ENTREVISTA: JESÚS ARRIAGA/LALUPA.MX
FOTOS DE LA ENTREGA DEL PREMIO ESTATAL: ENRIQUE CONTLA/LALUPA.MX
Desde que era niña, Patricia López Núñez sabía que quería ser periodista. Jugaba a entrevistar a su mamá. Este martes 7 de junio, la reportera, con 27 años de trayectoria en los medios queretanos, hizo historia, al ganar el Premio Estatal de Periodismo Querétaro 2022 en tres categorías: Entrevista, Reportaje y Nota más Oportuna.
Paty, como le llaman sus numerosos amigos, sonríe. Está contenta por el reconocimiento que se hace a su trabajo en lalupa.mx, donde ejerce su talento periodístico desde principios de 2019, cuando este portal informativo comenzó a operar, y a convertirse en un referente en el medio queretano.
“Ya no me acuerdo qué le preguntaba a mi mamá cuando la entrevistaba, pero sí la entrevistaba”, señala, al tiempo que indica que se dio cuenta que le gustaba el periodismo porque desde niña le gustaba leer, escribir, contar las cosas de otras personas (no como chisme, dice mientras ríe). Me convencí que todas las cosas se podían contar, que todas las personas tienen una historia interesante”.
Narra que desde sus inicios, a mediados de los noventa del siglo pasado, ha estado rodeada de periodistas “duros”. De todos, dice, aprendió algo, y aclara que ninguno de ellos fue grosero o cortante con ella.
Menciona a algunos, no sin antes disculparse por olvidar a alguno: Jesús Aguilar, Manuel Paredón, Gamal Durán, José Luis Urzúa, Leticia Jaramillo, Teresa Garay, Fabiola López, Luis del Toro, Lea Remis, Mireya Ballesteros, José Antonio Gurrea. De todos ha aprendido algo. “Mencionar a uno, es olvidar a muchos. No son sólo los compañeros. También hay personas que están fuera del periodismo, que te dan tips”.
Comenta que las nuevas generaciones no han sido malas. Está convencida que de todas las personas se pueden aprender algo, sin importar la edad o la experiencia.
Relata, mientras está frente a una computadora, que estudió primero la carrera técnica en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), donde luego estudió la licenciatura.
Su servicio social, recuerda, lo hizo en Radio Querétaro (hoy, RTQ). Su primer empleo formal fue en el área de Comunicación Social de la Secretaría de Finanzas del gobierno del estado, donde estuvo menos de un año. Luego pasó a las filas de Respuesta Radiofónica, donde fue a pedir empleo. Tuvo la suerte de que la aceptaran.
Luego le ofrecieron empleo en el Diario de Querétaro, donde estuvo seis años. Luego pasó a un diario que se llamaba Al Minuto, tras lo cual vino una agencia local, Cablecom. Simultáneamente colaboraba en Exa y eso le valió ser corresponsal de Querétaro en Notimex, donde tuvo la corresponsalía durante seis años.
Regresó al Diario de Querétaro, al tiempo que trabajaba en Radio Fórmula. Luego en la agencia Quadratín, El Queretano, la corresponsalía de El Heraldo de México y, desde hace tres años, en lalupa.mx. “Es más fácil que me pregunten dónde no he estado”, apunta mientras suelta una carcajada.
Paty López recuerda que una nota que la marcó fue la violación de una niña que a la postre murió. Lloraba pensando en el sufrimiento de la menor. Eso la hizo pensar que necesitaba prepararse para esas historias, primero para entender lo que pasaba y prepararse para aprovechar para no sólo hacer una nota de denuncia, sino tratar de explicarle a la gente que esas cosas ocurren y que se pueden prevenir. La historia de esa niña fue un punto de quiebre para la experimentada periodista.
Luego de esa experiencia se decidió por estudiar una especialidad en familias y prevención de violencia en la UAQ. Ello también le ha valido ser maestra en la Universidad de Londres, donde imparte varias cátedras.
Comenta que antes, cuando estaba más metida en el diarismo, le llegaron a ofrecer jefaturas de información y otros puestos donde tendría que estar en una oficina. Ahora, es diferente, pues dice que formar parte del equipo de lalupa.mx, —donde escribe trabajos de largo aliento, como especiales y periodismo de investigación—, le permite trabajar a su ritmo, no con las prisas de la nota diaria. “Tengo más libertad de escoger mis temas y cuando tienes esa libertad hasta los haces con más gusto porque son las cosas que te interesan. En el diarismo te gana la información”.
Dice que le gusta escribir de cuestiones sociales, de género, de diversidad, “de cosas que si no superamos no nos van a hacer una sociedad mejor, como la desigualdad, las injusticias sociales, no porque me sienta paladín de la justicia (ríe), pero creo que si no hacemos el proceso reflexivo de la sociedad que estamos creando o el mundo que estamos creando entre todos y cómo estamos dejando a unos fuera o cómo seguimos discriminando, lastimando, haciendo daño, si no hacemos un proceso reflexivo sobre eso no vamos a avanzar, seguiremos destruyéndonos todo el tiempo”.
Paty platica sin casi levantar la vista de la computadora, a menos que la pregunta llame su atención. Dice que sería chistoso elaborar una nota de Ovnis. Ríe con la idea, a pesar de que se le explica que las fuerzas armadas de Estados Unidos han aceptado en semanas pasadas que han tenido avistamientos con objetos desconocidos. “Por eso sería chistoso”, dice mientras suelta una carcajada.
Dice que en el gremio periodístico la queja recurrente son las malas condiciones laborales, los salarios bajos, que es “matado”, pero “yo insisto en lo que decían los periodistas de antes, que la tinta se te mete en la sangre. Todos nos queremos tomar un descanso de las cosas que hacemos muchas veces, pero qué pasa cuando las dejas de hacer mucho tiempo. Sientes ese como llamado a volver a escribir, a volver a buscar”.
Yo no creo, como dicen otros, que el periodismo sea un mal amor, porque a mí me ha dado muchas satisfacciones, me ha dado la libertad de conocer a mucha gente, de ir con mi hija a cubrir eventos, me ha dado la libertad de programar y buscar mis propias historias, de trabajar en distintos medios, porque no me ha gustado nunca estar en un lugar donde no quiero estar, nunca me he quedado en un lugar donde no me sienta feliz”.
“Estás hablando con una persona que de niña jugaba a hacer entrevistas. No me imagino haciendo otra cosa. No me lo puedo imaginar, para mí no hay otra opción, aunque a veces reniegue. A los jóvenes les recomendaría que no se cansen, que se capaciten, porque dentro de nuestra rutina diaria pensamos que lo que hacemos lo estamos haciendo bien, pero en algún momento te van a encontrar con una nota que rebasará lo que sabes hacer bien y cómo vas a enfrentar esta responsabilidad social de aportar otra visión a la gente. Eso no lo consigues más que capacitándote”, subraya.
Me encantan su temática y su prosa, me parece merecidísimo el reciente reconocimiento.