Siete décadas había cumplido el pasado 14 de febrero, pero el lunes 10 de marzo fue hallado muerto. No sé dan detalles de su infausta partida, aún. No sé dónde fue encontrado sin vida, no sé por lo tanto el motivo de que ya no esté más entre nosotros. Y quizás sea mejor que lo ignore, porque yo todavía sigo a la espera de esa copa pendiente con él luego de haberle escrito, sin suerte, en su correo electrónico si bien, probablemente, nunca lo habrá leído porque el remitente no era Víctor Roura sino un nombre falso y, sí, dados los tiempos de la injuria, la blasfemia y el bandolerismo en los que vivimos más vale no responder, en efecto, a las palabras de los extraños.
Se ha ido de este mundo Carlos-Blas Galindo.
Y cómo me duele su ausencia, aunque seguiré a la espera de nuestra reunión, ya él de vuelta en la Ciudad de México, para hablar de mil cosas de la vida y de la crítica cultural. Carlos fue de los pocos que alzaron la voz en los momentos de la felonía obradorista contra la Agencia Notimex cuando el gobierno morenista, incomprensiblemente, continuaba privilegiando al sindicato corrompido instalado en la redacción de aquella ya extinguida agencia en la creencia malsana, o acaso producida por el temor natural que causa confrontar a un gremio de trabajadores pues se sabe, aunque no se dice —o se deja pasar, o se silencia el hecho, o se calla el impertinente prurito para no parecer un ventajoso y voraz cómplice del siempre sospechoso empresariado—, que no todos los sindicatos fungen, o practican la disciplina laboral, con honestidad, como acontecía al interior del sindicato de Notimex, enviciado y corrompido a lo largo de su más de medio siglo de existencia gubernamental, ¡al grado de que los “periodistas” sindicalizados habían logrado la gloriosa “conquista” de descansar cada diez minutos por una hora trabajada!, sindicato que, al final del sexenio obradorista, fuera recompensado con millones de pesos por haber logrado matar a la agencia informativa del gobierno, millones de pesos que les cayera del acogedor cielo para inmediatamente inventariar otra agencia para continuar viviendo —los sindicalistas— como si nada hubiera pasado contando con el respaldo morenista de pies a cabeza… mofándose de los periodistas no sindiaclizados que, como Carlos-Blas Galindo, fueron vejados, burlados, humillados y castigados monetariamente… ¡por el solo hecho de confiar en su honorabilidad periodística… hecha finalmente añicos por el obradorismo!
Pero se ha ido ya de este mundo el buen Carlos-Blas Galindo.
Adolfo López Mateos a Rufino Tamayo, Ignacio González Guzmán, Carlos Pellicer y a Blas Galindo, padre de Carlos Blas Galindo Mendoza, quien aparece en la imagen con corbatita de moño. Junto a él, del lado derecho, Ernestina Mendoza, su madre.
El 1 de mayo de 2023, ante el artículo intitulado “El cáncer de la corrupción había carcomido los cimientos de Notimex: Sanjuana Martínez”, mismo que fue publicado en LaLupa.mx, Carlos-Blas Galindo expresó lo siguiente acerca de sus colaboraciones en la zona periodística dedicada a la cultura en la hoy extinta Agencia de Noticias del Estado; por igual, compartió Carlos-Blas Galindo sus reflexiones sobre las urgentes batallas contra la corrupción dentro del propio periodismo cultural: “Tuve el privilegio de ser invitado por Roura a formar parte del equipo periodístico de Notimex en el área de la cultura artística. Mucho le agradezco a Víctor esa distinción y a Sanjuana el que la haya aprobado. También le expreso mi gratitud a Mario Bravo por su espléndida labor coordinadora en esa agencia de noticias. ¡Mi espacio hubiera sido sobre teoría del arte! Roura me propuso escribir acerca de las ideas en las que se sustenta la producción plástica, visual y conceptual del arte mexicano del presente. En ningún otro país y en ninguna otra agencia periodística se había perfilado algo así. En Notimex publiqué, a indicación de Roura, un escrito por los 75 años de vida del pintor y artista gráfico Arturo Rivera, mismo que ha sido multireproducido luego de la muerte de Rivera. Gracias, gracias, gracias. El periodismo de cultura sigue”.
Y en un apartado final, Carlos-Blas prosigue en una dedicatoria especial a Mario Bravo Soria, quien fungía de coordinador de la sección cultural de Notimex: “Lloro mientras leo las líneas a las que respondo. Los de Cultura en Notimex fueron logros intensos y necesarísimos. Roura consiguió que una bandota respondiéramos a su llamado. Las batallas en pro de un periodismo crítico y por ende no adocenado ante las apetencias de los grupillos culturosos locales son necesarísimas. Cada una, cada uno, las seguimos librando a diario (ahora mismo escribo un alegato en contra de la falta de rigor académico en mi centro de trabajo). Fueron momentos muy dichosos. Agradeceré transmitas, por favor, mis pesares a Don Víctor. A ti te abrazo, gustoso. Y le agradezco, asimismo, al amigo y colega José Antonio Gurrea Colín [director del portal LaLupa.mx] por acuerpar al requetequerido Roura, héroe de muchas más de miles y miles de batallas, en algunas de las cuales he fungido, con honor, como un peón más”.
Yo sigo a la espera, buen Carlos, de esa copa pendiente, que pronto, acaso muy pronto, nos la tomaremos.
AQUÍ PUEDES LEER TODAS LAS ENTREGAS DE “OFICIO BONITO”, LA COLUMNA DE VÍCTOR ROURA PARA LALUPA.MX
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