Andes, en Colombia y Ecuador. Se mueve en pares o grupos pequeños y forma parte de bandadas de especies mixtas, en los niveles medios y altos de bosque. Se alimenta de frutas.

Tangara golirrufa.

Y de postre, me permito presentarte una deliciosa variedad de colibríes.

Zafiro coronado (Thalurania colombica)

Este colibrí llamativo tiene una combinación única: con la corona y vientre púrpuras separados por la garganta y la parte superior del pecho verde clara. Su cola oscura está bifurcada. Se encuentra alrededor de bosques, bordes y jardines. Se le encuentra en el sur de Centroamérica y en el occidente de Venezuela, Colombia y Ecuador.

Zafiro coronado.

Colibrí puntiblanco occidental (Urosticte benjamini)

Colibrí poco común que se encuentra en el bosque de niebla a lo largo de la ladera oeste de los Andes, en Colombia y Ecuador. Ambos sexos son principalmente verdes con una línea corta y blanca detrás del ojo. Se alimenta de una variedad de flores desde el sotobosque hasta el dosel, y visita regularmente los comederos.

Colibrí puntiblanco occidental.

Colibrí sietecolores (Boissonneaua jardini)

Con poca luz, este colibrí de tamaño mediano parece totalmente negruzco, pero en el ángulo correcto se convierte en una gema deslumbrante con vientre y corona púrpura, flancos turquesa y cobertoras de alas verdosas. También tiene destellos blancos en la cola. De hecho, es muy sorprendente verlo pasar de la sombra a la luz y “pintarse mágicamente” de maravillosos colores. Tiene un rango muy restringido en el oeste de Colombia y Ecuador, donde generalmente es poco común verlo en bosques nublados en la zona subtropical.

Colibrí sietecolores.

Amazilia andina (Uranomitra franciae)

Colibrí de tamaño mediano, bastante común en el bosque de niebla andino, desde Colombia hasta Perú, típicamente entre los 800 y 1,800 msnm. Dentro de su rango, es fácil de distinguir, debido a sus partes inferiores blancas y sin manchas. El plumaje de ambos sexos es similar, excepto que la corona es azul en los machos y verde en las hembras. Usualmente, se ve en el borde del bosque, claros y bosque secundario.

Amazilia andina.

Brillante emperador (Heliodoxa imperatrix)

Impresionante colibrí del bosque de niebla andino, en el noroeste de Ecuador y el oeste de Colombia. Es grande, de pico grueso y cola larga, con un brillo dorado en el vientre. Prefiere los bosques muy húmedos, cargados de epífitas. Con esta especie me pasó algo especial: generé miles de fotos en el viaje a Colombia, de las cuales, una vez procesadas y seleccionadas, quedaron unas 4,000 imágenes. En la revisión inicial creí que no había podido fotografiarlo, sin embargo, al estar seleccionando especies para esta crónica, me di cuenta que, entre muchas fotos de otras especies, tenía UNA de esta, lo cual me produjo una alegría grande, meses después de haber hecho la toma.

Brillante emperador.

Inca pardo (Coeligena wilsoni)

Colibrí opaco de pico largo del bosque de niebla andino en el oeste de Ecuador y el oeste de Colombia. Los tonos marrones, bronce y verde opaco dominan su plumaje, pero los parches blancos a los lados del cuello brillan como faros en el bosque oscuro en donde habita. Usualmente, se encuentra alimentándose de flores tubulares dentro del bosque o a lo largo del borde del mismo.

Inca pardo.

En la próxima entrega de esta serie, te platicaré de San Cipriano y del Humedal Platanares, que fueron las últimas pajareadas de mi viaje a Colombia. Si llegaste hasta este punto en la lectura, me alegra mucho que me hayas acompañado en esta aventura, y como muestra de mi agradecimiento, déjame un comentario en la publicación de Facebook de LA LUPA de esta crónica, mencionando una especie que te haya gustado, y te la mando en alta resolución.

Nos vemos en unos días más, con la sexta y última entrega de la odisea… ¡Hasta entonces!

Me dará gusto si quieres ponerte en contacto conmigo, por los siguientes medios.

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Para consulta de información de aves, se puede acceder a: https://birdsofcolombia.com/index.php/home

AQUÍ PUEDES LEER TODAS LAS ENTREGAS DE “A OJO DE PÁJARO”, LA COLUMNA DE GERARDO AGUILAR ANZURES PARA LALUPA.MX

https://lalupa.mx/category/las-plumas-de-la-lupa/a-ojo-de-pajaro/

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Last modified: 3 marzo, 2024
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