Autoría de 8:25 pm #Opinión, Braulio Cabrera - El sonido de la H

“Feliz Halloween, imbé*” – Braulio Cabrera

Hoy les voy a contar una historia de terror.

Todo comenzó en un Querétaro tranquilo, donde nunca pasaba nada, siempre que estuvieras del lado correcto de las vías. Una ciudad mítica, que todavía hoy se conjura de vez en cuando. Sin embargo, la vida no perdona, y se avalancha sobre nosotrxs, huyendo de quién sabe qué.

Siempre nos han llamado un cruce de caminos, los pueblos, la plata, los invasores, los chilangos y los norteños. No obstante, resulta, todos los caminos terminan dirigiéndose a Querétaro: Un paisaje de gente que, en buena parte, sueña con estar en otro lado, mientras vive su vida en esta ciudad.

Con el paso de los años, la ciudad también creció, adolesció, le cambió la voz y le salieron edificios y calles donde antes no tenía. En un abrir y cerrar de ojos, pasó de ser “la ciudad tranquila donde no tiembla” a “la zona gris, donde nada pasa, porque aquí viven las familias de los narcos”.

Así, de la mano, crecimos Querétaro y nosotrxs. Recuerdo ser niño, entre sueños, y escuchar el noticiero matutino, para enterarme que ese día, un animal  exótico se había escapado de una casa de Jurica… o que capturaban a alguien en Milenio III… que aparecían mantas en tal o cual municipio lejano… que alguien había aventado una granada en un prostíbulo…

Hoy, la máxima casa de estudios del estado teme a una amenaza de tiroteo y, por si eso fuera poco ―erróneamente― relacionado al grupo delincuencial más poderoso del país, y con mayor presencia en Querétaro, según los documentos de la Sedena filtrados hace un año. No obstante, esta relación tiene más que ver con el miedo colectivo, que con los hechos tangibles que lo rodean.

El hecho es que, aunque este sigue siendo uno de los estados más calmados y seguros de México, esos años tranquilos quedaron atrás, en Querétaro ya no sólo viven las familias de los narcos, vivimos todxs. Los de a pie, los ladrones, los chambeadores, los narcomenudistas, los empresarios, los secuestradores, los estudiantes, los enfermos violentos y un largo etcétera.  Por eso siempre existe la posibilidad de que, cada vez que tocamos el claxón en el tráfico, al culero que se metió en la fila, podría bajarse y partirte a plomazos. Es anécdota.

No obstante, se mantiene tranquilo, transitable, disfrutable. De cuando en cuando, y cada vez más,  se escuchan tragedias, que encontraron un cuerpo en quién sabe dónde, que atraparon a quién sabe quién, que balacearon en una carrera de caballos clandestina, que había una hielera con un perro cercenado en quién sabe cuál colonia, y otro largo etcétera. A final de cuentas, la pugna es política y cuando se teje por debajo de la mesa, siempre implica ensuciarse.

Si a la sociedad queretana y a la universidad le preocupa la presencia del cártel de las cuatro letras en sus instalaciones, a tal grado que recurrieron a la Fiscalía del Estado para abrir una carpeta de investigación, es sólo reflejo del macroverso estatal.

La realidad es que, después de varios días investigando el tema de manera independiente, mi mejor hipótesis es que que hay un wey alucín (alucín: que se cree malandro) en la facultad de psicología, con severos problemas, que quiere dañar a otrxs, ya sea con un arma, mediante el miedo, o truncando su experiencia universitaria presencial. Esa sería la pinta negra. Por otro lado, con la pinta azul, hay otro wey alucín, que tiene ―o no― vínculos con el CJNG y amenaza a alguna compañera, probablemente en revancha. Por eso creo que son situaciones aisladas que se correlacionaron. 

El Cártel Jalisco Nueva Generación ha conseguido hegemonía, más allá del territorio y del mercado, en el imaginario colectivo. Es por eso que, ante una amenaza de tiroteo en la facultad de psicología de la UAQ, la opinión pública y algunos medios de comunicación  vincularon una pinta ―con diferente mensaje, estilo, vocabulario, tinta y caligrafía― a la organización criminal más influyente en el país. Porque la cultura, rápidamente, ha moldeado a lxs sujetxs y lxs espctadorxs para temerse en la duda.

¿Por qué creen que Peso Pluma canceló su concierto en Querétaro?

A lo largo de los últimos años, la cuestión del narcotráfico y su influencia en la sociedad es algo que me ha interesado profundamente. Ya lo decía hace unos meses en mi columna sobre Peso Pluma, que la narcocultura es simplemente cultura, de victimarios, víctimas y quienes estamos en medio. Las sociedad y las identidades nacionales, que se han forjado entre el fuego y el agua de las guerras civiles contra el crimen organizado, cuál sea, maduran a la par de sus organizaciones delictivas.

CONOCE MÁS:

Por eso quiero terminar parafraseando a una banda colombiana, llamada Nicolás y los Fumadores, un grupo de jóvenes que vivieron el final del conflicto armado en su país, y la reconciliación. Quizás ellos, por allá, también vieron en la televisión  el fantasma de un narcotraficante, o el animal exótico que se perdió, o como ellos dicen en su canción “El Sol”:

“Cierro los ojos y veo un reguero de sangre,y me dan ganas de llorar porque no hay refugio y nunca me voy a despertar, y quiero volver atrás y me pierdo,y nunca me voy a despertar y pregunto pero no hay respuestas”

De vez en cuando, el sonido de la H es seco, ronco, amargo, si no es que gutural. Esta vez quise que este espacio ayudara a reflexionar sobre la evolución de Querétaro,y disipar dudas. Doy mi palabra que toda afirmación, hipótesis e idea en este texto esta sustentada en años de conocimiento y días de investigación con fuentes que, por obvios motivos, no puedo revelar. Pero créanme, dos que tres cosas de lo que digo hoy, tienen algo de verdad.

Habrá que tener cuidado en este, el atardecer más hermoso del mundo, no sólo de las balas, de los locos y los vivos. También de nuestras ideas de lo que pasa alrededor de nosotrxs, del cristal con el que lo miramos y lo que hacemos al respecto frente al terror.

AQUÍ PUEDES LEER TODAS LAS ENTREGAS DE “EL SONIDO DE LA H”, LA COLUMNA DE BRAULIO CABRERA PARA LALUPA.MX

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Last modified: 5 noviembre, 2023
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