Las tensiones añejas entre Israel e Irán han aumentado en los últimos días de una manera seria e impactante, llegando a un punto de inflexión con el ataque iraní a territorio israelita con drones militares. Por este acontecimiento es inevitable preguntarnos: ¿cómo evolucionarían las fricciones entre los dos países?, ¿de qué manera impactaría este conflicto en la crisis ya profunda en la Franja de Gaza?, y, ¿derivará el ataque en el inicio de una Tercera Guerra Mundial?
Hace unos días, drones militares dispararon cientos de proyectiles a Israel, logrando muchos traspasar los sofisticados sistemas de defensa del ejército israelí. El movimiento de Irán no es cosa menor, se trata del primer ataque infringido al territorio de su acérrimo enemigo de la región. No fue un acto aislado el dirigido por Teherán, sino que obedece particularmente a la agresión perpetrada por Tel Aviv en un consulado iraní situado en Siria.
Entonces, ¿por qué el gobierno israelita atacó a la misión diplomática iraní en Siria? Recordemos que el conflicto entre Israel y la Franja de Gaza no es un enfrentamiento bilateral, sino que ha arrastrado a múltiples aliados en ambos bandos. En el caso del primero, quizá ya no tenga el mismo número de países en su bolsa como sucedía hace unas décadas, pero aún mantiene uno que impone: Estados Unidos de América (EUA). En torno al segundo, no sólo gran parte de la comunidad internacional ha apoyado a los palestinos desde la vía diplomática, sino que prácticamente toda la región de Medio Oriente ha mostrado su respaldo a través de diversos canales.
En este contexto, desde hace años Irán ha apoyado a los palestinos de la Franja de Gaza dentro y fuera de tal espacio, algo que no ha sido del agrado de Tel Aviv, sobre todo por el momento tan delicado que ahora atraviesa en la guerra. Se han presenciado varios momentos de tensión entre países árabes e Israel en tiempos recientes, por lo que el gobierno de Benjamín Netanyahu no ha minimizado ningún riesgo en la zona y ha respondido acorde a las amenazas que detecta el Mosad.
Ahora, si bien todavía Israel no ha respondido a los ataques recientes de Irán, es muy probable que la retaliación llegue pronto, agravando la crisis que se vive en Medio Oriente con la guerra en la Franja de Gaza. Ahora hay dos frentes declarados que quizá en el futuro próximo se amplíen con el involucramiento de otros países, como Siria y Líbano, que no sólo han declarado apoyo total al pueblo palestino, sino que incluso uno ha recibido una reciente agresión del enemigo en común.
La crisis creciente en esta región, por el posible involucramiento de otros agentes tanto estatales como no estatales, nos sumerge en la incertidumbre del estallido de una guerra de mayor proporción. Recordemos que EUA es un aliado cercano de Israel, así como China y, aún más, Rusia lo son de Irán. Así, es inevitable considerar que el aumento en las fricciones entre Tel Aviv y Teherán pueda acarrear la participación directa o indirecta de las potencias mundiales.
Nada está escrito y, desde luego, hay muchas posibilidades en el tablero de Medio Oriente. En este muy delicado panorama internacional, el hecho que tranquiliza al globo es que, tras el aumento de las tensiones entre Rusia y Ucrania, pensamos que podría detonarse una Tercera Guerra Mundial con la invasión rusa a territorio ucraniano, pero no fue así. La guerra estalló y los beligerantes dieron paso a un momento obscuro en la historia de la humanidad, pero no se integraron más agentes al acto, lo que habría sido catastrófico.
Aunque, con tantos conflictos en el mundo, varios de ellos de gran peso regional y con conexión global por las implicaciones que generan y los agentes que se ven involucrados de manera directa o indirecta, resulta indispensable reflexionar sobre el estado actual de las relaciones internacionales. Tras este recorrido, vale la pena preguntarnos, ¿no estamos suspendidos ya dentro de la espiral de una Tercera Guerra Mundial?
