Cuando se juntan las emociones y se revuelven los recuerdos -Josué Quino

La historia ha cambiado.

Ha llegado el momento en que el VIH

 ha dejado de ser un referente de muerte y

se ha convertido en una afortunada oportunidad

de vida, emergiendo en nosotros lo positivo de ser positivo.

3 de agosto

Querido Diario:

Dejas de escribir unos días y se te juntan las emociones, se te revuelven los recuerdos, te sientes más ansioso que de costumbre, cada vez que respiras, cuando hinchas el pecho para tomar aire, te duele… Y todo eso te impide escribir. Bueno, al menos eso me pasa a mi.

Primero me enfermé. Esta vez me desesperé un poco más que las otras veces porque me pasó algo realmente extraño: sudaba toda la noche de manera permanente, horrible. Me tenía que levantar dos o tres veces en la madrugada a cambiarme de ropa interior, porque la que traía puesta estaba empapada. De por si a mi me da mucho asco el sudor, tanto sudar yo como que suden los demás. Así que ya te has de imaginar…

Y luego la tos, ¡esa bendita tos!, que no se me quitaba con nada del mundo.

Primero fui con la doctora de aquí abajo, que la verdad le tengo muchísima fe. Es muy buena y tiene abierto su consultorio todos los días de la semana de las 9 de la mañana, hasta las 6 o 7 de la noche.

Me mandó a hacer unos estudios y me dijo que si me sentía más mal, pues que de plano me internara, cosa que ¡estuve a punto de hacer!, pero solo de saber que al ir a urgencias me iban a tener haciendo fila cuatro o cinco horas para atenderme, y que cuando el doctor por fin me viera me iba a dar dos Bactrin y  un Naproxeno, y me iba a decir que el lunes fuera a que me atendiera mi médico familiar, decidí hablarle a Ángel.

Ángel Guerra. El Doctor Ángel Guerra. Mi doctor desde hace 32 años. El único que me ha sobrevivido y que me ha atendido de manera integral, y en los seis años más recientes, desde que vivo en Querétaro, me ha dado consultas por teléfono.

Ángel fue el primer doctor que me explicó lo que era el VIH y el Sida y las demás infecciones de transmisión sexual. El primero que me dijo que iba a llegar el momento que tendría que comenzar a tomar medicamento. Y el primero en explicarme como se mezclaba la cuestión emocional con la cuestión física, y la importancia de estar siempre de buen humor, para no darle de comer al virus y que éste se fortaleciera.

José Antonio Gurrea C.