Morir con dignidad – Josué Quino

—Hay que saber cuando terminar la película. Y así debería ser la vida misma: elegir concientemente los qué, los cómo, los cuándo, los por qué y los quiénes.

—Pero uno ve las pelis como ya está filmadas.

—Sí, y no. Mira, si tú estás viendo una película de amor, y llega un momento en que ambos personajes son de lo mas felices que puede haber, ¡salte en ese mismo momento del cine!, antes de que los personajes sufran y los separen y que a lo mejor hasta los maten. ¡Termina en un bello momento tu película!

—Ya te entendí. Ojalá y eso se pudiera hacer en la vida real.

—¡Se puede!

—¿Y cómo?

—Comienza a ensayar así: cada vez que te despidas de una persona, imagínate que puede ser la última vez que la veas, ya sea tu amigo, tu mamá, tu maestro favorito, ¡o el amor de tu vida!

—Eso me gusta, porque además es cierto, no sé si le voy a volver a ver.

—¡Exacto! Y esa debe ser siempre la actitud.

—Y eso nos ayudaría a despedirnos bien bonito de las personas que están enfermas y que no sabemos si los vamos a volver a ver vivos.

—¿Sabes que a esas personas que están enfermas les han arrebatado su derecho a decidir el momento en quieren dejar de sufrir, de sentir dolor?

—¿Te refieres a la eutanasia, abuelito?

—Sí. La Ley General de Salud en México prohíbe la eutanasia, porque la entienden como un “homicidio” por piedad.

—Entonces legalmente tiene repercusiones.

—Sé. El artículo 312 del Código Penal Federal establece que “quien prestare auxilio o indujere a otro para que se suicide, será castigado con la pena de uno a cinco años de prisión; si se lo prestare hasta el punto de ejecutar él mismo la muerte, la prisión será de cuatro a doce años”.

—En algunos países del mundo la eutanasia es legal.

—En México, lo que es legal, es la Ley de Voluntad Anticipada. La Ciudad de México fue la primera en aprobarla en enero de 2008. Otros lugares donde está aprobada es en Aguascalientes, Coahuila, Colima, Estado de México, Guerrero, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, San Luis Potosí, Sonora, Tlaxcala y Yucatán.

—Pero, ¿cuál es la diferencia entre eutanasia y voluntad anticipada?

—Básicamente radica en quién toma la decisión de que el enfermo descanse en paz. Si esa decisión la toma el equipo médico, se le llama eutanasia, y si la decisión corre a cargo de la persona enferma, se le llama voluntad anticipada.

—Querétaro no está en la lista de los estados que ya aprobaron esa ley.

—No. ¡Imagínate! Si para aprobar los matrimonios igualitarios se tardaron miles de años, ¡para respetar la decisión personal de descansar en paz se van a tardar millones de años!

—¿Por qué, abuelito?

—Querétaro está anti constitucionalmente manipulado por el clero, y el partido en el poder es anti aborto, anti diversidad sexual, anti derechos infantiles y adolescentes, anti mujeres, en general ¡el partido anti derechos!, continua avanzando, de una manera tan anti ciudadana, ¡que ya hasta firmaron acuerdos para abrirle las puertas al partido político ultraderechista de España, que tanto daño le está haciendo a ese país! Aunque luego lo quisieron negar, el daño ya estaba hecho.

—Abuelito, ¿por qué alguien se querría aplicar la Ley de Voluntad Anticipada?

—¿Recuerdas que alguna vez me dijiste que apoyabas a que las mujeres decidieran si querían ser madres solteras o no, permitiéndoles a ellas ejercer su derecho a decidir sobre su cuerpo? ¿Y que también apoyabas a que las mujeres ejercieran su derecho a manifestarse de la manera en que fuera necesario para que voltearan a verlas y que tomaran en cuenta sus exigencias?

—Sí, sí, ¡claro que lo recuerdo!

—Pues es exactamente lo mismo, hijo. Mira, la gente que padece alguna enfermedad terminal, que sabe que pronto va a fallecer, llega un momento en que ya no quiere seguir sufriendo, no aguanta tantos dolores, por ejemplo.

—Pero los médicos les recetan medicamentos contra el dolor.

—Opiáceos u opioides. Son medicamentos hechos a base de opio, para que soporten el dolor. Pero estas personas, al estar recibiendo de manera permanente este medicamento, 1.- Se vuelven adictas. 2.- Al estar todo el tiempo drogadas, pierden el sentido de la realidad y ya no saben ni quiénes son, ni dónde están. Y así les mantienen “vivas”, hasta que ya es inminente, y durante todo este tiempo han tenido a sus familiares cuidándoles, con todo lo que esto conlleva.

—Bueno, si, suena lógico, pero… ¿Y si las personas no quieren morirse?

—Entonces que no apelen a la ley. Yo me niego rotundamente a que, al no tener dinero suficiente para contratar a tres enfermeras diariamente,  tu madre o tú, dejen de hacer sus actividades cotidianas, como estudiar o trabajar para venirme a cuidar, a dar de comer, ¡a bañarme!

—¡Yo lo haría con mucho gusto, Abuelito!

—¡Pero yo quiero que me estés limpiando ni mi pipí, ni mi popó! ¡Debo ejercer mi derecho a decidir sobre mi vida, sobre mi cuerpo¡ Y ni el Estado ni la iglesia deben tener injerencia en ello, porque ¡no les pertenece! ¡Me pertenece a mi y a nadie más!

—Y, ¿cómo se le llama eso, abuelito?

—Dignidad, hijo. Se llama dignidad.

José Antonio Gurrea C.