HISTORIA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX
Alma Nalley, arquitecta de profesión, encontró en la costura otra forma de expresar su creatividad en favor del consumidor: también requiere de imaginación, de encontrar la mejor forma de aprovechar los recursos y generar comodidad. Su proyecto “Taller de costura Solere” le valió el apoyo de emprendimiento del programa del municipio de Querétaro “Con Ellas Hacemos la Diferencia” y en este proceso se alió con una tienda de disfraces para hacer crecer su sueño.
Su meta es crecer, exportar y generar empleos con prendas de alta costura adecuadas al consumidor. Durante la pandemia se enfocó en el diseño de los cubrebocas que fueran cómodos y que respondieran a la necesidad de las personas.
Lo que más recuerda del programa Con Ellas Hacemos la Diferencia es la manera en la que todo se enfocó a promover la autovaloración de las mujeres que participaron. Alma Nayelli eligió el taller de costura, porque “es como innovar y crear, es similar a lo que traía de mi profesión, que no es sencillo, es más complejo de lo que parece”.
Durante el programa conoció a Yuridiana Jaimes, quien ideó “Disfraces Woody”. A ella le pidió su apoyo para colaborar en un proyecto juntas. “Fue casi un año, de que terminó el programa, porque somos de la primera etapa, empezamos a platicar, vimos cómo podía funcionar, se vino la pandemia y buscamos la forma de salir adelante juntas”.
“Todo tiene su chiste, hasta hacer un cubrebocas y ver cómo harás la costura para que no moleste, encontrar que el negocio no se caiga por esto de la pandemia, ahorita no hay uniformes, hay gente que prefiere hacer remiendos a la ropa en su casa en lugar de llevarla a que se lo arreglen y por eso hay que buscarle, encontrar cómo hacer mejor las cosas”, explica Alma Nayelli cuyo proyecto fue premiado por la Fundación Coopel con un estímulo económico de 10 mil pesos.
Alma Nalley Sánchez Valdés encontró que una de las herramientas más indispensables para salir a flote es entender su responsabilidad consigo misma, “que debo tener un espacio para aprender, para conocerme, para demostrar lo que soy, que no todo debe ser la casa o el trabajo”.
“Antes ya me consideraba independiente, pero con esto más, porque las pláticas son de bastante ayuda, a todas nos llegó ese mensaje, a todas nos levantaron. Más mujeres deberían animarse, sin miedo, porque este es un programa que de verdad cumple y no hay que tener miedo porque sólo van a encontrar superación”, afirma.
Quiere ser una mujer empresaria capaz de exportar sus prendas. Su idea es “transformar y construir prendas de alta costura con telas nacionales e internacionales de acuerdo con lo que requiera el comprador, prendas únicas para el consumidor”.
Por ahora, continúa con su profesión de arquitecta, donde desarrolla proyectos y al ser dueña de su tiempo “decido qué proyectos sí, y cuáles no. Sigo sin soltar la arquitectura y sin soltar la costura”.
“Siempre he sido muy independiente, mi mamá está orgullosa por esos planes, ve cómo me voy desenvolviendo y mis padres me ven flotando entre nubes, pero esto requiere de tiempo, de dedicación, de perseverancia, economía y vamos poco a poco”, señala.
Alma Nalley es la segunda de seis hermanas y tampoco tienen miedo de emprender, “dos de ellas también participaron en el programa y mi mamá, quien tiene su proyecto de emprendimiento que también fue aceptado, una estética, mis hermanas, una en coctelería y otra en pastelería, también trabajan juntas en crear postres y venderlos, también van aprendiendo”.
Para ella, esa unión entre los proyectos de mujeres es la clave para salir adelante y mejorar la economía de las queretanas: encontrar aliadas que te complementen y te ayuden a mejorar.
“Esas uniones te ayudan, te hacen saber que todas podemos, que somos fuertes, dedicadas, que lo podemos lograr todo, sólo falta buscarle y unirnos para salir adelante”, sostiene en compañía de su socia.